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Mientras pienso qué camisa ponerme esta noche

El Real Madrid goleó con suma facilidad al Valladolid en el Santiago Bernabéu. Fue 4-0 con tres goles de Gareth Bale quien asistió a Karim Benzema en gol restante.




Galopó varios metros con la pelota controlada, abrió a la izquierda para Marcelo que llegaba y luego recibió la devolución que solo tuvo que soplar debajo del arco. Gareth Bale acaba de convertir su tercer gol de la noche; además le entregó una asistencia bárbara a Karim Benzema. Mientras el galés se luce, a Juan Ignacio Martínez, DT del Valladolid, se le leen los labios cuando espeta al viento madrileño un "hostia" tan sonoro como contundente. 

Mientras que para el Real Madrid el juego no es más que un trámite, para la visita es poco menos que una misión imposible. Los recursos de un lado y otro son demasiado dispares, pero además los pucelanos no realizan ninguna variante o planteo innovador como para evitar la segura derrota. 

Salen a hacer lo que intentan hacer jornada a jornada. Así, la salida desde el fondo es prolija y arriesga en más de una ocasión. Javi Guerra quiere hacerse eje y lo acompañan, en los papeles, otros dos delanteros (Bergdych, de buen juego, y Larsson). Pero la realidad marca que lo que termina pasando es que el Valladolid es absolutamente inofensivo en ataque y en ventaja no da sensación de firmeza. 

En menos de cinco minutos el equipo de Ancelotti avisó dos veces, la primera por Sergio Ramos, la segunda por Ángel Di María, que estrelló un zurdazo en el travesaño. Luego la nada por más de 25 minutos. La semana pasada contaba Andrés García que el Madrid goleaba con poco fútbol, el punto pasa porque se sabe ganador de estos partidos. Ni el Almería, ni el Valladolid son medida para un equipo que se da el lujo de no contar con Ronaldo y no sentirlo. Lo mismo cabe para el Barcelona y Messi. 

Son trámites, y como todos los trámites, se hacen sin pensar demasiado. Ese en todo caso es el riesgo, el excesivo relajo. Bastó que Di María apretara a fondo, exigiera a Mariño para que Bale aprovechara el rebote. La mejor acción del juego llegaría tres minutos más tarde, a los 36, cuando el galés le puso un centro demasiado preciso a Benzema. El francés facturó de cabeza y los merengues le pusieron los sellos que le faltaban a la factura. Tres puntos más en el bolso. 


Karim metió la cabeza

Los de la capital española tienen en el banco a futbolistas como Morata y Jesé que en este Valladolid serían titulares indiscutidos. Ya ni vamos de que tampoco estuvieron Illarra, el lesionado Khedira, o Varane. A los pucelanos les costó 53 minutos poder disparar al arco. Un día habrá que plantearse si estos planteos, que no apuntan a complicar puntualmente al gigante pero que sostienen la idea general a lo largo del torneo, son los correctos o no. Muchos valoraron que el Rayo Vallecano le quitó la posesión al Barcelona, porque sostuvo su concepción global, pero los catalanes aquella noche en Vallecas no tuvieron problemas en marcar cuatro tantos. 

Mientras el Real Madrid piensa qué traje utilizar en los choques de gala -hasta acá sacó buena nota ante la Juve pero no así ante el Atlético de Madrid y el Barcelona- se anotó otra goleada, 4-0, ante un rival que jamás fue oposición. Los buenos apuntes: la naciente dupla Xabi-Modric, la estirpe goleadora de Bale, y la solvencia de Benzema. En el debe: la poca injerencia que aún tiene en el armado de juego Isco, un futbolista que aún es de apariciones cuando tiene todo para ser conductor. 

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