Chivas y Atlas se midieron en un encuentro esperado todo el año: el clásico de Guadalajara. Unas líneas del partido que paraliza a la ciudad y la región.
Volverán aquellos días que una vez nos contaron, de batallas épicas, de gestas heroicas y finales inesperados, volverán como vuelve cada seis meses la rivalidad de dos que no entenderían la vida sin el enemigo de siempre. Ese con el que cohabitan y que les genera tanta animadversión.
Volverán aquellos días que una vez nos contaron, de batallas épicas, de gestas heroicas y finales inesperados, volverán como vuelve cada seis meses la rivalidad de dos que no entenderían la vida sin el enemigo de siempre. Ese con el que cohabitan y que les genera tanta animadversión.
El último 23 de marzo, las dos escuadras más importantes del estado de Jalisco chocaron en el estadio de la Calzada Independencia, con la convicción de llevar la victoria para sus huestes. Más que tres puntos, más que la posibilidad de seguir sumando para alcanzar la añorada liguilla, más que reducir las posibilidades de caer en el deshonroso descenso. Lo que buscaban los 22 que saltaron la terreno de juego era el honor, el orgullo de decir que ¡Guadalajara es nuestro! al menos por seis meses.
Aldo y un golazo |
Y es que un clásico no conoce de estadísticas, se niega a seguir el script de la campaña mediocre en muchos casos, o ve caer rachas espectaculares.
El clásico es ese partido que esperas en cada torneo para ver a tu equipo batirse al máximo y ayer, ni Chivas ni Atlas defraudaron, fue positivo ver al Chatón Enríquez jugando como hace dos años cuando se coronó campeón de los JJOO. fue impresionante el despliegue del Chino Millar como cuando le marcó aquel gol a España en Sudáfrica 2010. El desempeño de los jóvenes no desmereció (quizás el del Pollo Briseño, que reemplazó al insustituible corazón del capitán Cufré) Alfonso González por Atlas y Carlitos Fierro por Guadalajara parecían jugadores con muchos años en primera. El futuro del futbol tapatío pasa por sus pies sin duda alguna.
Ortigoza tras el empate |
El pitido final del árbitro a los 93 minutos con 46 segundos, nos deja en la retina un golazo de Aldo de Nigris desde fuera del área a los '9, el empuje del segundo tiempo de Atlas que tuvo su justo premio al '72 con el gol del paraguayo José María Ortigoza (el mejor de la cancha). Una atajada descomunal del joven arquero de Chivas, Toño Rodríguez y una batalla cruenta pero leal en todos los terrenos de la cancha.
Presente y futuro de la portería |
Reparto de puntos y emociones en el Jalisco, con un Atlas que siempre fue al frente y un Guadalajara que prefirió salir con un punto en condición de visitante, quizás lo único que se puede reprochar es esa actitud en el tramo final del Güero Real que mandó tres cambios defensivos. No se olviden que es un clásico.
En el Jalisco, por momentos pareció que volvimos al pasado para ver a José de Jesús Aceves, al tico Cubero, a Masciarelli, a Osorno, a Zepeda, a Andrés Guardado y a tantos otros que supieron vestir la rojinegra. y por el otro al Jamaicón Villegas, al Toro Hernández, a Chava Reyes o a un joven Omar Bravo, auténticos ídolos del rebaño. Por más de noventa minutos rememoramos otros tiempos, la magia del clásico nos emocionó tanto que nos dejó satisfechos plenamente.
Medroso y cobarde |
A la salida del Estadio un pequeño niño de la mano de su padre levantó la mirada y lanzó: -Ojalá todos los partidos fueran clásicos papá- y su padre esbozando una leve sonrisa le contestó: -Ojalá hijo, ojalá.
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