En el Westfalenstadion, el Bayer Leverkusen venció por 1-0 al Borussia Dortmund.
Logró superar la presión, lo encerró en la salida, no le dejó espacios, y lo
alejó del liderazgo.
Esos
partidos que siempre se esperan en las ligas de más competitividad. En la
Bundesliga, esto se profundiza. Porque ya no son dos solamente los que imponen el
ritmo, sino que se ha añadido el Bayer Leverkusen. Precisamente fueron los
dirigidos por Sami Hyypia los que visitaron el Signal Iduna Park para jugar
ante el Borussia Dortmund en el partido más atractivo de la fecha.
Mientras el
dueño de casa llegó a este duelo en la tercera posición, la visita se ubicaba en
segundo lugar. Ambos obligados a ganar, después de la goleada previa del Bayern
Munich. Y a los borussers volvieron a complicársele las cosas, en un semestre
que no es justamente el esperado, y las malas noticias fueron más allá del
resultado.
El equipo
conducido por Jurgen Klopp salió al campo de juego con su ideología
tradicional. Apretando bien arriba, en pocos minutos ya había creado dos
situaciones claras. Una de Lewandowski, desde el área chica. La otra, del
armenio Mkhitaryan. Pero fueron solo 20 minutos en los que el dominio le
correspondió al BVB. Con el correr del tiempo, el Bayer se fue adaptando al
partido y empezó a imponer sus condiciones.
Con
precisión –aspecto que faltó en gran forma en el Dortmund- logró sobrepasar las
dos primeras líneas de presión del local, y así encarar a la diezmada defensa
que hoy volvieron a integrar Grosskreutz, Friedrich, Sokratis y Durm. Esa zaga volvió a tener un mal partido, y el equipo lógicamente lo sintió. De hecho,
un error allí costó el primer gol, el que abrió el marcador.
El primer
central, Friedrich, rescatado del retiro, aún no logra aclimatarse al club y a
la salida del balón limpia. En eso falló, como lo hizo en innumerable cantidad
de ocasiones ante el conjunto de Guardiola, y los de Hyypia aprovecharon.
Recuperaron en tres cuartos de cancha, el coreano Son recortó ante
Weidenfeller, dejándolo sin nada que hacer, y definió con el arco vacío. Primer
y único gol del partido. Una ventaja que era merecida dado que, luego de un
inicio favorable al local, el Leverkusen era más.
El gol
profundizó la mejoría visitante. Una gran labor de la última línea hizo que el
BVB llegara hasta el área grande rival y se quedara totalmente sin ideas.
También, como sostenía antes, con imprecisiones que costaban pérdidas muy
importantes. El BL cerraba los espacios con eficiencia y no permitía filtrar,
además de no permitir que los de Klopp lo arrinconaran en su clásico achique
lateral, saliendo siempre en superioridad numérica y con buena labor de Rolfes,
que se tiraba unos metros más atrás del mediocampo.
Así se fue
el primer tiempo, y de la misma manera comenzó el segundo. Los Werkself
tuvieron otras chances más claras con las que pudieron ampliar, aunque
Weidenfeller estuvo realmente muy bien, evitando más goles siendo tiempista,
colocando muy bien su cuerpo en cada intervención. Para el complemento, el Bayer
cedió la iniciativa, y esperó sobre su campo, aguardando poder salir rápido de
contra.
Igualmente,
el buen trabajo defensivo no se modificó. Al contrario, con el repliegue de la
segunda mitad, se hizo más intenso. Ni Aubameyang ni Kuba podían desequilibrar,
no había desdobles por banda, Mkhitaryan no tomaba la pelota y Lewandowski
estaba muy aislado. Por su lado, en los rojos, Emre Can tuvo un gran partido
por la banda zurda, y siempre contó con el apoyo de Gonzalo Castro por ese
costado (también ocurrió lo mismo por el otro sector, con la dupla Donati –
Hegeler).
De todos
modos, otra mala noticia golpeó inesperadamente a Klopp. Como si fuera una
maldición, el doble pivote del centro se lesionó con pocos minutos de
diferencia. Y ambos tuvieron que salir. Primero Bender, tras una dura falta en
su tobillo en mitad de cancha (salió sin poder pisar). Luego Nuri Sahin, que
salió con dolores en la misma zona tras pisar mal. Se suman a Subotic, Hummels,
Schmelzer y Gundogan.
Sahin salió lesionado, al igual que Bender |
El
entrenador borusser colocó a Reus y a Piszczek (por lo menos, el lateral vuelve;
Grosskreutz adelantó su posición), buscando profundidad. Pero no la encontró
nunca. El Leverkusen, con un juego brusco muy duro, logró parar por momentos
las embestidas rivales. Las duras entradas se sucedieron, hubo tangana en el
centro y se fue expulsado el bosnio Spahic. Aunque ni eso pudo aprovechar el
Dortmund, ante el cierre de espacios.
Para lo
último, quedaría la imagen más representativa. Un Borussia muy nervioso tras
las discusiones, sin una mínima idea para lograr el empate. El árbitro sancionó
una falta en la mitad, y Sokratis, ya amonestado, tiró la pelota con fuerza.
Eso le valió la segunda amarilla, y las correspondientes dudas del cuerpo
técnico: Subotic y Hummels lastimados, el griego afuera infantilmente, solo
queda un Friedrich muy bajo para la parte central de la defensa.
Lo cierto
es que el Dortmund volvió a caer como local, que las lesiones lo persiguen y
que el plantel ha sufrido varias bajas muy sensibles. Con esta derrota, queda a
diez unidades de un Bayern que se le empezó a escapar. La victoria del Leverkusen
termina siendo justa, y al mismo tiempo los dirigidos por el ex central del
Liverpool se alistan como los inmediatos perseguidores de los bávaros.
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