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Boca: Un pasado importante y un intento de revivir esa imagen

El conjunto de la Ribera no puede encontrar la estabilidad y su actualidad trascurre entre buenos y malos resultados. Bianchi comanda un barco que busca volver a los primeros planos. La defensa, un problema a resolver.



El equipo de Carlos Bianchi lejos estuvo de una buena versión en el 2013. Cuartos de final de Copa Libertadores, malos resultados en el Torneo Inicial 2013. Malas compras, conflictos internos, jugadores que se fueron mal del club. ¿Qué le espera al técnico más ganador de Boca en este semestre?

El Torneo Final 2013 (de febrero a junio) nos dejó a uno delos equipos más ganadores de la Argentina y uno de los inmensos de Sudamérica y de los dos más triunfadores del país en un 19no puesto que demostraba amplias deficiencias solo una unidad arriba de un equipo que estaba descendido. Ni el técnico que en más oportunidades vio el triunfo, le dio claridad al equipo azul y oro.

Sumado a todos estos problemas ese año acarreó 61 lesionados en 50 partidos y la dirigencia comandada por Daniel Angelici criticó fuertemente este aspecto del cuerpo técnico, sumado a que en este sprint inicial antes del Brasil 2014, solo peleará el torneo local, nada en el exterior.

Tras seis meses de solo conseguir tres victorias en el torneo Argentino la cuales estuvieron acompañadas de nueve empates y siete derrotas, Bianchi debió salir a buscar sus nuevos rumbos.  Solo hubo cinco coincidencias entre los nombres que cerraron el torneo pasado y los que abrieron la nueva etapa. Las incorporaciones no sumaron mucho para lo que fue un campeonato semi-positivo donde terminó séptimo, pero con solo 11 unidades que el torneo anterior en un torneo muy parejo.

El equipo se plantaba con un 4-3-1-2 apoyado en el eje, Riquelme, con Gago (Ribair Rodriguez también ocupo ese puesto un tiempo) de 5 acompañándolo y con la incorporación de Daniel “Cata” Díaz había completado la defensa que tanto problemas le había llevado a Boca en el anterior semestre. Burdisso en la saga, Marín por derecha e Insúa por izquierda eran el ideal debajo de Bianchi. Pero a pesar de dos victorias y dos derrotas en los primero cuatro encuentros, recibió siete goles y siempre terminó los 90 minutos con valla vencida (2-1 vs Belgrano; 2-3 vs Newell’s; 2-1 Vs Rafaela y 0-2 Vs Estudiantes)


Los arqueros

Boca contó con el tercer arquero de la Selección Argentina quién demostró porque está en ese lugar, siendo el mejor guardavalla del torneo Final. Ante tantos problemas en la defensa de Boca (ver “La Defensa”), Orión fue figura en muchos encuentros del equipo de La Boca. El inconveniente con el portero era quién sería el suplente. Emanuel Trípodi fue el elegido por Bianchi para reemplazar al arquero titular, cuando este deba jugar los encuentros por la clasificación a Brasil 2014. Y su performance no fue la mejor: atajó tres encuentros, recibió siete goles y su equipo nunca pudo ganar con él defendiendo la valla – más allá que el equipo nunca logró explotar al 100% en esos momentos- (0-3 Vs. Olimpo; 1-1 vs Central y 2-3 vs Arsenal)

Orión, el tercer arquero de la selección Argentina
La defensa

Daniel Díaz llegó a pedido de Bianchi. Arribó al equipo con el afán de ser ese estandarte, esa bandera que pueda dar orden y tranquilidad a una escuadra a la que le habían convertido 29 goles en 19 encuentros jugados. Fue titular desde el primer momento, conformando con Guillermo Burdisso la zaga central. Leandro Marín y Emiliano Insúa eran los generadores de la salida clara y limpia de Boca en defensa. Transición rápida hacia el mediocampo e incorporación por los costados con solo uno de los defensores recostados por las líneas, mientras el otro armaba la línea de 3. El medio campo era generador de juego, olvidándose de las marcas.

                                 




Hay que decir que esta zona fue la que más cambios sufrió a lo largo de todo el torneo: las primeras cuatro fechas, repitió equipo;, pero la luxación en el hombro de Marín, que lo dejó afuera dos meses, obligó a Bianchi a realizar cambios en una defensa que no tenía reemplazantes: de lateral por derecha jugó Erbes, en primera instancia. Una fecha después, una expulsión de Burdisso y un desgarro de Daniel Díaz, harían a Ribair Rodriguez pasar a retroceder algunas posiciones. En el año de los golpeados, Boca sumó en la enfermería a Insúa y en ese instante afloró el juvenil Zárate, quién se quedaría con el lateral izquierdo hasta el final del torneo. Claudio Pérez volvió a la titularidad cuando Burdisso debió también abandonar, de manera obligada al primer equipo. En la fecha siete, Bianchi salió a la cancha, sin ninguno de sus cuatro titulares en la defensa.

Y si ya era complicado el panorama para un equipo diezmado, el “inventado” lateral Erbes, sufría otra lesión, y Jesús Méndez, que juega de mediocampista derecho, debió ser tirado unos metros más atrás, “inventando” otro lateral.  Ante los malos resultados, el puesto de 4 lo ocuparon Matías Caruzzo (central) y Pablo Ledesma (volante central/por derecha). Pero en la fecha 19, contra Gimnasia: Marín, Diaz, Burdisso e Insúa, volvieron a ser los titulares.

                                 

Lidiando contra los problemas de las lesiones, Bianchi no logró nunca concretar una defensa sólida y debió complicar a volantes colocándolos de laterales, siendo ellos la cara más visible de los errores del Xeneize en la zona más retrasada del campo de juego.

Mediocampo

Fue de lo más parejo y compacto. Ribair Rodriguez y Gago se turnaron para defender la mitad de la cancha en soledad, cuando Riquelme era quién enlazaba el juego, Juan Sánchez Miño (el mejor del torneo después de Orión) se hizo amo y señor de la banda izquierda, proyectándose casi como un tercer delantero, aunque también su acople defensivo era muy importante, ayudando a una defensa inconclusa. El problema apareció en dos sectores: la derecha y Riquelme, quién llevará un párrafo aparte.

En el once ideal de Carlos Bianchi, Pablo Ledesma, era el ocho, el mediocampista que iba a jugar por esa zona. La lesiones, como dota dominante de esa parte del período de Bianchi obligaron a variantes. Riquelme al retirarse del equipo obligó a poner de doble cinco a Gago con Ledesma, ya que Ribair ocupó la zaga central, jugando por la derecha Joel Acosta, Erbes o Jesús Méndez, alternando en varios encuentros, de acuerdo a la zona inferior del equipo Xeneize.  

Mediocampo con Riquelme

La figura de este equipo, el jugador pedido por hinchas y por amantes del fútbol es Juan Román Riquelme. Obviamente, el 10 estaba en la nómina del equipo ideal de Carlos Bianchi. Pero las lesiones lo tienen a mal traer y no le permitieron jugar todos los partidos. En algunos debió retirarse antes del final del encuentro y otros se los perdió en su totalidad. Así y todo completó más de la mitad de los partidos del torneo, aportando goles y siendo el líder de un equipo dentro de la cancha. Cuando Riquelme estaba en cancha, él jugaba más adelantado, sobre la mitad de la cancha. Era el punzante, quién perforaba las líneas defensivas, aunque, como sabemos, no es muy hábil en los retrocesos en defensa. En su ausencia, se debía repartir la mitad de cancha entre Gago, Ribair o Ledesma (uno quedaba afuera) y jugaban más alineados. En la división imaginaria del campo de juego, se turnaban para ir adelantándose y haciendo los retrocesos, apostando a que Ledesma es un jugador que sabe ir por las bandas.

Mediocampo sin Riquelme
Delantera

La carta más extraña del equipo de Boca fue la parte ofensiva. En el ideal, Juan Manuel  “Burrito” Martínez y Nicolás Blandi arrancaron como titulares, siendo este último quien jugaba más adentro del área. Pero cuando apareció la figura de Emanuel Gigliotti, quien empezó a pagar con goles los pocos minutos que ingresaba, se ganó la titularidad, una que aún sigue manteniendo. El ex All Boys terminó como goleador del equipo.  El rezagado fue Claudio Riaño, quien no encontró su lugar. Jugó pocos minutos e incluso a veces, debía resignar su puesto para arrojarse a jugar por una banda.  El “Burrito” fue quién más partidos de disputó de los delanteros, aportando siempre una cuota más de su calidad, realizando desbordes, gambetas y llegando al gol.

Ataque Xeneixe

Pelotas paradas a favor
Ejecutor: Juan Román Riquelme, Fernando Gago (tiros libres)
Córner: Riquelme, Sánchez Miño

Una carta importante de este equipo. Daniel Díaz y Burdisso supieron hacer dueños del juego aéreo xeneize.  En los saques de esquina, quién no ejecutaba iba a buscar el rebote y quedaban marcando en defensa los laterales y el volante central, de haber dos marcas, de haber una o no haber, solo los laterales. El resto esperaba el balón en el área.



Pelotas paradas en contra

Marca hombre a hombre, tomando los defensores centrales a los centrales rivales, sumándose Gigliotti o el nueve de turno a la defensa. También Ribair, de los mejores cabeceadores eran los especialistas en la marca. En los corners en contra, el nueve era quién se colocaba en el vértice, los dos laterales (Marin e Insúa; Zárate y Erbes) eran quienes ocupaban los respectivos palos, Riquelme o Ledesma tomaban el rebote, mientras Martínez y Sánchez Miño esperaban la contra.

Punto extra

Al hablar de punto extra, no nos referimos ni a regalos ni a beneficios. Nos referimos a una persona importante del elenco. El líder del equipo. Carlos Bianchi ostentó en su época triunfal el Torneo Apertura de 1998, el Clausura de 1999, el Apertura del 2000 y en 2003, además de la Copa Libertadores en los años 2000, 2001 y 2003. El ganar la copa internacional lo llevó a jugar el Mundial de Clubes, en ese momento Copa Intercontinental, ganándola en el 2000 por 2 a 1 al Real Madrid; perdiendo contra el Bayern Munich en el 2001 por 1 a 0 y triunfando contra el Milan por penales tras el 1 a 1 en el tiempo regular.
La actualidad del equipo no es la mejor, pero en estos momentos, donde los técnicos en Argentina no se los buscan por proyectos, sino que se los juzga por resultados, el hincha de Boca, está consciente de que la espalda ganadora del pasado de Carlos Bianchi, puede hacerlos salir a flote en este mal momento. Que solo necesita algo más de tiempo.


                                 


Actualidad

En este  mercado de pases, Boca reforzó su línea más endeble y trajo desde el Al Rayyan de Qatar a Juan Forlín, para que acompañe a Daniel Díaz en la zaga central; el otro refuerzo fue Hernán Grana proveniente de All Boys de Argentina para jugar por el lateral derecho.  La otra incorporación, ya sobre el final, fue Diego Perotti, proveniente del Sevilla de España donde no tenía lugar.

Las bajas fueron más importantes aún: Matías Caruzzo, Ribair Rodriguez, Guillermo Burdisso y Nicolás Blandi fueron los nombres más importantes que se le fueron a Boca. De yapa el técnico no quiso a Ever Banega, jugador que no iba a tener lugar en el Valencia de España ya que según el técnico “juega en la misma posición que Gago”.


Conclusión

Boca Juniors posee un plantel con grandes nombres, un técnico con una espalda importante y un apoyo incondicional de los hinchas. Pero la actualidad no es la mejor y el equipo entero se da cuenta que ese es el déficit principal.

Pero chances tiene de redimirse, de levantar su imagen y de poder empezar a figurar entre los certámenes internacionales donde Boca debe estar. Pero solo depende de ellos y de cambiar la mala imagen del pasado. Un pasado pesado que lleva a un presente donde se intenta volver a esa imagen gloriosa.

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2 Comentarios..:

  1. Impecable labor de la pluma de Sebastían Mancuso,te conocí en la Radio este verano...
    sobre boca nada más que decir #ChauRoman !!

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