El conjunto español se mueve como una empresa. Compra y vende. Paga precios exagerados y poco importa la crisis financiera. Menos el fútbol. Florentino es la cabeza de estos movimientos que desvirtúan aún más al juego..
Era sabido, se veía venir. El Real Madrid se quedó con el pase de Gareth Bale. Hacía semanas que se hablaba de este traspaso. Primero se dijo que iban a pagar 120 millones, después fueron 70 más Di María, un tiempito después tiraron que la cosa se cerraba en 100. Desde Londres las noticias que llegaban era que el jugador presionaba al Tottenham para que se concrete su fichaje y así los medios del mundo estuvieron zanateando semanas y semanas. En tiempo de vacas flacas hay que llenar con lo que se encuentre.
La cuestión es que se confirmó la llegada del galés y a las arcas de los Spurs ingresaron 91 millones de euros. He aquí el disparador del título de este artículo. ¿Puede un jugador valer eso? No. ¿Puede un club pagar eso por un jugador? No. ¿Se puede aceptar que con la crisis económica mundial a la cual España no le escapa, un equipo de fútbol gaste eso en un jugador? No. No hay que ser más moralista que el Papa. El hecho no pasa por cuestiones morales, sino más bien de lógica elemental. El precio es exagerado y no tiene otro propósito que causar conmoción en el público, sea futbolero o no. Hasta los que nunca vieron jugar a Gareth hablan de él.
No hay dudas de la calidad de este volante. Sin dudas es un bestial player. Potencia, disparos certeros, excelente diagonales al centro con la bola controlada y mucho más fueron su repertorio cotidiano mientras vistió la camiseta del conjunto inglés. Es imposible hablar mal de las figuras que ha ido comprando con los años los madrileños, pero Florentino Pérez, ya dejó de ser el presidente y se convirtió en un experto en venderles camisetas a los chinos, marketing le dicen. Su misión no es la de formar un equipo. Sus pensamientos se enfocan en causar ruido en los medios y de esta forma generar más ingresos para el club. De fútbol ni hablemos porque los millones que ha gastado en los últimos tiempos no le han ratificado que logre conquistar títulos.
Para Florentino el Real Madrid es una empresa, así se maneja y así lo maneja. Su forma de comerciar lo posiciona como un comprador desesperado y de esa forma el único que gana es el vendedor. El que tiene el futbolista que él busca pide exageradamente, luego baja el precio y termina por llevarse lo que quería. Pasa en una empresa, pasa en el Real Madrid. La confirmación de esto y de que poco importa la redonda es la salida de Mesut Özil. El alemán se fue al Arsenal por 50 millones, aunque son poquísimos los que hubieran desistido de contar con este crack para quedarse con Bale. Si pensamos colectivamente con la venta del alemán y la llegada del galés pierde juego.
En la misma óptica se enfoca el trato con los ídolos. En los últimos tiempos, todos se fueron por la puerta de atrás a pesar de que los hinchas los bancaban. Le pasó a Hierro, le pasó a Guti y le pasó a Raúl. A un Raúl que le dio todo al Madrid. Un hombre que representa a la institución española en el mundo. Raúl es sinónimo de Real Madrid y debería haberlo tratado de esa manera. Un partido homenaje no saca a flote a un barco hundido. La Casa Blanca perdió sus principios, no es el único penosamente sin embargo es el ejemplo más visible. No hay que ser iluso y pensar que a la pelota se juega con una chequera..
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