Mientras se debate acerca de la renovación del Barcelona y la continuidad de los históricos, ante el Villarreal la clave la tuvieron los experimentados. El ingreso de Xavi fue vital para que los culés pudieran llevarse un encuentro que se había complicado.
Muchas veces, el mundillo del fútbol dentro del que nos encontramos queda preso de tendencias. Así, están quienes gozan de buena crítica y quienes no. Quienes parecen perfectos y quienes parecen lo contrario. Por supuesto, esto no es estático y de una temporada a la otra, ciertas evaluaciones generales pueden mutar con sorprendente facilidad.
Dos casos de este Barcelona pintan a la perfección esto. Por un lado, Xavi Hernández pasó de ser un intocable y el fetiche de cuanto analista de fútbol hubiera hace poco más de dos años a ser el sospechoso número uno de todos los culpables del equipo. Lo contrario ocurrió con Marc Bartra, quien en el duelo ante el Bayern Munich fue ridiculizado, todos pedían la llegada de un central en el verano, pero ahora poco menos que debería ser la primera opción de Vicente del Bosque de cara a Brasil.
Vivimos en tiempos muy acelerados, de críticas y juicios de valor muy volátiles. El Manchester City parecía un despropósito de equipo hace algo más de un mes y hoy vapuleó al líder de la Premier por 6-3. Estamos todos un poco apurados a encontrar una novedad, a adjetivar de la manera más creativa, a condenar antes que el resto a elevar al Olimpo a equipos o futbolistas que quizás solo han mejorado un poco el nivel.
El Barcelona no era el peor equipo sobre la faz de la tierra tras las derrotas ante el Ajax y el Athletic. Sí creo que aún no tiene definida una identidad el colectivo y que por ahora no se lo nota convencido al grupo (jugadores más cuerpo técnico) de andar por la senda que dejó marcada Pep Guardiola. Más temprano que tarde, los blaugranas deberán darle un sentido definitivo a su juego.
Hoy, frente al Villarreal se vio a un equipo con cierta continuidad con respecto al triunfo ante el Celtic. La oposición era más fuerte, claro está, y eso complicó la tarea del Barsa. La propuesta de Marcelino García Toral fue un 4-5-1 que se basaba más en la acumulación de efectivos que en el escalonamiento ordenado o la presión específica. Del otro lado, los de Martino se adueñaron en los primeros minutos del la posesión en el campo rival pero si bien había prolijidad y paciencia en la construcción de juego, existían pocas rupturas a las espaldas de los rivales y así se hacían previsibles los ataques catalanes.
La presencia de Song como volante interior derecho tampoco ayudaba a que el Barcelona construyera un ataque más inteligente. Con el ingreso de Xavi esto cambiaría rápidamente. Pero antes de que tuviera acción el de Terrassa, habían pasado 60 minutos y pocas cosas. Un penal mal sancionado que derivó en el gol de Neymar, un buen pasaje en el final del primer tiempo de los locales con un Busquets que está en el mejor momento de su carrera y un gol de cabeza de Mateo Musacchio -el más destacado en el Submarino amarillo- tras anticipar al alabado Bartra.
Seamos justos, el zaguero central hizo un muy buen partido en el global, pero lo anticiparon en una acción decisiva. Si hubiera sido Mascherano o el propio Puyol el del error defensivo, los hubieran crucificado. Con Montoya lo mismo, va siempre, con criterio y tiene un físico resistente, pero esta noche no resolvió una acción de forma positiva entre las muchas que tuvo. Probablemente sea más fiable que Dani Alves, pero para tener el peligro que genera el brasilero aún le falta.
Con Xavi el Barsa fue otro. Fue más claro y circuló a mayor velocidad. El gol decisivo, otra vez de Neymar, llegó tras un gran envío al área de Cesc que tuvo una mejor recepción y asistencia de Alexis Sánchez, confirmando nuevamente que pasa un muy buen momento. Hoy le faltó el gol pero cumplió una buena labor.
Tras el 2-1, los catalanes tuvieron su mejor tramo del encuentro y contaron con algunas chances claras como para aumentar. El Villarreal inquietó en alguna pelota detenida aislada pero jamás se animó realmente a ir a buscarlo.
Algunos apuntes. Pinto da seguridad; Jordi Alba volvió y se nota aunque aún esté lejos de su pico, Bartra, pese a ese error, puede pelear por la titularidad. Busquets es elmejor jugador del equipo y Xavi aportó claridad en un momento de duda. Neymar sigue sumando tantos y Alexis buenos rendimientos. El futuro es Sergi Roberto y el Tata lo sabe.
Vivimos en tiempos muy acelerados, de críticas y juicios de valor muy volátiles. El Manchester City parecía un despropósito de equipo hace algo más de un mes y hoy vapuleó al líder de la Premier por 6-3. Estamos todos un poco apurados a encontrar una novedad, a adjetivar de la manera más creativa, a condenar antes que el resto a elevar al Olimpo a equipos o futbolistas que quizás solo han mejorado un poco el nivel.
El Barcelona no era el peor equipo sobre la faz de la tierra tras las derrotas ante el Ajax y el Athletic. Sí creo que aún no tiene definida una identidad el colectivo y que por ahora no se lo nota convencido al grupo (jugadores más cuerpo técnico) de andar por la senda que dejó marcada Pep Guardiola. Más temprano que tarde, los blaugranas deberán darle un sentido definitivo a su juego.
Hoy, frente al Villarreal se vio a un equipo con cierta continuidad con respecto al triunfo ante el Celtic. La oposición era más fuerte, claro está, y eso complicó la tarea del Barsa. La propuesta de Marcelino García Toral fue un 4-5-1 que se basaba más en la acumulación de efectivos que en el escalonamiento ordenado o la presión específica. Del otro lado, los de Martino se adueñaron en los primeros minutos del la posesión en el campo rival pero si bien había prolijidad y paciencia en la construcción de juego, existían pocas rupturas a las espaldas de los rivales y así se hacían previsibles los ataques catalanes.
La presencia de Song como volante interior derecho tampoco ayudaba a que el Barcelona construyera un ataque más inteligente. Con el ingreso de Xavi esto cambiaría rápidamente. Pero antes de que tuviera acción el de Terrassa, habían pasado 60 minutos y pocas cosas. Un penal mal sancionado que derivó en el gol de Neymar, un buen pasaje en el final del primer tiempo de los locales con un Busquets que está en el mejor momento de su carrera y un gol de cabeza de Mateo Musacchio -el más destacado en el Submarino amarillo- tras anticipar al alabado Bartra.
Seamos justos, el zaguero central hizo un muy buen partido en el global, pero lo anticiparon en una acción decisiva. Si hubiera sido Mascherano o el propio Puyol el del error defensivo, los hubieran crucificado. Con Montoya lo mismo, va siempre, con criterio y tiene un físico resistente, pero esta noche no resolvió una acción de forma positiva entre las muchas que tuvo. Probablemente sea más fiable que Dani Alves, pero para tener el peligro que genera el brasilero aún le falta.
Con Xavi el Barsa fue otro. Fue más claro y circuló a mayor velocidad. El gol decisivo, otra vez de Neymar, llegó tras un gran envío al área de Cesc que tuvo una mejor recepción y asistencia de Alexis Sánchez, confirmando nuevamente que pasa un muy buen momento. Hoy le faltó el gol pero cumplió una buena labor.
Tras el 2-1, los catalanes tuvieron su mejor tramo del encuentro y contaron con algunas chances claras como para aumentar. El Villarreal inquietó en alguna pelota detenida aislada pero jamás se animó realmente a ir a buscarlo.
Algunos apuntes. Pinto da seguridad; Jordi Alba volvió y se nota aunque aún esté lejos de su pico, Bartra, pese a ese error, puede pelear por la titularidad. Busquets es elmejor jugador del equipo y Xavi aportó claridad en un momento de duda. Neymar sigue sumando tantos y Alexis buenos rendimientos. El futuro es Sergi Roberto y el Tata lo sabe.
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