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Diferencias que hacen la realidad

El Napoli superó la prueba y demostró porque en estos momentos está mucho mejor que el Milan. Lo derrotó como local por 3-1, en lo que fue la primera cita importante para Seedorf.





Por un lado, el doble pivote del conjunto local, y del otro el del conjunto visitante, que utilizó el mismo dibujo. Bajo el dominio de esa posición se centralizó el partido en el San Paolo. Porque ambos jugaron con un 4-2-3-1, pero ese doble cinco en el centro del campo fue muy aprovechado por los del Sur de Italia, mientas que el conjunto de Seedorf, al igual que como ocurriera ante Torino, volvió a sufrir en ese sector.

En el equipo napolitano, el suizo Inler, con el correr de los minutos, se fue emergiendo como la gran figura de un partido que lo necesitó como protagonista, con Jorginho de ladero. Desde su participación, los de Rafa Benítez iniciaban cada ataque. En tanto, el pivote Rossonero (debut de Essien, junto a de Jong) no tomaba a nadie en esa zona, dejaba grandes espacios a las espaldas y no recibían apoyos de los centrales, que no se adelantaban unos metros para tomar la marca.

Durante el partido pasado, el mejor ejemplo de esto fue el zaguero Bonera, que tuvo muchas fallas conceptuales. Esta vez, el francés Mexes fue el encargado de reemplazarlo, aunque las fallas no se modificaron. Ni él ni Rami pudieron cubrir los espacios y el Milan, además de tener muchísimos metros que recorrer por línea, estaba muy inconexo. Errores de tiempo y espacio en los zagueros. Y a partir de esas fallas, el Napoli comenzó a hacer su partido, a sacar la diferencia que también se exhibe en la clasificación de Serie A.

Es cierto que las últimas jornadas mostraron un claro declive en las prestaciones del conjunto sureño, pero en este duelo se observó una mejoría. Los cuatro de arriba –Mertens, Hamsik, Insigne e Higuaín- se movieron por todo el frente de ataque, sin dar nunca una referencia de marca, y así complicaron a todo el fondo rival. Desde un comienzo apostaron por eso y empezaban a dominar, mientras Inler se hacía líder en el campo.

Aunque llegaría un golpe que, de todas maneras, no fue difícil de digerir. El marroquí Taarabt, gran jugador que tiene una capacidad muy buena de desequilibrio y es encarador, hizo una de sus clásicas jugadas en su presentación. En transición ofensiva, el africano condujo siempre con la pelota pegada al pie y, cuando se acercó al área, sacó un remate bajo con máxima precisión al palo izquierdo de Reina. Todo potenciado por un muy mal retroceso del Napoli, que también dejó a las claras que la defensa es un problema aún sin solución.

Taarabt debutó con gol en el Milan.
Pasarían pocos minutos para que Inler sacara un remate de afuera y colocara el empate. El desvío en de Jong influyó al descolocar a Abbiati, pero la razón del gol está en su remate desde lejos. Desde ese momento, los de Benítez volverían a hacerse dueños del partido, aunque les costaba sacar diferencias en la red. Higuaín, con una agresividad y un apetito goleador brillantes, se hacía los espacios casi por su cuenta y tuvo dos oportunidades claras de gol antes del final del primer tiempo. Además, en esa etapa inicial, se dio una jugada muy extraña, en la que el local tuvo tres chances en una sola pero no pudo convertir.

Para el complemento, el Napoli salió más decidido a jugar en campo contrario. El Pipa tuvo otra clara y la cancha estaba volcada. Así, llegaría el gol que le diera la ventaja. Inler, en su mejor partido de la temporada, comenzó la jugada en la mitad. El eslovaco Hamsik sacó de la galera una gran habilitación aérea e Higuaín tuvo su premio. El goleador argentino merecía su gol. Mexes quedó realmente estático, el ex Real Madrid picó y de cabeza marcó el segundo para su equipo. Por el dominio con el que había arrancado el segundo tiempo, era merecido.

El dueño de casa se retrasó unos metros para no permitir muchas transiciones, su déficit más notorio. Dejó que Milan tuviera sus oportunidades, para luego salir a la contra. Los de Seedorf, que claramente mejoraron en la parte ofensiva desde que asumió el holandés, tuvieron sus oportunidades por las fallas defensivas locales y por la velocidad de sus delanteros, aunque no las aprovecharon.

Posteriormente, llegaría el tercer gol, para liquidar el trámite del partido, otra vez de Higuaín. Hamsik amagó a patear, pero en un momento de inteligencia fue tiempista, esperó la ruptura de Callejón y lo habilitó. El español la tiró al medio y Gonzalo conectó a la red. Partido terminado. El Napoli se impuso merecidamente ante un adversario al que le faltaron ideas en la generación de juego.

Influyeron las ausencias de Kaká y Montolivo desde el inicio, fueron bajas claves, pero ni siquiera con su ingreso en la segunda mitad el Milan pudo cambiar su destino. Un Napoli basado en Inler y en sus constantes y buenos movimientos en ofensiva, disimuló por momentos sus falencias defensivas y sacó buen rédito. Vuelta a la victoria de los napolitanos y pérdida del invicto del nuevo entrenador en la vereda de enfrente. Pero la diferencia real estuvo en la labor de ese doble pivote.  

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