La Roma venció a la Lazio 2 a 0 en el derby capitalino y se mantiene líder en el Calcio con cuatro victorias en cuatro partidos. Balzaretti y Ljajic desataron la locura de los tifosis del conjunto comandado por Rudi García.
La expectativa presentada por este comienzo arrollador de la Roma, lo marcaba como claro favorito para ganar el derby, nueve puntos en nueve en juego lo avalaban, pero la historia reciente decía lo contrario. Dos años llevaba la Roma sin vencer a su máximo oponente.
Ambos se encontraban tres meses después de la final de la Copa Italia que se llevó el conjunto celeste con gol de Lulic, era una oportunidad única para el equipo dirigido por Rudi García, ganar el derby y quedar líderes del Calcio habiendo ganado todos los partidos.
Llegaron al estadio con grandes expectativas. Se avecinaba un choque de esos que marcan historia, era el Derby Della Capitale, el partido más esperado del año. Pero empezó a rodar el balón y aquella esperanza se fue diluyendo.
La Roma, que si bien es ofensiva, juega sin atacantes, utiliza a Totti y Gervinho como sus hombres más adelantados pero ninguno es un delantero nato. Avanza con Maicon por derecha, en una posición que es más de volante que de defensor y que le permite llegar al área rival, y con Balzaretti que hace lo mismo por el otro sector. Aún así parecía depender de lo que "Il Capitano" y Pjanic fabricaran en mitad de cancha para generar peligro y en ese primer tiempo no se les cayó una idea a los creadores del juego.
Por su parte, la Lazio presentaba un modelo similar pero con Klose como nueve fijo y con Antonio Candreva, que se movía por la derecha aprovechando las constantes subidas del lateral por sus sector Luis Cavanda, que lo hacían soltarse más y transformarse en acompañante para el alemán. Candreva fue el jugador mas inquietante del primer acto.
Si hubiese que buscarle un título a la primera parte lo denominaría como a los cigarrilos "Derby suave corto", suave porque no hubo carácter ni juego rígido por ninguna de las dos partes y corto porque todo se jugó en 30 metros en la mitad de la cancha, los arqueros ni participaron. Aunque también podrían ser largos porque fueron 45 minutos interminables. En el segundo tiempo todo cambió, salieron a jugarlo de otra manera, como se debe hacer en este tipo de partidos. Luego de aquel reconocimiento de la primera parte, ya sabían lo que había del otro lado. Era la hora de ir a ganar el clásico.
Fue la Lazio el conjunto que tomó la iniciativa, un centro envenenado de Hernanes, generó el rechazo involuntario del central Leandro Castan hacia su propio arco, la pelota impactó el travesaño y la siguiente reacción de De Sanctis evitó el primer gol celeste. Rudi García observó que se venía un partido diferente y decidió meter mano. Hizo entrar a Adem Ljajic por Alessandro Florenzi y el jugador proveniente de la Fiorentina no decepcionó: comandó al equipo junto a Totti y Pjanic, creó jugadas en ataque y fue una molestia constante para Ledesma, Lulic y Hernanes, que no pudieron pararlo.
La Roma comenzó a ir al frente, quería la victoria y el premio no tardó en llegar. Minuto 17 centro al área y Balzaretti la envía directo al palo ante la estirada del arquero Marchetti, la jugada continúa y deriva en un córner. El desconsuelo del defensor romanista era total, tenía la gran oportunidad de su vida y la había desaprovechado, el palo le había ahogado el grito y otra posibilidad similar era prácticamente imposible que le llegara. Lo que tendría que haber sido su gol terminaba en tiro de esquina.
Sacó el córner Totti, corto para Pjanic, quien se la devolvió, el 10 se la llevó por la línea de fondo, envió un centro pasado y precioso y adivinen quien apareció. Sí, Balzaretti, otra vez Balzaretti, le había llegado en menos de 30 segundos dos chances inmejorables. La agarró como venía, de zurda, fuerte y abajo y abrió el marcador en el Olímpico de Roma. Comenzó a correr, nadie podía detenerlo, sus compañeros intentaban abrazarlo, pero era imposible. Llegó hasta su gente, lo festejó con sus tifosis y de a poco lo fueron alcanzando para celebrar todos juntos el 1 a 0.
De ahí en más todo fue del equipo que hoy hacía de local. Más evidente fue la diferencia cuando veinte minutos más tarde Francesco Totti, se escapaba hacia al gol y André Dias que había ingresado cuatro minutos antes le puso el hombro. El árbitro Gianluca Rochi entendió que fue codazo y lo expulsó. La Lazio quedó con diez y todo se le hacía cuesta arriba. Así y todo, tuvo su gran chance en el minuto 90 cuando Ederson, que entró en reemplazo de Hernanes quedó solo, cara a cara con De Sanctis y Daniele De Rossi apareció como un rayo para extraerle el esférico y evitar el empate.
De esa maniobra vino el contraataque que fulminó el derby. La recibió el joven Ljajic, enganchó en el área y Ledesma lo bajó por detrás. Penal. Totti ya no estaba en cancha para ejecutarlo. Había sido sustituido minutos antes para llevarse la gran ovación de la tarde romana. Ljajic tomó la responsabilidad, el serbio que llegó este año y al que se le augura un gran futuro, se paró frente a Marchetti, lo miro fijo y colocó el balón a la derecha del arquero, quien equivocó el lado y desató la locura del equipo más joven de Roma, el 2 a 0 marcaba el final del derby, la punta del campeonato y el comienzo de una nueva era: la era de Rudi García.
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