La Roma parece cada día más maduro y se impuso por 3-1 en su visita al
Hellas Verona, jugando un gran segundo tiempo tras una paridad total en el
primero. Gervinho fue fundamental.
Ha sido la
gran revelación de la primera mitad de temporada, desplegando un buen juego que
fue altamente efectivo. Sin embargo, el mercado de pases en el que se encuentra
inmerso el fútbol europeo, en medio de la competencia oficial, hace que
cualquier baja puede resentir el funcionamiento o alguna incorporación haga que
se fortalezca. En el caso del Hellas Verona, sucedió lo primero, la venta de
Jorginho al Napoli, junto con la baja de los centrales titulares, hizo que el
rendimiento bajase considerablemente, acumulando tres derrotas en la última
trilogía de partidos.
En la tarde
del domingo, le tocó enfrentar a la Roma de Rudi García, quien también sufre
bajas importantes (Borriello y Burdisso se fueron, Balzaretti está lesionado),
y ambos mostraron destellos de los admirables estilos que los llevaron a estar,
actualmente, entre los cinco primeros del Calcio. De todas maneras, hubo una
paridad absoluta en el primer tiempo, ninguno logró imponerse con claridad en
ese ámbito y la diferencia llegó por la jerarquía individual de los
capitalinos.
La etapa
inicial tuvo a los romanistas manejando mejor la pelota en la mitad de cancha,
pero sin lograr hacer productiva la tenencia del balón. Los porcentajes de la
posesión le jugaban a favor a la Loba, pero no tenía un dominio claro. Faltaba
cambio de ritmo, sorpresa, y el conjunto local cerraba bien los espacios. El
Verona fue un equipo demasiado corto en el primer tiempo, cortaba y se quedaba
sin variantes al retrasar mucho los extremos. Luca Toni quedaba muy expuesto en
el ataque.
Los dos
apostaron por el 4-3-3, pero el más ofensivo y el que más ambición demostró fue
el visitante. La ausencia de desdobles por banda y de proyecciones de los
laterales no le permitía ser el equipo que acostumbra a ser, pero con el
marfileño Gervinho pudo comenzar a ganar el encuentro. El africano, que con
García parece mostrar un plus de su nivel, fue clave en este encuentro. El
único que obligaba a la defensa contraria con sus corridas, gambetas, arranques
en velocidad. Encaró una vez y no obtuvo el resultado deseado.
Sobre el
final de los primeros 45 minutos, llegaría el gol fundamental. Gervinho se sacó
varios de encima trasladando con calidad una transición ofensiva, llegó al
fondo, tocó atrás y Ljacic definió a la red. Golazo importantísimo para lo que
fue una etapa difícil, sin espacios sobre los cuales construir juego y con todo
el segundo período por delante. Minutos antes, Destro había tenido la misma que
el ex Fiorentina y definió arriba del travesaño, también con el ex Arsenal como
asistidor.
Gervinho llegó al fondo, asistió y Ljacic convirtió |
A la
segunda parte, el Verona salió con otra cara. Se notó una ambición más
agresiva, de ir por el empate. Lo consiguió a los cinco minutos, con una gran
presión de Iturbe por la banda derecha, recuperación y toque al centro, desde
donde Hallfredsson sacó un remate de afuera del área imposible para De Sanctis.
Parecía ser el momento del dueño de casa, pero igualar tan rápido fue
contraproducente. No se le vio el mismo ritmo nunca en el complemento y se
observó como la baja de un jugador clave fue un aspecto que condicionó el estilo
del equipo: la ida de Jorginho.
Nuevamente
apareció Gervinho a los pocos minutos y la Roma volvió a ponerse arriba en el
marcador. Después de una pelota parada, le quedó la bola en el ingreso al área,
amagó una vez, gambeteó otra y sacó un derechazo potente al palo derecho del
arquero Rafael. Una vez más, el delantero de Costa de Marfil mostró su
importancia en este equipo. El nivel que tuvo hoy fue sensacional. La llave para
abrir a un Verona que comenzaba a cerrarse bien para salir con los extremos, más
abiertos y con otro rol más ofensivo desde el comienzo del segundo tiempo. De
todos modos, el club que volvió a la Serie A después de mucho tiempo no mantuvo
ese nivel y, cuando logró la parda, pareció relajarse y sufrió el partido.
Corrieron
los minutos y Roma comenzó a ser el de siempre, el de sus mejores partidos en
la temporada. Control total, posesión productiva, el ingreso de Pjanic le dio
velocidad a la creación (en lugar de un desaparecido Nainngolan). Luego también
entró Totti, y terminaría convirtiendo el gol final del 3-1 tras un penal
inventado en su única proyección al ataque por Torosidis, y también estrellaría
un remate en el travesaño.
Triunfo
fundamental y de calidad, frente a un rival complicado, de los dirigidos por
Rudi García, para no alejarse tanto de la Juventus, que ayer dejó puntos
después de mucho tiempo. Ahora, la distancia que los separa es de seis unidades.
Teniendo en cuenta como había arrancado el torneo, es mucho; tomando las
últimas fechas, se considera poco. La realidad marca que el segundo tiempo de
la Roma fue muy bueno, pese a que lo comenzó mal con un gol del rival. Se supo
sobreponer, imponer su estilo y ganarlo merecidamente.
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