Chelsea vapuleó al Arsenal y sigue más puntero que nunca en la Premier. Los Gunners mostraron deficiencias grandes y a los seis minutos perdían 2-0. Un equipo que debe cambiar si quiere volver a campeonar..
Hay determinadas cuestiones que el fútbol no controla. La diferencia de jerarquía entre un equipo u otro o un jugador u otro son una de esas cosas. No siempre se gana con eso queda claro, pero finalmente y en otras tantas ocasiones suele ser un punto que marca la inflexión de un encuentro o de una liga. Al Arsenal hoy frente al Chelsea eso fue lo que le faltó: jerarquía, aunque también podemos sumarle actitud. Era el partido 1000 de Arsene Wenger al mando de los Gunners y por lejos fue uno de los peores partidos de la temporada de sus dirigidos.
Seis minutos fueron suficientes para sentenciar el choque. Seis minutos eso fue lo que tardaron los Blues en hacer dos goles. Seis minutos en donde se cometieron varios errores defensivos y que dejaron sin palabras a todos los hinchas del Arsenal. Seis minutos aniquilaron las ilusiones de quedarse con la Premier, un campeonato que a los Pistoleros los tuvo como punteros por muchas fechas. Ahora la pelea es otra: entrar a la Champions y quedarse con la FA Cup. Cualquiera de las dos opciones o ambos sería un buen cierre, sin embargo quedarse con un trofeo sacaría el sabor amargo de un año que parecía ser el corte de quiebre.
Sami Eto'o abrió el marcador y André Schurrle puso el segundo al toque. Listo partido liquidado. Luego vendrían los tantos de Eden Hazard, tras una mano infantil de Alex Oxlade-Chamberlain que derivó en la expulsión insólita de Kieran Gibbs, Oscar en dos ocasiones y Mohamed Salah. En seis minutos el encuentro estaba liquidado y por cosas del destino el Chelsea le marcó seis goles. El problema no terminó por ser la goleada, cosa que también le paso con el Liverpool y con el City dos aspirantes al título, uno de los dilemas fue la actitud mostrada desde el inicio. Desde el minuto cero, los comandados por Arsene Wenger dieron muestras de sus deficiencias en la última línea y de su falta de actitud a la hora de salir a jugar un encuentro crucial es sus aspiraciones.
Mientras Nemanja Matic y David Luiz se hicieron dueños de la mitad de la cancha, Arteta y compañía dejaban varios metros entre el mediocampo y la defensa. Esos huecos fueron perfectamente aprovechados por los dirigidos por José Mourinho. Matic fue un reloj. Desde que llegó a Inglaterra, el serbio mostró todas las cualidades que cuando usaba la camiseta del Benfica pocos le destacaban. Este volante se convirtió en el alma de la victoria del Chelsea. Muchos cortes a tiempo, toques de primera y siempre al pie y su cualidad de mostrarse constantemente lo elevaron como figura de su team a pesar de no convertir ningún gol ni de estar en la zona de gatillo.
Arsene Wenger lo dice todo sin hablar.. |
Arsenal no puede jugar contra los millones del Chelsea o del City, pero si pretende al menos ganar la copa más antigua del mundo debe cambiar su actitud. Esa que no se negocia, esa que debe ser un antes y un después frente a las desventajas económicas y que puede variar los resultados de los partidos. Si frente a tu equipo tienes varios jugadores de calidad nunca puedes estar desatento o descoordinado. Eso que hoy no hizo el Arsenal. No pasa por ir a trabar con la cabeza, pasa por apretar, presionar y asfixiar a todo aquel que se te interponga. Es eso que muchos llaman alma, que no se ve pero que sabes que varios jugadores la tienen porque levantan partidos perdidos solo con su actitud. No siempre se gana jugando bien.
Como dijimos antes, otro de los puntos que marcó la diferencia entre Chelsea y Arsenal fue la jerarquía. Los Gunners tuvieron muchas lesiones y eso diezmó su plantel. Hoy no había un delantero suplente que pudiera hacer algo si entraba en el entretiempo. Yaya Sanogo tiene tan solo 21 años y no puede ser el recambio inmediato de Oliver Giroud. Lo mismo pasa con Serge Gnabry. Podrán ser dos buenos proyectos pero por ahora son solo eso: buenos proyectos. Hay que acompañar la juventud con la experiencia frente a esta falta de jerarquía. Esto no quiere decir que la mezcla de experiencia y juventud sean la carta ganadora para aspirar a un título, quiere decir que el Arsenal no está para mostrar las buenas armas de sus inferiores mientras sus jugadores principales no cumplen su rol o juegan en un bajo nivel.
Ahora el Chelsea tiene la ruta abierta para quedarse con la Premier y peleará palmo a palmo hasta el final. Hoy dio cátedra en su cancha y dio argumentos serios para ganar el torneo. Por su parte el Arsenal apuntará todos sus cañones al FA Cup, esa trofeo que puede ser lo que salve la temporada y deje mejor parado a un conjunto que deslizó un gran nivel al principio y en los últimos meses, ayudado por las lesiones, cayó paulatinamente. Arsenal debe cambiar y mejorar si quiere volver a poner una copa en sus vitrinas..
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