La Juventus derrotó al Pelermo y conquistó un nuevo título italiano cuando faltan tres fechas para termine el torneo. Un equipo que mostró sus mejores cartas y que seguramente la temporada que viene intentará regresar a imponerse en Europa..
Cuando un equipo sale a la cancha con la certeza de que al sacar un punto se consagra campeón, sin dudas, se relaja y hace su negocio. Eso fue lo que hizo la Juventus frente al Palermo, un equipo que sufre por no descender, y sinceramente no se puede discutir su libreto porque su objetivo se cumplió y consiguió su Scudetto 29, algunos cuentan dos le quitaron por el escándalo de Calciopoli, y de esta manera revalidó el título que conquistó el campeonato pasado.
Cuando un equipo sale a la cancha con la certeza de que al sacar un punto se consagra campeón, sin dudas, se relaja y hace su negocio. Eso fue lo que hizo la Juventus frente al Palermo, un equipo que sufre por no descender, y sinceramente no se puede discutir su libreto porque su objetivo se cumplió y consiguió su Scudetto 29, algunos cuentan dos le quitaron por el escándalo de Calciopoli, y de esta manera revalidó el título que conquistó el campeonato pasado.
Los conducidos por Antonio Conte se hicieron dueños de la bola desde el primer momento. Andrea Pirlo, ese crack que muchos tiene como emblema, se paró en el medio y levantó la mano para pedir la pelota cada vez que quemaba o cada vez que había que ser más profundos. De sus pies salieron las mejores y gracias al despliegue incesante de Arturo Vidal y Paul Pogba, la Juve generaba dinamismo aunque en los primeros 45 minutos jamás terminó por apretar el acelerador para llegar al arco de Stefano Sorrentino.
Los rosados, del otro lado, eran espectadores de lujo de una nueva vuelta olímpica de la Vecchia Signora. Sus jugadores sólo llegaron a defender el balón con alma y vida, pero de atacar ni hablemos porque como máximo hubo alguna pelota larga que Fabrizio Miccoli o Josip Ilicic aguantaron frente a los camiones de Andrea Barzagli, Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci y que terminaron en un disparo desde afuera del área de algún volante que llegaba desde atrás. Eso fue todo y al saber que este equipo está peleando por el descenso, muchos no le pedirían demasiado.
La segunda parte tuvo algo más de emoción y hasta nos dejó un tiro en el palo para los conducidos por Giuseppe Sannino, que como no podía ser de otra manera salió de los pies de Micoli. Tras este susto, que fue sólo un susto, los de Turín durmieron la pelota a base de pases y pases. La bola iba y venía y en una de esas un pase filtrado que le iba a quedar a Mirko Vucinic terminó en penal. El montenegrino, viejo lobo de mar, se dejó caer ante el menor roce y el árbitro, Andrea Romero, compró sin inmutarse.
Vidal se hizo cargo del disparo desde los doce pasos y puso a su team arriba en marcador. Después la película siguió como estaba escrito en el guion, aunque los locales tuvieron chances como para ampliar su ventaja y de esa manera disipar a los fantasmas sin embargo no las concretaron. Los minutos corrieron y Pogba, un muchacho que juega como los mejores pero que tiene la gran contra de que cada tanto se le salta un fusible, vio la roja por escupir a Salvatore Aronica. Expulsión tonta y que deja mal parado al francés, el cual podría recibir más de una fecha de suspensión.
Una lástima que un título se ensucie así, con un penal dudosísimo y con una roja sonsa, aunque hay poco que objetarle a la Juventus, un equipo que se quedó con otra liga de Italia tres fechas antes de que termine el torneo y que ha hecho una temporada más que aceptable. Tuvo grandes actuaciones y logró un gran despliegue dentro del campo de juego, del cual ya hemos hablado aquí, así que hay poco que reprocharle a este conjunto que, seguramente, en el próximo año le apuntará a las competiciones europeas, esas que se le niegan desde 1996 cuando fue campeón de la Champions y de la Intercontinental..
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