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Hablemos del Bayern

El conjunto comandado por Pep Guardiola venció al Eintracht Braunschweig con dos goles de Robben, pero el DT español aprovechó el partido para probar algunas variantes. Poco a poco ya se ve mano del catalán.




El último campeón de la Bundesliga se medía contra el humilde Eintracht Braunschweig, que es cola en la tabla de posiciones. El partido tenía carácter de trámite. El Bayern es superior en todos los aspectos, por eso, Guardiola decidió utilizarlo para experimentar e ir incluyendo su impronta en un club que ha ganado todo la pasada temporada bajo la ideología de Heynckes.

Filosofías distintas. El alemán fiel a sus famosos ataques por los laterales, con jugadores desequlibrantes y ofensivas pobladas de jugadores. Ataques vertiginoso y con transmisiones rápidas fueron  la identidad de un Bayern Munich que se llevó todo justo antes de su salida. Guardiola, en la continuidad de lo demostrado con el Barcelona había apostado a un cambio de estilo, pero optó por inculcar los conocimientos paulatinamente.

Primero, y casi desde un comienzo, impuso su juego de posesión, con una defensa que participa del ataque por los laterales y centrales adelantados, un mediocampo poblado de hombres con marca y juego, y puntas rápidos y desequilibrantes. Está vez, en sus comienzos jugaría con un "9" de área, emulando lo que alguna vez intentó hacer con Ibrahimobic pero que con el tiempo prefirió cambiar.


Robben y Muller, los extremos del equipo.
Era de suponer que en algún momento su equipo tienda a prescindir de la utilización de un centro delantero. El primer indicio fue la venta del atacante Mario Gómez antes de comenzar la primera temporada del técnico al mando del banquillo del Bayer Munich. Era cuestión de esperar, la lesión de Mandzukic lo llevó a tener que volver al esquema que más alegrías le dio a lo largo de su carrera con el buzo de entrenador, cinco hombres en la mitad, y un falso "9". En el Barcelona fue Messi, en el Bayern el elegido por Pep fue Gotze.

Así, el equipo cada vez se ve más emparentado con su estilo de juego. Rafinha y Alaba por las bandas se incorporan al ataque para sorprender como lo hacían en su Barca Dani Alves y Abidal (entre otros). Los zagueros centrales no son la excepción a su sello distintivo, Van Buyten como último hombre y Dante más suelto cuando la pelota la tiene su equipo. El defensor brasilero, detrás de  Javi Martínez,  es en todo momento una opción. Por su parte, el ex Athletic de Bilbao es el mediocampista más defensivo, siempre jugando cerca del circulo central, una alternativa constante para distribuir el juego. Un trabajo similar al que desempeñó Lahm, antes de su lesión, en el cambió de posición que propuso el técnico español.

Más adelante la historia es otra, con más espacios y libertad juegan Kroos y Thiago Alcántara. Son los hombres encargados de copar el centro de la cancha en la zona ofensiva, en tres cuartos de cancha. Allí el Bayern elabora la presión distintiva que le permite jugar siempre en campo rival, recuperando la pelota rápido y muy por delante de las líneas defensivas. De esta manera atoró esta tarde al precario Braunschweig y antes lo hizo con el Borussia Dortmund, CSKA entre tantos otros que cayeron en la trampa mortal del tridente, completado por el español, que tiene marca y juego. Que sin pelota te asfixia y que con la posesión maneja los tiempos de la manera adecuada y elige con precisión y velocidad el momento justo para lastimar.

Thiago, una pieza clave en el equipo.
Como extremos funcionan Robben y Muller. El holandés, más estricto con su juego pegado a la banda, le aporta velocidad en instancias decisivas, lo mismo que Ribéry qe se está recuperando de una lesión. Sin el francés, el alto delantero de alemán fue a solución al extremo derecho, pero desacostumbrado a la posición, cayó en posición de 9 durante gran parte del juego.

Por último nos quedó Mario Gotze, y no es casual. La lesión de Mandzukic, y la restricción de no contar con otro hombre de área en la plantilla hicieron que el ex Borussia Dortmund entrase a jugar de centro delantero. En algún momento Guardiola tomó esa decisión con Messi, sacándolo de la banda derecha para utilizarlo como falso "9".  Pero hoy la historia no tuvo el mismo resultado. El mediocampista que alcanzó la final de la Champions de la mano de Klopp se retrasó en el campo y casi nunca llegó a la segunda jugada. Le faltó el instinto goleador de pisar el área con la continuidad de la jugada. Puede que su función goleadora se haya visto opacada por la posición que tomó Muller, pero sin embargo, Gotze hizo todo bien fuera del rectángulo rival. Se asoció con sus compañeros, generó espacios, arrastró marcas y se mostró siempre como opción de pase.

En el segundo tiempo Guardiola resignaría su idea con una variante. Muller dejó la cancha para darle ingreso a Mandzukic. Al menos, el ex técnico del Barcelona se dio el gusto de probar un nuevo sistema táctico en cancha, por los puntos, frente a un equipo que se ubica último en la Bundesliga. Sin embargo, uno imagina que Pep dio por perdida la batalla momentaneamente, pero no pasará mucho tiempo para que vuelva a probar jugar sin ese hombre de área, alto robusto y duro, que tan poco agrado le causa.


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