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Buen nivel y viejos síntomas

Una trilogía de victorias de mucha importancia, triunfo en el clásico como visitante diez años después, un buen rendimiento sostenido como pocas veces se había visto antes. Pero la derrota ante Belgrano puede abrir algunos interrogantes.




Las irregularidades de River estaban dentro de un certamen de parecidas características, en el que muchos equipos se separan por una pequeña brecha de puntos. Dentro de eso, el último mes del equipo dirigido por Ramón Díaz había sido de lo mejor visto en la última época. Tal vez haya sido el tiempo en donde las ideas del entrenador lograron plasmarse con solvencia tanto en lo colectivo como en el marcador final, aunque no pudo terminar ese lapso con un buen resultado.

Cuandocerrábamos el anterior análisis del equipo, decíamos lo que tenía encarar en el futuro más próximo. Realmente complicados partidos pero, dentro de cinco encuentros, River ganó los a priori más complicados y perdió los que tuvo al alcance de la mano. Esas victorias lo llevan hoy a estar expectante, a una unidad de la punta cumplida la fecha 12, pero un triunfo en Córdoba en la última jornada disputada lo hubiese depositado en la soledad del liderazgo.

Teniendo en consideración estos juegos, una estadística favorable y a la que debía ponerle fin cuanto antes fue convertir más de un gol por partido. En estos cinco choques, River logró anotar dos tantos en tres de ellos, además de no haberse quedado sin marcar en ninguno. En todo el anterior torneo, el conjunto de Núñez marcó 12 goles, hoy lleva 14 en el actual Final.

Los encuentros que recientemente marcamos y que serán parte del análisis fueron:

  • All Boys 3 River 2
  • River 2 Lanús 0
  • Boca 1 River 2
  • River 1 NOB 0
  • Belgrano 2 River 1
Fueron tres victorias consecutivas, algo que el conjunto millonario hacía tiempo que no conseguía. Y sobre todo ante esta calidad de rivales; frente a uno de los mejores equipos argentinos del último tiempo, el Superclásico y ante el que no es sino el que mejor juega por estas tierras en los campeonatos recientes. Cada juego sirvió como envión del siguiente, aunque finalmente pareció pesarle al equipo los tres partidos en una semana con canchas pesadas por las constantes lluvias, más allá de los puntos a favor y los déficits que este equipo tuvo y que intentaremos observar en esta nota.

Con el gol de Funes Mori, River ganó en la Bombonera
En Floresta ante el Albo, River había comenzado de la mejor forma, venciendo, pero un error en una jugada que derivó en gol rival y la expulsión al instante hicieron que se desmoronase todo. La moral ante un golpe volvió a caer sobremanera y el equipo ya no tuvo respuestas. Salió muy mal a la parte final y el local terminó el partido. Se vio abajo en el marcador. Cuando quiso reaccionar, ya era demasiado tarde.

Durante aquel encuentro ante el equipo de Ricardo Rodríguez, River volvió a ofrecer un concierto de posesión inofensiva durante gran parte del segundo tiempo, pese a que por momentos tuvo buenos movimientos y mereció el empate. De todas formas, esa baja calidad de tenencia no se volvió a observar hasta el último encuentro jugado en Córdoba frente a los de Zielinski, cuando pudo crear y profundizar pero en algunas situaciones se quedó en el intento.

Villalva, Carbonero y el sector derecho

Los tres partidos ganados coincidieron con las mejores producciones del equipo en el torneo, junto al 1-0 en el Monumental contra San Lorenzo. Presión alta, juego en el centro del campo y rápida profundización. Ante Lanús, el ingreso de Villalva como titular le dio un envión al equipo. La lesión de Teo Gutiérrez obligó al cambio y el Keko dijo presente con una gran actuación ese día. Ubicado como segunda punta para abastecer a un Cavenaghi referencia, el correntino fue siempre al espacio, hizo un lujo y asistió al capitán y anotó un golazo colocando la bola al segundo palo.

La figura de Villalva resultó muy valiosa para River, ya que no solo fue fundamental ante el conjunto del sur de la provincia de Buenos Aires, más allá de no poder desequilibrar cuando entró en La Boca. Conjuntamente a eso, se observaron las mejores actuaciones de Carbonero, cuya tendencia a cerrarse en estos partidos por momentos fue productiva, aunque en ciertos tramos haya traído algunas complicaciones en el retroceso.

El carrilero colombiano suele ir hacia el centro para que Mercado avance con decisión al ataque, como casi siempre le pide Díaz al lateral. Le deja el hueco para luego combinar en el costado y lograr superioridad numérica. Ahora bien, esa dupla se vio muy bien en fase ofensiva, pero en la transición defensiva tuvo algunos quiebres, como ante Boca. El marcador de punta izquierdo de Bianchi, Emanuel Insúa, tuvo la banda libre en innumerable cantidad de oportunidades para lanzarse. Carbonero se cerraba y no era apoyo para Mercado. Igualmente, ambos supieron explotar su espalda cuando se asociaron para atacar. Esas sociedades entre el ex Arsenal y el ex Estudiantes se vieron en varios partidos, es un elemento del juego que está creciendo. Por el otro flanco, la suspensión de dos fechas de Vangioni no hizo resentir el andar colectivo, a pesar de perder fuerza por el andarivel zurdo.

Adaptación táctica y al rival

Por otro lado, el partido ante Newell’s demostró que River ha sabido adaptarse a jugar en función del rival. Eso es un síntoma, dado que refleja que ya no se cierra en su idea y que busca sacar provecho a partir de lo que propone el adversario. Ante el elenco dirigido por Berti esto se vio con creces y, tácticamente, la labor de River fue casi perfecta. Hubo varios aspectos a destacar en lo que terminó siendo la victoria.

En primer lugar, el entrenador riojano tuvo siempre en mente en los días previos al duelo que debía frenar a los laterales del conjunto rosarino. Sabía que logran profundizar por ambos marcadores de banda cuando pasan al ataque. Logró neutralizarlos de una gran manera, con un trabajo bien hecho y de más obligación por parte de Villalva (el DT sabía que Gutiérrez no era el apropiado para hacerlo) sobre Casco. El Keko persiguió todo el partido a Milton, no lo dejó ni un segundo libre, ni siquiera cuando el juego estaba detenido por una incidencia. Recordó a la solicitud de Bielsa a Ortega de perseguir siempre a Roberto Carlos en aquel enfrentamiento entre Argentina y Brasil.

La jugada trancurre . En la izquierda, Villalva no abandona a Casco

Por el costado derecho de la zaga de NOB, Lanzini se encargó de obstruir la salida de Cáceres. Si bien no fue tan fuerte su labor como sí la de Villalva, Manuel lo tomó aunque de a ratos se soltó para comenzar a jugar y tener la pelota. Carbonero, en el centro del campo, tomó bien a Bernardi y a Banega, que entró por el capitán cuando éste debió salir por una lesión muscular. Así, River hizo marcas personales sobre los jugadores decisivos del rival, y apenas recuperó en la mitad del campo supo salir rápido. Además, durante el complemento de ese partido se observó a un River ordenado atrás y que solo concedió una chance clara a Trezeguet. Un paradigma contrario a la posesión con la que intenta jugar, pero eficiente al fin.

Ledesma, gran nivel y socio de Lanzini

Mientras tanto, en la Bombonera el cabezazo de Ramiro Funes Mori dio una gran alegría tanto al equipo como a la gente. River hacía una década que no lograba ganar de visitante un clásico. Ese resultado tendría que servir como un empujón anímico, de hecho en el partido tres días después el equipo venció a NOB en uno de sus mejores partidos. Pero dentro del Súper se vieron algunos semblantes que pueden llegar a puntualizar el funcionamiento colectivo del conjunto conducido por Ramón Díaz.

Aquel encuentro significó la consolidación en el centro del campo para Ledesma, que venía teniendo buenas actuaciones pero peleaba el puesto con Kranevitter. El Lobo comenzó a jugar como sabe con la pelota e hizo la diferencia. Volvió a ser socio de Lanzini, que muchas veces se apoya en él para crear juego, y fue el conductor con sus salidas limpias y una capacidad de proteger la pelota que muy pocos tienen en el fútbol nacional. Como mediocampista central, muchas veces ejerce de enlace en transiciones, al distribuir con suma eficiencia o solidificar la estructura defensiva.

De todas formas, su condición física no es la mejor, y después de tener tres partidos en una semana, una lesión podría alejarlo un tiempo. Es una baja muy sensible para River; cuenta con Kranevitter, que tiene muy buen primer pase y hace de forma correcta los relevos, aunque con Belgrano no entró de la mejor manera y el equipo extrañó a Ledesma. Incluso, ante los cordobeses en el segundo tiempo, River creó poco peligro.

Volviendo al tema referencial, ante Boca se vieron otros puntos muy favorables en la ambición del equipo. Teo es un gran creador de espacios, y en el primer gol supo recostarse sobre banda en el momento exacto, recibir a espaldas de Insúa y lanzar un preciso pase al centro del área para que Lanzini convierta. Precisamente el ‘10’ es quién viene creciendo en los últimos partidos. Se sabe que no es un conductor ni un armador de juego, pero al tener como socio a Ledesma podía recostarse sin problemas por izquierda para hacer la diferencia individual y poder conectarse con el Lobo para generar. Seguramente, Manu será quién más extrañe al experimentado volante.

Teo,  inteligente, se descuelga a banda para generar el espacio
¿De un extremo al otro?

Ante Belgrano, más allá de la discutible decisión del árbitro de convalidar el gol cuando a Barovero se le escapó la pelota, River volvió a exhibir algunos problemas defensivos que no mostraba, o estaban un tanto maquillados, desde el partido ante All Boys. Fallas en la coordinación defensiva y de retroceso, sobre todo en la segunda mitad cuando Kranevitter no pudo encontrar su lugar en la cancha y Rojas no fue una rueda de auxilio. Quedó un espacio bastante amplio entre zagueros y mediocampistas, explotado por el Pirata en varios tramos del complemento para tener posesiones largas en tres cuartos de cancha y no dejar salir con claridad a River.

Además, ante cada mala entrega en la mitad, el equipo quedó mal parado, algo que le sucedía con creces en las fechas iniciales (lo marcábamos en el primer análisis) y que había sabido corregir en el tiempo reciente con defensa de cuatro hombres. La cuestión de cara a futuro, un porvenir que será relevante para River si quiere pelear el campeonato, tendrá que ver con no sufrir en demasía la baja de Ledesma, cuyos últimos partidos fueron de grandes actuaciones con Rojas a su lado, y sin un Ponzio que perdió lugar después de malos partidos.

Primer gol de Belgrano. Pérdida en la mitad y descompensación
Sin duda alguna, fue el mes de mejor competencia para River, el de resultados que invitan a soñar en la irregularidad del torneo, y en el cual por momentos se vio en ese andar que lo lleva de un extremo al otro, como en la segunda parte ante Belgrano. Quedan siete jornadas, lógicamente que aún es demasiado temprano en este certamen para aventurar con posibles candidatos, pero el equipo de Díaz apuesta fuerte tras conseguir esas tres victorias de renombre consecutivas. La derrota en Córdoba frena su envión, pero deberá afrontar siete finales si quiere volver a festejar.

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