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Problemas de definición

En el Olímpico de Turín igualaron 0-0 Torino y Fiorentina. La visita dominó en general el partido, aunque mostró sus dificultades en definición sin una referencia de área.







La ambición de ambos equipos es parecida, futbolísticamente similar. La Fiorentina la tiene más adaptada a sus formas por la jerarquía de sus jugadores y por el tiempo que ya lleva en el cargo Vicenzo Montella. El Torino, por su parte, intenta un juego parecido conducido por Ventura, aunque todavía no tiene los mismos alcances que el conjunto violeta. Por estas razones, el partido se presentaba como atractivo en la previa.

Ese estilo tiene que ver con el cuidado de la pelota, el siempre salir jugando desde la última línea, la posesión y la profundización en tres cuartos, velocidad en los últimos metros. Dentro de ese contexto, la Fiore tuvo un mejor juego en un primer tiempo en el que gozó de la tenencia de la pelota y pudo haber marcado el primero, contando con algunas chances claras.

Un tiro libre de Matías Fernández que sacó con grandes reflejos el arquero local fue la primera opción para los visitantes. Desde un comienzo, Borja Valero –en el día de su cumpleaños 29- se hacía cada vez más importante. En ese juego interior por el que siempre apostó el equipo, el español y el chileno se movían constantemente hacia la zona por donde se jugaba la pelota. Así, el ex Villarreal tomaba contacto muy seguido con el balón y se hacía eje para profundizar.

La segunda del partido fue precisamente del volante violeta. Con un toque sutil con derecha al palo más lejano, la bola se fue apenas afuera. En el cierre de la parte inicial, Valero tendría otra clara. Con el centrocampista chileno, David Pizarro, como mediocentro, los de Montella se imponían en una zona clave como el medio y sacaban la diferencia a partir de la posesión, pero no podían aprovechar eso en el área contraria.

Pizarro hizo un buen partido
Mediante desdobles y ataques por banda, el Toro buscaba su forma de avanzar en el campo, aunque no tuvo oportunidades claras para convertir. Al llegar arriba, todo siempre derivaba en Cerci, y Barreto se tiraba unos metros más atrás para hacer llegar la pelota. Sin embargo, desde un primer momento se observó la clave de este partido. El buen porcentaje de posesión del que disponía, la Fiore no lo podía aprovechar ante la ausencia de un delantero centro.

Las bajas de Mario Gómez primero y de Giuseppe Rossi hace poco tiempo perjudicaron al equipo, que en este encuentro necesitó mucho la llegada desde atrás de los volantes para poder definir. Fue Ilicic el que se ubicó desde que comenzó el partido como nueve, pero se tiraba continuamente a los costados y demostraba no sentir esa posición. Para la segunda mitad, habría un cambio allí tan extraño como necesario.

El colombiano Cuadrado jugó todo el complemento como falso 9, intentando crear espacios y llegar con pelotas profundas de los tres volantes. En ese segundo tiempo, Fiorentina arriesgó más y pasó algunas zozobras, sobre todo al quedar mal parado. La modificación de Montella de poner al cafetero en ese lugar habla de la necesidad del equipo de que en este mercado se contrate un centro delantero. La sensación de no profundizar mediante la posesión lo acompaña regularmente, ahora con esos dos jugadores lesionados, ahonda un poco más.

El conjunto granate estuvo un poco mejor durante los segundos 45 minutos. Se retrasó unos metros, dejó venir a su rival que arriesgó como la situación del partido se lo pedía, y aguantó bien en defensa. De hecho, los centros de la Fiore no tenían receptor y eran fáciles de despejar para la defensa del Toro, que por momentos estuvo demasiado cómoda en el ST. Por Borja Valero que siguió con su buen partido, la visita continuaba teniendo más la pelota, pero no estaba bien parado atrás.

Apenas recuperaba el balón, sin una asfixiante presión, Torino salía rápido con Farnerud o Cerci y un Meggiorini que ya había ingresado y le daba mejor protección de pelota en los pocos momentos de tenencia. Se fue el partido con unos minutos finales en donde el dueño de casa pudo ganarlo cuando se volcó sobre el área contraria. Finalmente, el empate termina siendo justo, aunque pudo haber sido con goles. La Fiore hace cinco partidos que conserva su valla invicta, pero la calidad en un área no abunda en la otra.

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