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Goleada con pasaje en mano

Holanda no tuvo piedad con Hungría: fue 8-1 para los de Van Gaal en Amsterdam. Los magiares quedaron prácticamente afuera del Mundial de Brasil. Van Persie ya es el máximo goleador  histórico de su seleccionado.




El contexto era similar al de hace cuatro años, cuando Holanda visitaba a Escocia con una eliminatoria asegurada y los pasajes a Sudáfrica en el bolsillo. Ahora, nuevamente sobre el final de las eliminatorias, se enfrentaban con el escolta para cambiar el destino de un grupo. Esta vez, quienes sufrieron el poderío de la "Naranja" fueron los húngaros.

Sucedió lo que se esperaba, o al menos en cuanto al ganador. En la previa, Holanda era superior y favorito a quedarse con los tres puntos, pero era una duda saber cuánta intensidad tendría el partido por parte de los locales. La respuesta es el resultado, 8-1, goleada histórica.

Con un equipo sin suplentes, pese a tener un lugar asegurado en la Copa del Mundo, Holanda no escatimó en esfuerzo. Sino, que siguió aceitando el funcionamiento de un equipo que se perfila como protagonista en Brasil 2014. Sus grandes figuras, como Robin Van Persie, Kevin Strootman o Arjen Robben, entre otros, demuestran, en cada una de las citas de Louis Van Gaal, que no sólo rinden en sus clubes, sino que en la selección también se ve lo mejor de cada uno de ellos.

El ex técnico del Bayern Munich es el gran responsable del presente del equipo "Naranja". De hecho, el primer gol, es la esencia de su juego: pases profundos para el lateral (Daryl Janmaat) que ataca por la banda y centro a la cabeza del delantero (Van Persie). Así se ponía en ventaja temprano en el marcador Holanda, para que también festejen turcos y rumanos.

El segundo no tardaría en llegar. Después de diez minutos en los que Hungría buscaba acomodarse al resultado adverso, algo que no logró a lo largo de todo el encuentro, apareció Jeremain Lens por derecha para asistir a Strootman, que cabeceó a contra pierna del arquero Ádám Bogdan. El desmarque en velocidad por las bandas del actual jugador del Dynamo de Kiev, era apenas un aviso a los defensores húngaros.

Si el 1-0 era un resultado incómodo para los visitantes, los dos goles de ventaja serían casi definitivos. De hecho, se mostraban en el campo de juego como un equipo deslucido, sin ideas ni motivación. Parecían un equipo eliminado, parecían saber lo que les esperaba.

Mientras tanto Holanda se manejaba el partido a gusto. Strootman no sólo es el generador de juego en ofensiva, cumpliendo el rol que solía tener como protagonista a Wesley Sneijder, sino que también resulta una pieza importante en el retroceso en bloque junto a Nigel De Jong. Por su parte, Rafael Van der Vaart, sin desgaste pero con el juego claro en su mente, se mostraba como el mejor socio del jugador de la Roma en su faceta ofensiva.

La defensa húngara pagaría caro sus errores. Lens encontró un despeje deficiente cerca del punto de penal, y con pierna zurda acomodó la pelota lejos del alcance del arquero. Apenas dos minutos después del 3-0, Holanda tuvo una doble oportunidad para ampliar el marcador, mostrando en cada una de ellas sus mejores cartas. Primero fue Strootman el encargado de estrellar la pelota en el travesaño tras una jugada llena de vértigo y desequilibrio, y más tarde Janmaat volvería a pisar terreno enemigo para impactar su remate en el palo.

Antes del final, llegaría una nueva obra en conjunto. Holanda se lucía en el escenario para el aplauso de los espectadores, que disfrutaban del fútbol sencillo y contundente. La jugada es digna de un manual de contraataque, Lens recorrió mas de 40 metros con pelota dominada para largarla en el momento exacto, cuando Robben, tirando la diagonal,  pasaba por sus espaldas a máxima velocidad, y con su perfil preferido para lanzar el centro, colocó la pelota en la cabeza de Van Persie que cambió por gol.

A la vuelta del descanso Hungría parecía haber sentido la humillación e intentó lastimar con jugadas aisladas manejadas, en su mayoría, por Németh. La insistencia tuvo su remuneración en un penal, que Dzsudsák cambió por gol.

Sin embargo, el empujón anímico que habían obtenido tras el gol se evaporó rápìdo. Centro para Robben, que cabecea bombeado y asiste de manera exquisita al hombre que, con ese tanto, se convertía en el máximo goleador de la selección, Robin Van Persie. Superaba nada más y nada menos que a la leyenda de Patrick Kliuvert, que observó como su marca se caía desde el banco de suplentes, ya que es colaborador de Van Gaal. Claro, no había motivos para caras largas, sino que el ex delantero del Barcelona mostró toda su felicidad y alegría.

A falta de 25 minutos para el final del partido, Hungría volvería a demostrar todas sus falencias en la defensiva. Devecseri, que había ingresado en el segundo tiempo para reforzar la defensa, cabeceó de manera inmejorable, pero en propia puerta.

Sobre el final llegarían dos tiro libres calcados. Primero fue el turno de Rafael Van der Vaart, un especialista en la materia, que marcó su tanto después que la pelota rebote en la barrera y descoloque al arquero. Minutos después, casi desde el mismo sitio, fue el turno de Robben, que decoró el resultado con una ejecución exquisita al por encima de la barrera.

La goleada estaba consumada, no habría tiempo para más. Holanda volvió a mostrarle al mundo todo su poderío. Son un equipo sólido en defensa, con un mediocampo versátil y una delantera que aprovecha cada una de las oportunidades que tiene. El gran desafío será ajustar el retroceso, porque por momentos parecen descuidar en las marcas y la defensa queda mal parada. El resto, es todo positivo y aún hay tiempo para mejorarlo.

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