En su cancha, el Newell’s de Berti brindó una exhibición de fútbol. Goleó
4-0 a Nacional. Hacía tiempo que no jugaba de tal manera, pero esta vez tomó
los mejores caminos y le agregó contundencia.
Transcurrir
12 partidos sin ganar no es fácil para ningún equipo, sin ninguna duda. Más, en
el fútbol argentino, donde las presiones aumentan cada día más, y el ambiente
se hace cada hora un tanto más peligroso. Fueron 11 juegos por torneo y uno por
Copa, en el debut, sin embargo NOB decidió seguir dándole forma su identidad. Aguardó su momento, sabía que
llegaría. El partido ante Atlético Rafaela fue bisagra, y el que disputó ante
Nacional el quiebre, o el volver a ser.
En su
segundo partido en Copa Libertadores, el equipo rosarino jugó su mejor partido
desde que es dirigido por Alfredo Berti. Hacía mucho tiempo que, además de no
encontrar la victoria, no lograba jugar de esta forma. Retornó a los no tan
viejos tiempos de Martino, ese equipo que estaba en un nivel superlativo. Una
noche rosarina, Newell’s volvió a ser ese gran equipo que se sale de la media
del fútbol local.
Del otro
lado no tenía a un equipo accesible en la previa. Nacional de Uruguay es un
candidato por historia de este certamen, y llegó al estadio Marcelo Bielsa con
las expectativas que un grande del continente genera. De todas maneras, sabía a
qué equipo se enfrentaba. Desde un comienzo. Por eso mismo intentó una
estrategia que se destruyó en pocos minutos, cuando NOB encontró una salida al
principal problema que los charrúas le planteaban por el centro del campo.
La idea de
los dirigidos por Pelusso pasó por tomar a Bernardi y a Banega en el centro del
campo, con marca personal de Arismendi y Cruzado. A partir de allí, cortar el
circuito. Pero los locales encontraron rápido otro camino. Tomados los interiores,
la salida hasta la mitad de cancha era sencilla, allí comenzaba una presión –no
muy intensa- de Nacional. Y Mateo se encargó de poner las cosas en orden. Sin
poder jugar hacia sus compañeros en la mitad, fue él quién transportó la pelota
a campo contrario. No tenía marca asignada en la salida, y condujo hasta unos
metros después de la mitad de la cancha. Comenzaban las rotaciones y todo
empezaba a hacerse imparable para el visitante.
El juego
con pelota del rubio centrocampista fue la clave. Fue metiendo a Nacional en su
propio arco. El conjunto uruguayo retrocedía para tomar las marcas, y se le
hacía imposible agarrar la pelota, ya que los jugadores de NOB conducían poco y
la soltaban rápido. Todo el primer tiempo fue así, Nacional corriendo desesperadamente
detrás del balón, y el conjunto rojinegro jugando a placer un gran partido.
A través de
ese juego, encontraría rápidamente su premio. Con una presión alta, recuperó en
la salida rival, en una de las mejores intervenciones de Mateo. La jugada tomó
su concepción por la banda derecha, con el desdoble de Cáceres al cerrarse
Figueroa, y culminó por el otro lado. El lateral paraguayo envío un preciso
centro que Maxi Rodríguez conectó de primera al segundo palo. Una jugada
notable, que terminó en un golazo. Cuando se cerraba ese período inicial,
Newell’s encontró un gol más, que le daría la tranquilidad necesaria para jugar
lo que restaba de partido. Bernardi entregó un pase excelente para el ataque al
vacío nuevamente de Cáceres, y su buscapié fue empujado involuntariamente por
el central Curbelo.
Ese segundo
tanto fue un ejemplo de cómo quedaba parado el elenco visitante cuando no tenía
la pelota. Totalmente desacomodado, desordenado por su rival, que con la
posesión y las continuas rotaciones hacía que casi todos los jugadores de
Nacional terminasen en una posición que no era la suya. Al momento de recuperar,
los de Pelusso lo hacían muy lejos del arco de Guzmán, quedando partidos en
defensa y ataque.
Lo que
restaba por jugarse terminaría siendo una exhibición del equipo argentino.
Tocando de aquí para allá, volviendo a jugar y a recomenzar la intención.
Guzmán sacó del arco, jugó para su defensa, y entre pases todo desembocó en un
golazo de Bernardi de cabeza. Ante cada intento de solución de los de
Montevideo, un pase desarticulaba. La jugada fue de una punta a la otra, de
modo sensacional, y el capitán la finalizó con el tercer tanto.
Para
cerrar, el último gol del 4-0 lo convertiría Orzán. Había ingresado unos
minutos antes, como también Trezeguet. El franco argentino se tiró unos metros al
costado para recibir, y lanzó un centro que fue conectado por el volante, libre
en el área chica. Un segundo tiempo que puso en su lugar al fútbol pregonado
por este Newell’s, de lo mejor por estas tierras en el último tiempo.
Por su
parte, Nacional deberá replantearse muchísimas cosas. No hubo un plan B ante el
rápido desajuste de su idea por el local, y tampoco un mínimo de rebeldía ante
la adversidad. Newell’s encontró rápido una salida, todo le salió bien, y
encontró en Mateo a su figura. Desde su aparición, todos empezaron a jugar de
la mejor forma; levantó al equipo, con lo que eso significa. NOB busca volver a
ser. Estos últimos dos partidos lo demostró con creces.
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