En caso de vencer en su visita al Sochaux, el PSG sería campeón de
Ligue 1. Pero no pasó del empate 1-1. Dio ventajas defensivas, y el resultado
pudo ser peor.
Allá por la
temporada 2011/12, la realidad no era otra, pero sí era diferente el contexto.
El PSG era comprado por los jeques árabes, que de a poco fueron introduciendo
sus millones por el bien del equipo parisino. Dentro de los negocios que se
viven hoy en el fútbol, el de este club llegó a ser de los más importantes.
Movimientos de dinero en cifras siderales, aunque el conjunto dirigido por
Ancelotti estuvo lejos de funcionar como un colectivo.
De todas
maneras, eso con el correr de las temporadas fue mejorando. La actual es la
tercer campaña con estos dueños de la institución francesa. Y poco a poco se
fue haciendo más competitivo, hasta queda la duda de qué pudo haber pasado en
Stamford Bridge en los cuartos de Champions League si Zlatan Ibrahimovic no se
lesionaba. Pero el certamen continental volvió a quedar postergado. No así la
Ligue 1, un título que está a punto de conseguir, pese a que este domingo dejó pasar
la primera gran oportunidad.
Visitando al
Sochaux, los dirigidos por Laurent Blanc tenían la posibilidad de alzarse con
el bicampeonato en el torneo nacional galo, pero no pudieron realizar el partido
deseado y la igualdad en un gol termina pasando el casi seguro festejo para la
próxima fecha. Porque han sacado ocho puntos al Mónaco con nueve unidades por jugarse.
Está todo casi definido, aunque en esta oportunidad no pudieron celebrar.
De hecho,
ante un rival que se encuentra peleando en la zona baja de la tabla, por no
descender, no jugó bien y tuvo pasajes del juego en los que sufrió. Las formas
y el estilo de la escuadra local, en su difícil situación, son de considerar.
Plantaron cara ante el líder absoluto y dueño de Francia. Y mal no les fue.
Hasta estuvieron cerca de llevarse un triunfo que no hubiese sido descabellado.
Los
conducidos por Renard arrancaron el partido desarrollando una intensa presión
alta sobre el PSG, para intentar que no pudieran sacar limpia la pelota.
Además, teniendo en cuenta las limitaciones para generar en estático, el
objetivo era recuperar en terreno contrario y generar ataques cortos. Durante
los primeros minutos, lograron el cometido y Salvatore Sirigu descolgó varios
centros. Pese a intentarlo, los locales carecían de ideas para asociarse en
ataque.
Los
parisinos, mediante el manejo de balón y fases muy buenas de juego colectivo,
lograron salir de esa asfixia en campo propio. Con Blanc, el equipo ha
encontrado varios mecanismos para lograr sacar la pelota bien jugada en mayoría
de ocasiones. Muchas variantes, Alex y Thiago Silva tienen buen primer pase, y
Motta se acercaba a ellos para generar superioridad desde los primeros metros y
salir de la presión.
Cuando
comenzó a dominar, llegó el primer gol. El propio Motta tomó la pelota en el
centro del campo y, con la precisión que lo caracteriza, envió un balón largo
para Edinson Cavani. El uruguayo ni la dejó caer, paró la bola de pecho y
definió de aire. Excelente habilitación y brillante definición. Golazo que le daba
el título hasta ese momento al PSG.
No
obstante, al complemento el Sochaux salió decidido a encimar nuevamente a su
rival. Si bien en la salida los de Blanc no sufrieron, sí perdieron en las
transiciones. En la mitad del terreno no tomaban las marcas y había grandes
espacios. La tarea de ambos centrales brasileños fue muy buena al corte en los
mano a mano, aunque en ciertas ocasiones nada tuvieron por hacer. En esas
chances, el dueño de casa falló por ineficiencia y la buena actuación de Sirigu.
Pero
llegaría el empate que hasta el momento ahoga el grito de festejo del Paris.
Van der Wiel y Maxwell se sumaban al centro del campo, y tanto Contout (de gran
partido) como Corchia ganaban sus espaldas. Así, llegó el centro, se desvió en
el ex lateral del Ajax, el arquero quiso despejar y la bola rebotó en Silva.
Más allá de su buena actuación, el azar le jugó una mala pasada al zaguero, que
no pudo evitar que la pelota diera en él e ingrese al arco.
Las únicas
opciones del visitante pasaban por la potencia física de Cavani (tuvo dos muy
claras en el segundo tiempo), y las llegadas desde segunda línea. El portero
Pelé, del local, también resultó vital en algunas acciones. Sochaux dominaba
ambas transiciones, para tapar los espacios en el repliegue y al salir rápido a
la contra.
Más allá de
que Blanc puso a Verratti para tomar el centro, y a Pastore y Menez con el
objetivo de atacar los vacíos, nada pudo hacer el PSG en la parte final. El
empate terminó siendo el resultado justo, hasta estuvo más cerca el local
llegando con varios jugadores al área contraria. A pesar de que nunca
arrinconaron al rival, Les Parisiens otorgaron
muchas ventajas defensivas en el retroceso. El título está muy cerca, seguramente
este partido pase rápidamente al olvido.
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