Chelsea se impuso al Inter por 2 a 0, con goles de Oscar y de Eden Hazard en un amistoso jugado en EE.UU. Poco del neroazzurro, aunque algunos puntos altos. Los de Mourinho jugaron un fútbol como el técnico nos tiene acostumbrados.
Línea de tres, cuatro en el medio, Ricky Álvarez para enlazar y Palacio
e Icardi para definir, planteó Walter Mazzarri, entrenador del Inter. Inquietó a los Blues durante
los primeros 35 minutos del encuentro, con Nagatomo haciendo un ida y vuelta
fantástico, jugando de carrilero; Campagnaro, acompañando por esa zona con un
muy aceptable rendimiento - al igual que Ranocchia. Pero dentro de este
control de los de Milán, Moses gambeteó, corrió como loco y le dejó la pelota a
Oscar, quien en la media luna la colgó del ángulo derecho, tras ver adelantado
a Samir Handanovič que nada pudo hacer. No era justa la victoria, pero el fútbol
no es justo.
Un ratito después Petr Cech atajó un pelotazo terrible de Palacio,
mostrando que el Inter tenía superioridad cuando tenía la pelota. El elenco de
Mazzarri no tuvo en Álvarez al conductor que necesitaba, sumado a que todavía
Icardi no es el desequilibrante delantero que hizo vibrar a Sampdoria.
Y menos sentido tuvo el partido cuando de un penal inexistente -donde claramente se ve que Ramires cae fuera
del área- Eden Hazard hace el trueque por gol y deja al Chelsea dos a cero. Ahora
la balanza se equilibró más, pero el partido seguía sin estar para esa
diferencia. Pero en 15 minutos, con dos
jugadas a la carrera y eludiendo
rivales, se pudo diagnosticar la
enfermedad más grosera del Inter: sus falencias en la marca.
El segundo tiempo se desdibujó. Pero no por la ausencia de juego, sino
por la falta de jugadas claras. Los cambios también opacaron el partido: se
cambiaron casi todos los jugadores del campo y hasta Carrizo tuvo minutos e
ingresó por Handanovič. Algunas variantes le dieron más vertiginosidad pero no
alcanzaron para crear situaciones claras de gol. Mata y David Luiz otorgaron un juego vistoso; Belfodil – un jovencito de Argelia que sólo
tiene 21 años – ingresó por Icardi y aportó más explosión y llegada pero no la
posibilidad de generar peligro.
Estos segundos 45 minutos, sirvieron de ayuda a los técnicos para elegir
a los once titulares que van a arrancar sus respectivas temporadas. El partido
no brindó demasiado. Dos jugadas a pura inspiración generaron dos goles de otro
partido, que le alcanzaron (y sobraron) al Chelsea para salir victorioso.
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