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Partidazo en el clásico de Merseyside

Everton y Liverpool igualaron 3-3 en un juego muy vibrante y con una definición agónica. Los de Rodgers quedaron un poco más lejos del Arsenal tras el empate.




En Goodison Park se iba a centrar la tarde de todos los habitantes de Merseyside, Liverpool. Es que en el estadio del Everton, el local recibía al Liverpool en el 221° clásico de Merseyside.

Roberto Martínez iba a afrontar su primer derby con los Toffees, mientras que Brendan Rodgers su tercero. El Liverpool necesitaba ganar para ponerse primero hasta que juegue el Arsenal contra la gran sorpresa de la Premier League, el Southampton. Mientras que el Everton quería los tres puntos para alcanzar el tercer puesto.

Si ya pintaba partidazo en la previa, lo que pasaría en el campo de juego no iba a decepcionar a nadie. Porque fue un partido totalmente de ida y vuelta, lleno de acciones y de goles.

Y esto rapidamente se iba a poner en evidencia. Porque a los cinco minutos de iniciado el encuentro, Philippe Coutinho marcó el 1-0 para los Reds que empezaban a tranquilizar toda la ansiedad previa. El gol llegó a traves de un corner desde la izquierda, que bajó el brasilero en el borde del área chica y sólo tuvo que empujarla ante un Tim Howard que poco pudo hacer.

Aunque la algarabía Red duraría poco porque a los tres minutos de la apertura del marcador, apareció el belga Kevin Mirallas para empatar el partido tras un centro que rebotó en un jugador del Liverpool y le quedó a este servida para el 1-1. El partido era intenso, dos equipos con una presión bien arriba para que no puedan salir limpios los rivales. Tras esto el Liverpool empezó a dominar más la pelota, no fue tan dividido como antes pero carecía de chances para marcar.

Hasta el minuto 19. Tiro libre de frente al arco del estadounidense Howard, Luis Suárez que agarra la pelota con decisión y con un tiro libre que se le clavó abajo al arquero del Everton puso el 1-2 a favor de los Reds. Con este gol, Suárez se ubicaba como único goleador de la Premier League.

Tras la finalización del primer tiempo, el complemente fue mucho más calmo que el primero. Un Everton más dominante pero sólo posesión, sin efectivizar esto y un Liverpool que pudo haberse puesto 1-3 cuando Joe Allen quedó sólo contra Howard y definió muy mal.

El partido era intenso pero sin chances. Todas amenzas de lo que podría ser. Hasta el minuto 27 de la segunda mitad. Tiro libre de Romelu Lukaku que despeja muy bien Simon Mignolet, un rebote que lo toma Mirallas y mete un centro para que el delantero belga la empuje ante una defensa estática del Liverpool. Con un empate en 2-2, ya cuando faltaban menos de 20 minutos, pasó al plano de épico.

Romelu Lukaku, festeja el gol del empate
Everton tuvo varias chances, no así el Liverpool que parecía no asimilar el gol del empate puesto por Lukaku. Y llegó el momento fatídico para los Reds. Minuto 82, centro desde la derecha y otra vez el delantero belga cabeceó e hizo estéril cualquier esfuerzo del arquero belga. 

El Everton se ponía 3-2, dándolo vuelta al partido, y ahora sólo quedaba defenderse. Ya con los cambios agotados por parte de Rodgers, cuando aún estaban 2-2, los Reds fueron a buscarlo casi desesperadamente. Una derrota no servía y un empate no iba a ser tan mal resultado al ser visitante en un siempre molesto Goodison Park.

El ingreso de Daniel Sturridge por Lucas Leiva, iba a surtir el efecto deseado porque a falta de un minuto para finalizar el tiempo reglamentario, falta para el Liverpool en el borde derecho del área. Gerrard agarra la pelota, lo tira y aparece el delantero inglés, Sturridge que peinandola marca el 3-3 definitivo.

Luego a los 93 le anularían bien una acción que terminaba en gol al Liverpool y en esa contra casi lo termina perdiendo cuando Gerard Deulofeu no se pudo acomodar para pegarle al arco de Mignolet.

El empate le sienta bien a ambos, pero más al espectador del fútbol que sin dudas hoy se fue lleno de esto. En la tabla el Liverpool se quedó a un punto del Arsenal, con un partido más. Y el Everton en quinto lugar. La Premier está cada vez más apasionante, con un nivel que la ratifica como la mejor del mundo. 

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