El Wigan y el Tottenham concedieron un partido que terminó igualado 2 a 2. Las carambolas le jugaron a favor al visitante y el local no lo pudo
cerrar antes y lo pagó caro. Ambos llegaron con objetivos por cumplir y el punto fue amargo para el local y un poco más dulce, por la forma, para el visitante.
Ambos equipos llegaron con objetivos, desparejos por cierto,
de cara al final de la temporada. El Wigan debía ganar para salir de los puestos
de descenso y el Tottenham poseía la obligación de quedarse con los tres puntos
para seguir cercano a los puestos de Champions. Las imprecisiones, las
desatenciones, un blooper y las carambolas echaron por tierra las ambiciones de
los dos conjuntos.
Por el lado del Wigan, se puede explicar que el empate abordó
porque no lo supo definir cuando las grietas defensivas de los Spurs le dejaron
espacios por donde se mire. Además el nerviosismo de estar en la pelea por no
bajar de categoría fue un factor en contra para el equipo dirigido por Roberto
Martínez. Asimismo la falta de un conductor, que en algún pasaje del partido
quiso ser Callum McManaman, demostró que incentivó a la igualdad.
Bale estuvo escondido pese al gol |
Al cruzar de vereda, se ve que el Tottenham sufrió casi las
mismas falencias que el local. Lo único que no hizo parecido fue no liquidarlo,
porque nunca se le dio esa oportunidad. Sí se puede decir que el mal partido de
Gareth Bale aconteció a que el destino del cruce termine en un marcador
empardado. Por otra parte cabe destacar el gran aporte de Tom Huddlestone que
dibujó un gran despliegue en el mediocampo con grandes quites y mejores
distribuciones. Otro gran aporte lo hizo Kyle Walker con sus subidas por
derecha y que parece tener el mismo futuro que Bale: comenzar como lateral para
terminar como un volante-delantero.
Con lo que respecta al partido, el visitante golpeó primero
con un gol que vino por un error garrafal del arquero Joel Robles. El ‘1’ del
Wigan demostró una falta de respuesta técnica tras un pase atrás y pateó sobre
el cuerpo de Bale donde el rebote hizo que la pelota acabe dentro del arco a
los nueve minutos de comenzado el match. Dos minutos después fue el local quien
movió el marcador, tras un córner y una posterior desatención de la defensa del
Tottenham, llegó el cabezazo de Emmerson Boyce.
En ambas áreas hubo desatenciones |
La segunda mitad mostró una mejora, mínima, del Wigan que
comenzó a presionar al Tottenham en su propio campo. Y ese empuje hizo que el
local llegue al segundo gol tras una buena jugada de McManaman, el único ingles que puso el local en cancha, y una mejor
definición que se coló entre el travesaño y la mano de Hugo Lloris a una
velocidad inatajable. De ahí en más los ‘Blue’ arrinconaron a los ‘Spurs’
dueños de una cantidad de grietas defensivas que la mala definición local no
supo aprovechar para liquidar el encuentro. A un minuto del cierre llegó Boyce
para meterla en su propia puerta luego de una serie de carambolas que
favorecieron a los dirigidos por André Villas-Boas y así llegar al 2 a 2. El Tottenham lo pudo ganar en el tiro del final pero la suerte no estuvo de su lado y una serie de rebotes terminaron con el partido.
El Wigan se llevó el trago más amargo de este sábado. De
ganarlo y salir de la zona de descenso pasó a perder dos puntos claves y a
seguir en un puesto que lo lleva a perder la categoría si sigue así. Por el
lado del Tottenham la igualdad llegó como un respiro, debido a que no llevarse
puntos de su visita al MDW Stadium era imperdonable. Ahora sigue en la lucha
para entrar en zona de Champions, detrás del Chelsea y el Arsenal.
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