Los Merengues salieron a atacar, a tener el dominio y a presentar cartas
sobre el césped. Málaga salió a ver que podía hacer. Apostó a algunas contras
esporádicas, a la solides en defensa y, sobretodo, a las manos de Willy
Caballero.
Di María agarró los hilos de los Merengues, llevándolos siempre a buen
puerto. Las ocasiones eran terminadas por Cristiano Ronaldo o Álvaro Morata -
quién fue aplaudido todo el cotejo - muchas veces encontrándose con las manos de
Willy, con Games, Sergio Sanchez, Wellington y Antunes bien plantados en el
fondo o, si ellos no podían, el jugador número doce eran los caños del arco,
que dos veces salvaron a los Andaluces.
Los de Bernd Schuster no podían encontrar la pelota ni con Portillo, ni
con Eliseu, quién encima el único rebote que le quedó, no logró conectarlo. Los
locales seguían nuevamente de la mano de Di María y ahora se sumaba Isco a
generar, aunque la invulnerabilidad de Caballero era la nota dominante del
partido.
El primer tiempo fue exactamente eso: El Madrid a jugar; el Málaga a ver
que podía hacer, además de prenderle velas a sus jugadores defensivos.
Y como dijimos, Di María era el mejor del partido y en el arranque del
segundo tiempo le puso un centro a Cristiano que nunca lo alcanzó pero sirvió
para distraer al arquero visitante y poner el 1 a 0. Un baldazo de agua para el
Málaga que había echo un planteo totalmente distinto.
Luego comenzó un show: Caballero quería ser más que Di María. Tras no
poder atrapar la primera pelota en el gol, contuvo en todo el segundo tiempo
¡18! Remates al arco, que eran claras
situaciones de gol, atajando dos con los pies, tres dentro del área y una como
arquero de handball estirándose hacia una esquina. Un impenetrable Willy se
vistió de héroe ante un Madrid que no sabía como sentenciar el partido.
Anderson entró y generó mucho más que todos los que jugaron en la
primera mitad, haciendo trabajar un poco a Diego López que hasta allí, solo
había tocado las pelotas para ponerlas en juego. Buen partido de Antunes por la
banda y de Sánchez en la defensa.
Pero navidad llegó antes en España: Miguel Ángel Aysa Gámez le regaló un
penal inexistente al Real Madrid para que CR7 se saque la mufa y pueda vencer a
la figura del partido.
El Madrid se asienta con su estilo de juego impuesto por Ancelotti y
hace del Bernabéu la fortaleza que merece ser. Málaga tiene que mejorar mucho
si quiere volver a ser nombrado entre los puestos importantes de la Liga , pero se queda tranquilo
que el arco, está en buenas manos.
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