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De la mano del buen pie

El Borussia Dortmund se impuso de visitante ante el Schalke 04 por 3 a 1. Aubameyang, Sahin y Błaszczykowski marcaron para los que venían de ganarle al Arsenal entre semana, Meyer había puesto el 2 a 1 parcial.




Se jugaba el clásico del río Ruhr, la gente ansiosa lo esperaba. Las gradas estallaban tanto que las bombas de estruendo y las bengalas hicieron postergar el arranque del comienzo. Las tribunas eran fiestas – un poco excedidas- y se esperaba lo mismo en la cancha

El primer tiempo fue dominado por los amarillos. Manejado todo según Marco Reus, quién sabe suplir la ausencia de Mario Götze; Aubameyang y Mhkytarian acompañan de manera excelente al enlace. Lewandowski se acopla a esa zona para generar juego en el frente de ataque, dejándole llegada también a estos tres a la zona de impacto.

Weinderfeller quiere calmar a los hinchas. Mucha pasión en el clásico.
Generaron pases, transiciones, desmarques, diagonales: Bender, Grosskreutz, Reus, Mhkytarian, de nuevo Reus, de nuevo Mhykitarian, adentro para Aubameyang que la empujó, dejando a Hildebrand totalmente vencido, al igual que una defensa que no tuvo otra que mirar la jugada.

Y cuando les tocó defender, los del Dortmund lo hicieron de manera excelente y solidaria. Tanto Aubameyang como Reus hacían el retroceso por sus bandas. Mhkytarian acompañaba con el volante con llegada y hasta Lewandowski, el nueve, presionaba atrás de la mitad. Sahin y Bender completaban el mediocampo sólido que con los cuatro del fondo, evitan problemas para el guardameta.

Pero no todo es perfecto: una llegada tarde de Subotic le otorgó un penal a Kevin Prince Boateng que encontró las manos de Roman Weidenfeller. El elenco de Jurgen Klopp cumplía en todas sus líneas y el Schalke no tenía ideas claras, no podía generar juego y enfrente tenía once hombres que hacían todo a la perfección.

El tiro de Boateng encontró las manos del portero.
En el segundo tiempo las cosas cambiaron, otra cara se vio en el local, quién se predispuso un poco más a jugar, de la mano del joven Draxler, Aogo y Boateng. Pero se vio la misma faceta en el Dortmund, firmeza en su pareja de centrales, Durm entró por Schmelzer pero se mantuvo el buen desempeño. Y para mal de males, creció la presión cuando Nuri Sahin la agarró de afuera del área y la colgó del ángulo, decretando un dos a cero que era contundente y sobretodo merecido.

Se movió el banco, entro Meyer en el Schalke y dos minutos después había descontado. El joven jugador dio algo que el equipo necesitaba, vitalidad. Aportó, también,  velocidad, ritmo, precisión, rompió las líneas de la defensa e incluso exigió a Weidenfeller una vez, antes de marcar.

Blaszczykowski decretó la victoria del Borussia.
El local se acercaba al arco, el público explotaba, el clásico del río Ruhr estaba para cualquiera de los dos, y se venía Aogo, pero la robó Mhkytarian, corrió 87 metros, de área a área y lo dejó solo a Jakub Błaszczykowski, quién solo la tuvo que empujar. Sentencia definitiva.

El Dortmund jugó el partido como un clásico: compacto, parejo, rápido en transiciones, solidario, porque todos retrocedían de ser necesario y con seriedad en todos los jugadores. El Schalke extraña a Huntelaar, pero de la mano de Mayer, va a tener con que poder soportar la adversidad. Hoy le costó y la visita ganó de la “mano del buen pie”.

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