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Un homenaje para Margaret Thatcher

Fin de semana violento en las canchas inglesas. Casualidades del destino, la semana en la que murió la Dama de Hierro y a días de un nuevo aniversario de la tragedia de Hillsborough, diferentes hinchadas se cruzaron entre sí y con la Policía. El germen del viejo fútbol británico sigue vivo.



Se juega la primera semifinal de la Copa FA en el remozado Wembley. Es todo glamour, o casi, es que de un lado están el Manchester City y el Chelsea, potenciados por el doping financiero que con petrodólares le han inyectado los árabes y Abramovich respectivamente, y del otro -en ese primer choque- el modesto Wigan y el histórico Millwall. Serán justamente los londinenses los que le pongan un poco de tradición al torneo más viejo de la historia del fútbol.

En el césped, su juego directo y carente de adornos nos hará aparecer en la memoria al fútbol inglés pre-globalización, pre-Informe Taylor, pre-Premier League. Pelotazos, garra y pierna fuerte. Por momentos los Leones meten en apuros a los de los suburbios de Manchester,pero finalmente los de Roberto Martínez terminarán venciendo por 2-0. La nota, está en las gradas.


Volaron piñas en Wembley

Es que el Millwall tiene o supo tener a una de las hinchadas más fuertes y violentas de Inglaterra. Conjunto tradicional de Londres, sus cruces con la gente del Chelsea (o con otros equipos de la capital inglesa) son recordados y de hecho un filmes ha retratado esta pica. Diario de un hooligang o The Football Factory (título en inglés y del libro que da pie a la película) muestra las ansias de ambos grupos violentos al momento del sorteo de la FA, cuando la suerte termina por dar este enfrentamiento. Sí, a la luz delos resultados, nos perdimos una final picante.

Pero el sábado, los Leones se median ante el Wigan, no había un ingrediente violento en la previa. Además, estos grandes cruces parecían de otra época. O eso nos querían hacer creer. 

Los hechos son más o menos conocidos. La gente del Millwall empezó a tener problemas entre sí y finalmente todo terminó en conflictos con la Policía con el dato del color del robo de una gorra de un agente por parte de un hincha del conjunto azul, al mejor estilo Pimpi Camino (ex barra de Newell´s).



Justicia poética, designio del destino o casualidad, pero este conflicto que mostró la imagen de un fútbol inglés de otro tiempo -al menos en la superficie- fue coincidente con la semana en la que murió Margaret Thatcher; la ex Primer Ministro británica durante 12 años, de 1979 a 1991. A su vez, fue a días de un nuevo aniversario de la tragedia de Hillsborough.

De aquellos sucesos que terminaron cobrándose la vida de 96 hinchas del Liverpool ya hablamos en alguna ocasión, pero en este caso subrayaremos que fue en el final del thatcherismo y fue el comienzo del fin del fútbol para la clase obrera británica. Era ese estrato social el gran perdedor tras el gobierno de la Dama de Hierro, una de las más férreas defensoras de las políticas neoliberales propulsadas por los Chicago Boys. 


Collage del Millwall
La exclusión de la clase trabajadora inglesa, que había desarrollado en torno al fútbol y a los clubes uno de sus elementos icónicos culturales, era un síntoma más de lo que había pasado con ella. Es que a través de la destrucción de los sindicatos y luego del trabajo genuino de decenas de miles de personas, el proletariado inglés tuvo en la década del 80 su última gran derrota. 

Esos elementos sirven para explicar los festejos de tanta gente luego del deceso de Thatcher esta semana. O las banderas de los aficionados del Liverpool en el juego ante el Reading. Es que ese estado -o lo que quedaba de él- comandado por Maggie les dio la espalda a las víctimas de Hillsborough y sus familiares, quienes aún piden justicia. "No te importó cuando mentiste, no nos importa cuando te moriste", rezaba el trapo de los Reds.


Muy clarito
No fueron solo los inadaptados del Millwall -que jugaron un partido con la FA de por medio y no la Premier, más selecta y exclusiva- los que se vieron mezclados en incidentes. 27 detenidos en St James Park luego de la derrota del Newcastle como local por 0-3 en el clásico ante el Sunderland. Las imágenes son fuertes.


¿Mostró su cara real el fútbol inglés este fin de semana? ¿Existe maquillaje en torno a la solución británica contra el hooliganismo? Son hechos muy puntuales y hacer conclusiones generales no es conveniente. Lo que sí se puede afirmar es que aún pueden darse hechos violentos en Inglaterra, no son potestad solo de estas tierras, aunque no tenga la institucionalización que explicamos hace unas semanas. 

Se fue Thatcher de este mundo y uno de esos legados que parecía haber dejado voló por los aires. De hecho, esa clase desplazada del mundo de la redonda en Inglaterra ya sea con protestas o en cruces con las fuerzas de seguridad pidió un poco de atención.


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