El equipo de Rafael Benítez le ganó al Benfica 2-1 en Amsterdam y se quedó con la Europa League. Luego de un mal arranque de temporada, el equipo londinense cerró el curso con este título. Increíblemente, el Benfica sigue ligado a la “maldición”
de Guttman: Perdió cinco finales de Champions y una por Copa UEFA desde su
última conquista europea en 1963.
Ambos llegaban con grandes expectativas dado que cada uno no pudo festejar en el plano doméstico. El Chelsea quedó lejos del campeón, Manchester United, y no cumplió un buen papel en la Champions y ocupó el tercer puesto, lugar que le dio participación en la Europa League. Del otro lado, los lusitanos llegaban tras vencer el Fenerbahce turco . Pero el factor más importante fue psicológico: perdió el último fin de semana frente al Porto y posiblemente haya perdido, también, la liga portuguesa.
Chelsea no mereció ganar, pero esto es fútbol y el
que la mete, gana. Benítez tuvo que hacer dos modificaciones en la previa debido a las
lesiones del belga Eden Hazard y el capitán John Terry. Entonces, ingresaron
Óscar y Gary Cahill, y David Luiz se convirtió en el acompañante de Frank
Lampard en el mediocampo. Cincuenta por ciento fútbol, cincuenta por ciento
marca. Pero los “blues” hace tiempo que no mantienen una línea en su manera de
jugar.
El Benfica, que contó con la presencia de Ezequiel
Garay (salió lesionado), Eduardo “Toto” Salvio, Nicolás Gaitán, Enzo Pérez y
Pablo Aimar -en el banco-, predispuso un equipo volcado en ataque, con jugadores que llegan
al área rival y juego a ras del suelo. Dominó el partido con varias ocasiones
que no pudo concretar.
Tacuara la metió de penal |
Venía golpeado desde el fin de semana, y eso, aunque se
diga que “son profesionales”, repercute y mucho. Solo “Tacuara” Cardozo pudo
convertir una chance, de más de diez que tuvo el equipo en todo el cotejo, cuando puso el 1-1 parcial. Los lusos jugaron bien,
ordenados. Pero no bastó.
Un solo ataque claro de los de Benítez y adentro.
Gol de Fernando Torres que superó a Luisao y luego al portero Artur, y le dio
la ventaja parcial al equipo inglés, que no mostraba el entusiasmo de estar
jugando una final. Muchos fans hablaban en la previa de que “les quedaba chica
esta copa”. Pero vaya si la festejaron.
El gol del título |
Las reglas de juego marcan que el que más veces hace ingresar la pelota en el arco rival se lleva el triunfo. Y así lo hizo Chelsea. Ya en
el segundo minuto de descuento, apareció el serbio Branislav Ivanovic y a dar
la vuelta olímpica y a celebrar, al menos por diez días, la vigencia de la
Champions 2012 y la flamante Europa League.
Para Benfica fue una temporada muy buena en lo
futbolístico, porque a pesar de no conseguir títulos, llegó lejos en todas las
competiciones que participó; incluso aún tiene alguna chance en la Superliga. Es muy bueno para un equipo que está a menos de un
escalón de los grandes equipos de la actualidad. En la vereda de enfrente, en
cambio, no es tan así. Chelsea cerró una temporada con un título que ganó con la suerte de su lado, pero que está lejos del juego que supo tener años atrás, con José
Mourinho en el banco de suplentes. The Special One se asoma en el horizonte azul.
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