El PSG no pudo con el Saint-Étienne pero sigue en lo más alto de la Ligue 1. Cavani volvió a marcar para el equipo de Blanc, que aún busca su mejor rendimiento y consolidar un esquema.
El equipo de Laurent Blanc visitaba al Saint-Étienne con la obligación de ganar para acompañar al Mónaco en la cima de la tabla de posiciones. Los del principado ya habían ganado y estiraban la diferencia a tres puntos con un partido más.
El equipo de Laurent Blanc visitaba al Saint-Étienne con la obligación de ganar para acompañar al Mónaco en la cima de la tabla de posiciones. Los del principado ya habían ganado y estiraban la diferencia a tres puntos con un partido más.
El PSG se plantó en el Stade Geofforoy-Guichard con cuatro
hombres en el fondo, tres con mas marca que juego en la mitad de la cancha y un
tridente ofensivo conformado por Ibrahimovic, Cavani y Lavezzi. En el armado
del equipo se vieron falencias, ya que desde el comienzo del partido el local
le regaló la posesión, para no otorgarle espacios, y a los de Blanc les costó
manejar la pelota con claridad. Los atacantes quedaron muy lejos de los
encargados de la creación (Verrati y Matuidi) y los pelotazos resultaron ser la
mejor carta para llegar al área, aunque sin resultado.
Con un ataque estático y un rival que con paciencia esperaba
al PSG, a los 15 minutos el técnico francés mostró su primer signo de
incomodidad. Lavezzi, que ocupaba la banda izquierda, cambió de sector con
Cavani en busca de variantes y posibilidades de penetrar una defensa que
funcionaba con orden y buenos relevos. Parecía imposible lastimar jugando por
abajo, faltaba un enlace, alguien que le entregue con posibilidades de gol, la
pelota a los delanteros.
Sin desesperarse, el Saint-Étienne apostó a las contras
conducidas, mayoritariamente, por Lemoine. Se puso arriba en el marcador tras
un error de Marquinhos en la salida y aguantó con criterio hasta el final de la
primera parte que el visitante lo acorraló. En el segundo tiempo, el planteo no
cambió y halló la extensión en el marcador por la misma vía: error, primero del
Sirigu, y después del central brasilero que despejó mal el peligro con su
arquero en el piso.
De repente, el último campeón se encontraba dos goles abajo
en el marcador y sin juego que de buenos augurios. Pero todo cambió a partir de
la expulsión, ridícula, del autor del primer tanto, Lemoine. Con uno menos el
equipo local perdió el orden defensivo, se recluyó en su campo de juego y marcó
con amor propio y corazonadas.
En el banco del PSG, la tarjeta roja llegó como un mensaje y
enseguida, Blanc mandó a la cancha a dos atacantes dejando línea de tres en el
fondo. Thiago Motta retrocedería unos metros para ayudar en la marca y en
ofensiva quedarían Ménez y Lucas como extremos para asistir a
"Ibra" y Cavani.
Con los ingresos del francés y el ex San Pablo, todo cambió.
Ahora el PSG se nutría de conducción y pisaba el área con peligro. Sin embargo,
el pelotazo frontal a los delanteros no desapareció en la desesperación por
marcar.
El descuento fue producto de la mejor, y única, jugada
colectiva. Verrati buscó a Maxwell en profundidad tras un córner, y el ex
Barcelona asistió a Cavani en el primer palo. Después con insistencia el equipo
visitante consiguió el empate. En uno de los tantos centros frontales, el
uruguayo la llegó a tocar, casi imperceptible, y desacomodó al arquero.
De esta manera el Paris Sain Germain perdió la punta pero no
el invicto de 21 partidos, aunque seguro que tendrá muchas cosas para corregir.
Para que Lavezzi, "Ibra" y Cavani puedan jugar juntos en el ataque,
deberán buscar la forma de achicar las distancias entre sus líneas. Esta vez
llegaron al empate porque su rival quedó con uno menos y Blanc entendió el
cambio a tiempo.
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