El conjunto
local tendrá un mini test antes de lo que será una obligación: ser protagonista
estelar de su Mundial. El recorrido antes de esta Copa de las Confederaciones
no es el mejor y las dudas son más que las certezas en el Scratch.
Desde que
comience a rodar la pelota en Brasilia en el juego inaugural ante Japón, el
plantel brasilero empezará a sentir una pequeña réplica de la presión que
tendrá el año que viene en la Copa del Mundo. La Verdemarelha debe ser la Selección
campeona, así lo exige su público y en esta Copa Confederaciones no puede dejar
una mala imagen.
Pero más
allá de las presiones, las exigencias y el fantasma de 1950, el Scratch lejos
está de ir dando lo que se supone son los pasos ideales para obtener un logro
semejante. Dos certámenes tenía previos al Mundial: la Copa América en el 2011
y esta Copa Confederaciones del 2013 (se podrían incluir también los Juegos
Olímpicos, el comienzo del fin de Menezes), en el medio cambió de entrenador y
tiró por la borda más de dos años de trabajo de Mano Menezes.
En este
panorama, el elegido para sustituirlo fue Luiz Felipe Scolari, último
entrenador que lograra campeonar a nivel mundial con Brasil, pero que tenía
como más reciente labor en su currículum un descenso con Palmeiras. Ya no habrá
vuelta atrás (se supone) y sobre los hombros de Felipao está la ardua tarea de
armar un equipo que logre ser protagonista en el 2014.
Esta Copa
Confederaciones por eso mismo resulta un banco de pruebas al mismo tiempo que
necesita arrojar algunos resultados positivos. Luego de resueltas algunas dudas
en cuanto a la confección del plantel, Scolari debe resolver dudas en cuanto a
su propuesta de juego.
Sin Kaká
–previsible- ni Ronaldinho –llamativo, pues además de ser el mejor futbolista
de la Libertadores ya había sido convocado por Scolari a comienzos del 2013- el
equipo se espera que descanse en los hombros de Neymar. ¿Está preparado el
nuevo jugador del Barcelona para esto? Sus últimas actuaciones parecen marcar
lo contrario, además de subrayar su participación en los Juegos Olímpicos donde
debió dar un poco más, en especial en la final con México.
Más allá de
este hecho puntual, hay un clima de desconfianza generalizada. El propio equipo
ha generado esa sensación. Un ataque con laterales bien lanzados o generarlos
con volantes de más llegada; esa puede ser una de las claves que deba resolver
el entrenador que pasara por el Chelsea.
Si bien de
un lado la plaza parece ser de Dani Alves, por la izquierda la opción de Filipe
Luis o Marcelo puede ayudar a saldar esa duda. La zaga no tiene muchos
interrogantes ya que Thiago Silva y David Luiz sacan ventaja, la valla será de
Julio Cesar, de buena temporada en el descendido QPR.
En función
de si prioriza ese ataque desde los laterales o no, el mediocampo puede cambiar
su fisonomía. Más combate o jugadores más asociativos. Tres mediapuntas o tres
hombres fijos en ataque. Muchas dudas.
El
principal receptor de las críticas viene siendo Hulk; el delantero que brillara
en el Porto es el blanco de los torcedores que pretenden que ese lugar sea de
Lucas y cambiar el sistema. El hombre del PSG podría ser un socio ideal de
Neymar y de Oscar en caso de armar una línea de 3 mediapuntas. Bernard, posible
refuerzo del Borussia Dortmund, está como alternativa. El tradicional 10 quedó
afuera de la convocatoria ya que otra opción (además de Kaká o el reconvertido Dinho) podría haber sido Ganso, quien vive horas bajas en el Sao Paulo, donde
nunca logró hacerse con un lugar.
La posición
de Neymar también es una incógnita ya que podría actuar por la banda izquierda
o bien cargarse el carril central. Si se vuelva sobre la izquierda, podríamos
pensar que la derecha sea un pasillo largo para las llegadas de Dani Alves.
¿Anticipo del Barcelona 2013/2014?.
Lo que no
negocia Scolari es su centroatacante. Fred parece estar por delante de Leandro
Damiao en la preferencia de Felipao. Un falso 9 o Hulk en la demarcación
central no serían opciones viables. Ni Robinho ni Pato están en la nómina.
Quedan las
dudas en el mediocampo. Ramires, Paulihno, Hernanes y Luiz Gustavo pelean palmo
a palmo por la titularidad. En función de la combinación que elija el entrenador
definirá el carácter que tendrá su equipo.
En definitiva,
repasando un poco los nombres elegidos para esta Copa, vemos que apellidos de
peso no faltan. Probablemente no ostente en ofensiva esos grandes nombres que
tenía hace siete u ocho años, pero tiene sí jugadores top. Estará en esa búsqueda
interna, esa definición identitaria el gran desafío de Scolari. Tiene poco
margen.
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