En su visita al Villa Park, el United venció 3-0 al Aston. Se
sobrepuso a unos primeros minutos complicados y luego pasó por arriba a su
rival. Gran partido de Valencia y de Welbeck.
La temporada actual no es la mejor del Manchester United. El cambio, después de 27 años, en el banco, implica su lógica adaptación. Seguramente no será en un par de partidos, como tampoco podrá ser total en una temporada. Y el equipo no comenzó bien ésta, sin una idea clara de juego y alejado de los primeros puestos en la tabla de la Premier League. Más allá de haber avanzado sin muchos problemas y como líder de su grupo a octavos de Champions. Sin embargo, este domingo su partido en Birmingham puede haber sido un punto de inflexión.
Después de
cuatro partidos en donde los dirigidos por David Moyes empataron y perdieron
por duplicado, y hasta permitieron derrotas históricas en Old Trafford frente a
rivales que hacía mucho tiempo no le ganaban en ese escenario, en el Villa Park
parece haber despertado. Enfrentó al Aston Villa y goleó 3-0, con una gran
producción futbolística, de una sintonía que nunca había alcanzado desde que
comenzó la campaña, y siendo superior en gran parte del partido a su rival.
El local
arrancó mostrando su mejor cara. Como habitualmente lo hace, salió a jugar con
un 4-3-3, con extremos bien abiertos e intentando complicar al Manchester y
provocar uno de los síntomas que los últimos campeones sufrieron hasta ahora:
hacer un equipo partido. Sin los laterales, el United no es el mismo. Y el
Aston se paró bien sobre las líneas de costado y así tuvo diez minutos en donde
acechó al visitante, jugando en campo contrario.
De todas
maneras, solo duró ese comienzo de juego. Cuando los rojos lograron imponer sus
condiciones, sacaron la diferencia y se hicieron del partido. En el primer
ataque convirtieron, y de allí en más no sufrieron problemas. Valencia lanzó el
centro por la derecha, el belga Januzaj se elevó de forma perfecta y estampó su
cabezazo en el palo. En el rebote, conectó Welbeck para abrir el encuentro.
Con el
primer gol, se dio la clave. El United se adueñó de las bandas, y desarticuló
al Villa. Si antes Rafael no podía salir nunca y los de arriba quedaban muy
alejados de la zona de conexión, ahora el brasileño pasaba constantemente y se
desdoblaba con el ecuatoriano Valencia. Por el otro lado, lo mismo. Januzaj,
que inició como volante por izquierda con tendencia ofensiva, tenía siempre el
apoyo de Evra.
Más allá de
sus problemas en esta temporada, cuando el Manchester logra que sus líneas se
unan y se hacen anchos los ataques, es temible. Muchas veces no lo puede hacer,
pero esta vez el trabajo del rival duró muy poco tiempo. La derecha era una
banda liberada para las subidas, y la visita acumuló situaciones de gol, hasta
llegar al segundo tanto, otra vez por Welbeck.
El
delantero inglés avanzó con la pelota, volvió a abrir y otra vez Valencia se
encargó de tirarla al área; se anticipó Danny y metió su doblete, exactamente
la misma cantidad de goles que llevaba desde que comenzó la liga, todos de
visitante. Luego, el moreno atacante tuvo dos más antes de finalizar la primera
etapa, aunque no pudo completar su hat-trick.
Los
movimientos de Rooney, hoy un tanto retrasado para colaborar con Giggs en la
gestación de la jugada (muchas veces jugó en el medio con Ferguson el año
pasado, pero Alex lo utilizaba en esa posición con fines defensivos), fueron
fundamentales, ya que atraía marcas y dejaba espacios enormes por los costados.
El “Tonio” tuvo su nivel de grandes épocas, con Rafael hacían un surco. Eran
incontenibles. Además, el United tenía una precisión de pases del 86 %. Terminaron
los primeros 45 minutos y fue la mejor noticia para el dueño de casa.
En el
segundo tiempo, las cosas no cambiarían mucho. La última línea local ratificó
su pésimo nivel en este encuentro con una mala salida. Wayne tomó la pelota, fue
hasta el área y habilitó a Cleverley con un toque genial. Fue un pase a medio
metro, pero se la dejó servida para que solo tenga que meter su pie derecho y
ampliar las diferencias.
Posteriormente
al gol, el Manchester cedió la pelota, se paró unos metros más atrás y dejó
venir al Aston Villa, que careció de ideas, y no tuvo profundidad ni sorpresa.
Moyes puso a Ashley Young, que enfrentó a su ex equipo, y a Darren Fletcher,
quien volvió a jugar después de estar parado un año por una enfermedad estomacal.
Equilibró el medio, y buscó convertir el cuarto de contra. No lo logró, pero ya
todo estaba cerrado.
Una goleada
ampliamente merecida. Un gran nivel, el mejor encuentro de la temporada para
este equipo, que aún demuestra que no está muerto. Puede ser una referencia a
futuro este partido, y acortó las distancias con el Arsenal pese a que todavía
está lejos. Lo del Villa fue muy pobre; con el ingreso de Weimann tuvo algo de
juego, pero no tuvo compañía. Un gran resultado por su parte para los de Moyes,
para seguir creyendo.
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