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La ilusión napolitana

Con Mertens y Pandev como figuras, Nápoli goleó 4 a 0 al Livorno y sigue a solo dos puntos de la Roma, a quien enfrentará en la próxima jornada. No jugó Gonzalo Higuaín.




Fue todo del Nápoli. El conjunto de Rafael Benítez que llegaba al partido con la presión de que la Roma sigue sin ceder unidades y continúa transformando todos sus encuentros en triunfos: no podía irse del San Paolo sin los 3 puntos. Su rival, el Livorno se encontraba en mitad de tabla y llegaba a Napoles con la esperanza de dar la sorpresa y conseguir, al menos, el empate.

El local llegaba con varias preocupaciones, la ausencia de Zúñiga y sobre todo la de Gonzalo Higuaín, hacían presagiar un duro encuentro. Además, todavía daban vueltas en la cabeza de los hinchas aquellos dos puntos perdidos dos jornadas atrás, en este mismo estadio, ante el recién ascendido Sassuolo.

Tanta especulación y tanto miedo duraron 4 minutos, los mismos que le bastaron a Dries Mertens para recuperar la pelota en su propio campo y trasladarla a gran velocidad, abrir a la derecha y festejar cuando Goran Pandev clavara un zurdazo cruzado mientras el arquero Francesco Bardi veía como entraba.

El macedonio sigue en racha

El mismo Bardi, que no tuvo su mejor tarde, colaboró para que el escolta del Calcio ampliara su ventaja. Un remate de Ghokan Inler de 25 metros dobló las manos del arquero visitante y puso el 2-0.

El Livorno poco y nada, solo un disparo de volea de Innocent Emeghara, que si hubiera entrado, estaríamos hablando del mejor gol del año. Pero pegó en el palo y se alejó del campo de juego. Así se fueron al descanso.

Si alguien pudiera explicar lo que pasó en el primer tiempo, ese es Pepe Reina. El español fue el mejor espectador de la eficacia de su equipo, que demostró superioridad pero no brilló, ni mucho menos, en los 45 minutos iniciales.

El ex arquero del Liverpool salió a la cancha en el segundo tiempo con los guantes puestos pero sabiendo que no los iba a utilizar, que el rival de turno no atacaba, no llegaba, no molestaba. Su equipo, por su parte, no se conformaba con el resultado, quería más.

Así fue encerrando al Livorno hasta meterlo en un Callejón sin salida, que mejor expresión para explicar que en el minuto ocho el ex Real Madrid, con la siete en la espalda, marcó el tercero, tras una pared con Pandev, quien estuvo activo durante todo el cotejo.

El éxito napolitano no acabaría aquí. Faltaba el gol de su gran capitán, aquel de la cresta más grande del fútbol mundial, que lejos de incomodarlo, lo transformó en un jugador más pensante. Así, Hamsik se encontró con la pelota en el área chica y la empujó a la red, tras un rebote de Bardi, que no pegó una en toda la tarde.

El 4-0 mostró a un equipo serio que insinúa dar pelea hasta al final. Una gran prueba tendrá dentro en la próxima fecha cuando enfrente a la Roma, que es la sensación del Calcio y lo aventaja en 2 unidades. Un partido que será clave para medir las aspiraciones de los napolitanos, que a día de hoy se mantienen invictos y no hay nadie que les quite la ilusión de que 24 años después puedan volver a ser campeones de Italia.    

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