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Aleksandar Duric, viejo lobo de mar..

La historia de un delantero que a los 43 años sigue con su sana costumbre de romper redes. Se escapó de la guerra, defendió la camiseta de una selección que no lo vio nacer y por ahora tiene más goles que Messi y Cristiano Ronaldo..


Probablemente el nombre de Aleksandar Duric no les diga absolutamente nada. Y si le agregamos que es un futbolista bosnio, delantero y goleador, quizás se imaginen que es una nueva promesa del fútbol mundial, pero que recién comienza en esto de la pelota. Nada que ver con un punta con basta experiencia y que ya está más cerca de colgar los timbos que de comenzar a desplegar su carrera, aunque esa, en parte, es la historia de este hombre. Una historia que pasaremos a repasar y a detallar porque está cargada de detalles de color, los cuales lo dejan como uno de los máximos goleadores en vigencia del mundo.

La frase es medio hecha y facilista, pero los inicios de este atacante no fueron sencillos realmente. Nacido en 1970 en la antigua Yugoslavia, en la ciudad de Doboj, lo que hoy es Bosnia, comenzó a patear una pelota desde temprano sin embargo también le dio a los la tuvo que remar literalmente. Su primer aparición internacional no fue representando a una selección de fútbol sino que integró al equipo de kayak de Bosnia en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, aunque su llegada a tierras catalanas no fue de la manera convencional como lo haría cualquier deportista que representa a su nación en la máxima cita del deporte mundial. 


Duric, simpre girtando goles.
Su recorrido para llegar a Barcelona comenzó a ser duro sin que él lo supiera. Duric había huido hasta Hungría cuando estalló la Guerra de los Balcanes, pero cuando le llegó la citación para que representara a su nación y él no dudo, se lanzó hacía la aventura. Armó su bolso, salió a la ruta y se puso a hacer dedo en busca de algún alma caritativa que lo alcance hasta su destino. Un camionero que pasaba por el lugar se apiado del muchacho que por ese entonces tenía 21 años y lo alcanzó hasta la frontera, donde los guardias no lo querían dejar pasar porque pensaban que era un refugiado de guerra. "Yo no tenía el pasaporte en vigor, debido a la guerra de Bosnia. Todo lo que tenía era una carta del Comité Olímpico afirmando que estaba participando en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Pero cuando se lo di al oficial se echó a reír. No podía creer que un competidor tendría que hacer dedo a los Juegos Olímpicos, y se negó a creer que era quien decía que era ", le contó al sitio de la FIFA. 

"Competir en los Juegos Olímpicos fue una experiencia increíble. Es curioso, porque yo no tomé el kayak con el objetivo de ir a ninguna parte con él. El fútbol era mi primer amor y yo siempre soñaba con hacer una vida fuera de ella", agregó este delantero quien luego de su participación en los Juegos Olímpicos volvió a intentar con la redonda. Su próximo destino fue el Szeged LC de la Segunda División de Hungría. De aquí en más su recorrido en el fútbol daría muchas vueltas. En 1994 se trasladó a Australia, una liga y hasta podríamos decir un país que en ese momento tenía poca tradición futbolera, en este sitio llenó su currículum y básicamente conoció un continente porque pasó por diez equipos (South Melbourne, Port Melbourne SC, South Melbourne FC, Port Melbourne SC, Gippsland Falcons, West Adelaide SC, Heidelberg United FC, West Adelaide SC, Marconi Stallions FC y Sydney Olympic FC). 

Los fanáticos, de la cabeza (?)..

En medio de este aventurera cantidad de transferencias, Duric tuvo un paso por China (Jingtie Locomotive F.C) y otro por Singapur (Tanjong Pagar United FC), el cual marcaría su vida sin lugar a dudas. Corría 1999 y su llegada a ese país se dio con más dudas que certezas. "Recibí una llamada de mi agente. Él me dijo que había una oferta de un club en Singapur. Mi primera reacción fue: '¿Estás seguro que juegan al fútbol en Singapur?' Pero me sentía listo para un nuevo desafío", contó y luego sumó un dato no menos importante ya que fue en este lugar dónde cambió su lugar en la cancha ya que antes jugaba como extremo a pesar de su porte de gigante (mide 1,92) y en ese momento lo colocaron como centrodelantero neto. 

En esa nación de Asia forjó los mayores hitos de su carrera y por lo que seguramente será recordado. Desde su arribo hasta la actualidad acumula ocho S-League, dos Copas de Singapur y dos Charity Shield (Supercopas de Singapur en la que juegan el campeón de la liga contra el campeón de la Copa). Las dudas en su llegada se esfumaron y cuando promediaba el 2007 consiguió la ciudadanía singapurense y no hace falta ser adivino para saber qué pasó. Sí lo citaron a la Selección de Singapur, lo extraño es que tenía 37 años cuando se calzó por primera vez la casaca roja. Un debut tardío pero un debut con méritos. "Estaba muy nervioso, no importaba mi edad. Marqué dos goles, ganamos 2-0 y voy a recordar ese partido el resto de mi vida", le aseguró a la BBC haciendo memoria de los dos tantos que le marcó a Tajikistan por las Eliminatorias de Asia para el Mundial 2010.


Duric y la casaca de Singapur, un amor por adopción. 
Su estadía en Singapur hizo que defendiera los colores de cuatro teams más (Home United, Geylang International, Warriors FC y Tampines Rovers, club en en que todavía tira paredes). Sin embargo su andar por distintos conjuntos dejó de ser, por lejos, uno de sus mayores logros porque hoy por hoy es el segundo máximo goleador en actividad, solo por debajo de Raúl, sí Raúl, el Ángel de Madrid. Sus cuentas son bestiales porque desde 1992 a esta parte marcó 440 goles en 365 partidos, cifra destacada por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol). Este número puede aumentar aunque Duric se haya retirado del seleccionado en 2012 y a pesar de que este más cerca de colgar los timbos que de decir despuntando el vicio. 

Nadie es profeta en su tierra dicen muchos y puede que sea verdad, pero Aleksandar no le guarda rencor a los pagos que lo vieron crecer y hasta le hace marca personal al seleccionado bosnio. "Sigo partidos de Bosnia y he estado encantado con sus progresos. Dzeko ha sido una gran influencia para el equipo. La gente dice que tenemos estilos similares. Los dos somos grandes y poderosos, fuertes en el aire y buenos dentro del área. Pero él es una gran estrella en su mejor momento  y yo sólo soy un jugador pequeño en mis cuarenta años ", comentó este bombardero de 43 años. 

El ocaso se acerca. Le pasó a todos los jugadores y le va a pasar a Dudic. La edad no ayuda al físico y más allá de mantenerse vigente, este punta tiene en claro que tiene seguir ligado al mundo de la redonda. "Me gustaría ser entrenador. El deporte ha sido una gran parte de mi vida desde la infancia y quiero seguir ligado. Me encanta el fútbol ", sentenció este hombre que a base de goles en tierras poco conocidas se metió en la élite mundial y en un sitio al que pocos llegan porque sin jugar en ningún grande del planeta se coló entre los más prosperos goleadores que dio la historia del deporte más popular..

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