Inter no gana desde que comenzó el 2014 y el
Catania, hasta este encuentro, llevaba diez partidos consecutivos perdidos, en
condición de visitante. Ante estos antecedentes, el 0 a 0 ocurrido hoy en el
Giuseppe Mezza entre ambos se lo puede
tomar como lógico.
Lo que no se puede pasar por alto es el cómo se dio
y el chato espectáculo que brindaron ambos equipos. Al Inter no se le cae una
idea y al colista Catania más no se le podía pedir, el punto era su meta desde
el vamos y lo terminó consiguiendo, pero más por negligencia de su rival que
por sus propias virtudes.
Cuando al “Neroazzurro” le dan el campo y la pelota
no sabe que hacer. La visita se replegó toda en su mitad de campo y esperaba
agazapado algún pase erróneo del local.
Primer tiempo en esa tónica y el resultado de ello
fue un bodrio total. Ningún tiro al arco, ni siquiera jugadas de acercamiento
para ambos y los murmullos que se empezaban a escuchar tenuemente en las
gradas, ante el descontento de los hinchas de casa (en especial de Erick Thohir
y Massimo Moratti, actual y ex dueño del club respectivamente, que con sus caras
apesadumbradas daban clara muestra de lo que se estaba evidenciando en el campo
de juego).
Segundo tiempo que el Inter empeoró (el ingresó de
Kovacic por el apático Kuzmanovic, aportó un poco más de velocidad, pero no logró
mejorar el rendimiento colectivo).
Catania de a poco se fue soltando y animando.
Aprovechaba algún que otro contragolpe y así tuvo dos ocasiones interesantes
que podrían hacer sido gol: la primera por intermedio de Gonzalo Bergessio, y la
otra con un disparo de inmejorable posición realizado por Fabían Rinaudo (ex
Gimnasia de La Plata y Sporting Lisboa, recientemente llegado al cuadro
siciliano).
Taider por Cambiasso y sobre el final el argentino
ex Tigre, Botta por Juan Jesús fueron cambios de carácter más ofensivos para el local, que tampoco
dieron los resultados esperados. De hecho la más clara la tuvo un defensor,
Rolando, por intermedio de un cabezazo que saca bien el arquero Frisón abajo.
El 0 a 0 está bien y duele decirlo para el Inter,
porque a priori jugar contra el colista podría haber sido una oportunidad
inmejorable para ganar y empezar a afianzarse en los puestos de copas europeas.
Eso no se sucedió y para colmo sobre el final los
hinchas del equipo local desplegaron una bandera que decía: “Fino a quando si
giocará con la nostra pazienza” (Hasta cuando se jugará con nuestra paciencia).
Una frase que hoy describe de puño y letra la situación que vivencia todo el
pueblo neroazzurro, ya cansados de malas temporadas y rendimientos irregulares.
El punto a la visita le sirve pero hasta ahí,
porque Livorno ganó y los rivales directos también empataron y hoy se encuentra
a cuatro puntos de la zona de salvación. Las fechas pasan y la diferencia de puntos
no se achica.
El panorama del Internazionale se pone cada vez más
negro que azul. Los refuerzos no llegan, el libro de pases cierra este viernes.
Margen para enmendar y remachar un plantel flojo casi no hay. Además tampoco
quizás alcance con esa solución que tiene más que ver a un manotazo de ahogado.
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