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El clásico de Madrid fue todo para el Real

Los Blancos se llevaron el derby tras imponerse 3-0 en casa al Atlético de Madrid por una llave de las semifinales de la Copa del Rey. Pepe, Jesé y Di María los tres goles. 






"Derby" es sinónimo de que se juega con todo. A dejar la vida en cada pelota. A tratar de imponerse no solo en lo técnico, sino en lo táctico,  lo individual, al contrario y sobre todo, contar con algo de fortuna.

El equipo de Ancelotti atacó. El de Simeone se cerró. Lo hizo de manera correcta, evitando dejar espacios, sin presionar al poseedor del balón, sino a los posibles receptores. El circuito de rotación se anulaba perfectamente, tanto que Modric debía abusar del pase hacía atrás. Y la defensa del Madrid, entonces empezó a saltearse esa zona: se apostó al pelotazo a CR7 y Benzema, sin dejar que el medio pudiese gestar una jugada.

Pepe tuvo que romper esa formación en un ataque. Tras un rebote en Insúa, Courtois quedó totalmente descolocado y el defensor portugués gritó la conquista que desbarató el cuasi-perfecto plan de los Colchoneros.

Pepe celebra su gol

Y ahí se dedicaron a golpearse. Diez minutos de manera consecutiva en la que se debió hablar de una carencia total de fútbol. Diego Costa se trenzó con Arbeloa, Pepe, Coentrao, Xabi Alonso, olvidándose de su función;  Diego Ribas le pegó feo a CR7. Dentro del área, los jugadores del Real Madrid, golpearon a diestra y siniestra a todo lo que tuviese camiseta roja y blanca.

Cuando se calmaron un poco, empezaron a darle la redonda a Di María, a Modric y los locales amenazaron más el arco del belga quién no tuvo muchos sobresaltos en la primera mitad. Arda Turan era lo más claro de la visita, con el siempre firme rendimiento del doble eje con Gabi y Koke.
 
Caratula del partido, friccionado en todo momento
Y el primer tiempo no dio lugar a mucho más que algún que otra patadita entre los jugadores.

Un cabezazo de Godín en el primer minuto por arriba del travesaño, daba a intuir que los del Cholo iban a salir a buscar el empate, sabiendo que la revancha en el Vicente Calderón, iba a ser más tranquila.

Y Di María, que jugó un segundo tiempo de ensueño y volvió a ganarse a la gente del Madrid tras su “acomodada”, puso un hermoso pase para que Jesé la punteé y deje sin chances a un Courtois que tuvo que ir a buscarla desde el fondo.

Se agigantó la figura de Modric a la par de la del argentino.  Se hicieron amos y señores del mediocampo, controlando todas las pelotas, manejando hilos, incluso haciendo el retroceso para recuperar y completar la línea de medios con Alonso.  Y el croata sacó sobre la línea, literalmente, un frentazo de Godín que iba a ser el 2-1.

Cuando se complicaba un poco todo, aparecieron Ramos y su tranquilidad, su habilidad para sacarse un hombre de encima y desprenderse de la redonda; su timing para ir al piso y su autoridad como líder.

Un error de Gabi, una presión alta de Di María, un rebote en Miranda y otra vez la fortuna le sonreía al Real cuando el arquero del Atlético tenía que ir a buscarla adentro de su arco, insultando a la suerte que poco les dio en noventa minutos.

Di María se destacó en el complemento

El local dominó todo el partido. Un cabezazo de Arda Turán a los diez minutos fue lo único que inquietó a Casillas, más allá de la salvada de Modric. El Atlético sintió la ausencia de Villa y fue muy evidente. Simeone tendrá que ajustar muchas tuercas de cara a la revancha. Ancelotti ni siquiera necesito de CR7 esta tarde, pero contó con una fortuna que lo deja muy bien de cara a la vuelta.


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