Los futbolistas, la fama y todo lo demás. Cuando la situación sobrepasa a jóvenes que no están preparados para lo que están viviendo.
Han pasado los días y la espuma
de su historia, por suerte, bajó. ¿Y ahora qué?
Tras el boom mediático, la carrera de Mauro Icardi parece
ponerse en jaque debido al revuelo mediático. ¿Podrá
soportar la súbita presión el joven rosarino de 20
años?.
Veamos, hace poco más de un año
era casi que un ilustre desconocido en Argentina. Pasaba por Cultura
Redonda y contaba sus ambiciones de jugar con el Seleccionado al
tiempo que apenas jugaba en el cierre del ascenso a la Serie A de la
Sampdoria. Ya habían quedado atrás el Vecindario y el
Barcelona, los clubes que lo acogieron cuando llegó a Europa
con su familia más de una década atrás desde
Rosario.
Tras una prometedora temporada en
primera, con una doppieta a la Juve y un juego con cuatro goles
convertidos ante el Pescara, el Inter golpeó a su puerta. Los
Neroazzurri pagaron más de 11 millones de euros por su pase y
de golpe era una de las grandes apuestas de un equipo de escala
mundial como el Intrnazionale. Fue en ese momento que nos
preguntábamos qué podía aportarle el rosarino
al conjunto de Walter Mazzari.
Sin embargo, el ex DT del Napoli lo usó
poco; Icardi nunca se ganó la titularidad y apenas un par de goles (ante
la Juve y ante el Cagliari) figuran en su foja de servicios. Luego, la lesión y
tras cartón el escándalo mediático.
No nos importa acá analizar su nueva relación, lo cual es algo netamente personal, sino
preguntarnos el porqué de la necesidad de hacer todo esto
público, y transformar su vida en un reality show. Porque no
se terminó todo en mensajes románticos y demás,
sino que su actividad en las redes incluyó promesas de autos
para su potencial pareja.
¿Es necesario todo esto? Si algo
que este tipo de sociedades híper profesionales ponderan es el
profesionalismo y la sobriedad. Que Javier Zanetti sea símbolo
precisamente de ese club no debe ser tomado como un dato al pasar.
Además, aquellos que se destacacan (y a los cuales les
toleran) por sus actitudes fuera de ciertos límites en su vida
personal, luego son exigidos de manera doble dentro del campo. Mario
Balotelli, Cristiano Ronaldo o Carlos Tévez podrían ser
ejemplos al respecto. Icardi acompañó estas actitudes
con un mal momento deportivo.
Pero en realidad, no es el punto
tampoco Icardi. El ex Sampdoria podría ser una buena
representación de un nuevo prototipo de futbolista: el joven,
talentoso, pero que ya alcanzo la gloria económica sin
alcanzarla en el plano deportivo. Con apenas unos pocos partidos en
sus espaldas su pase ya se pagó en una fortuna, gana demasiado
dinero mes a mes, ha modelado y está en las tapas de las
revistas.
Las
tentaciones se multiplican pero al mismo tiempo, citando a José
Luis Félix Chilavert, no ha ganado nada. Tomemos al alguien que
dirigió al paraguayo y que dio en el clave con esa charla
íntima que ya es mítica, Marcelo Bielsa: “Tengan
conciencia de que son muy jóvenes, son millonarios prematuros,
no tienen problemas, no les importa mayormente lo que va a pasar,
porque todo el mundo tiente resuelto lo que va a pasar”. El
argentino fue contundente en ese vestuario antes sus dirigidos
vascos.
No
se trata de condenarlos a los futbolistas, estemos de acuerdo o no
con algunas de sus actitudes. Sino de entender este nuevo panorama en
el cual incluso jugadores que aún no debutaron
profesionalmente ya cobran buenos contratos. Este es el nuevo esquema
y para eso se los debe formar y preparar. La distancia entre una
estrella y una promesa que no llegó a ser, a veces es muy
poca, y trenes como el del Inter no pasan todos los días. En
el Meazza ya le tiraron las orejas a Icardi, queda en él
captar el mensaje o no.
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