De la mano de Samir Nasri y Sergio Agüero, los ciudadanos
derrotaron por dos tantos contra uno al Chelsea de Rafa Benítez y se
clasificaron a la final de la FA Cup, donde enfrentaran al Wigan, que
está al borde de la segunda división.
Mucho fútbol por ambas partes. El Manchester City y el
Chelsea disputaron la semifinal de la FA CUP en Wembley y dieron un
espectáculo más que atractivo. El City dominó con claridad buena parte de la
primera etapa y le bastó para marcar el primer tanto. Gran jugada de James
Milner, excelente pase del Kun Agüero y a cobrar. Los Celestes se ponían en
ventaja y demostraban su poderío ofensivo.
Nasri define ante la salida de Cech
El Chelsea, también un equipo con buen pie, llegaba
esporádicamente al arco del rumano Costel Pantilimon, que poco a poco se
transformaría en figura. El español Juan Mata, líder de pases de gol en la
Premier, no estuvo tan presente como en otros encuentros de los Blues y no
supo alimentar los movimientos de Demba Ba, que en los últimos partidos venía
dulce con las redes rivales.
Agüero sigue demostrando para qué está. Movimiento de crack
en el área Azul, centro de Milner como con la mano y el pequeño muchacho
argentino saltó y cabeceó de manera formidable para decretar el dos a cero.
La fiesta ciudadana estaba lista. Luego siguieron el libreto de Roberto Mancini, “Dos
goles y a tirar el equipo atrás”, para no dejar de lucir su admiración por el
Catenaccio. Pero se olvidó, como en otros partidos, que enfrente había un
conjunto con jugadores como Edem Hazard, el brasileño Ramires y demás nombres
que, con una inspiración mágica determinan partidos.
El Kun festeja el segundo del city
Entonces, lo dicho. David Luiz lanzó un pelotazo frontal de
sesenta metros para que alguno de los delanteros se la rebuscara. Nuevamente,
de forma poco ortodoxa, el senegalés Ba concretó el descuento y la afición de
Manchester se llamó a silencio. ¿Sufrir, sufrir contigo? Probablemente. De ahí
en adelante los de Benítez arremetieron contra el arco rival y truncaron la
defensa de Zabaleta, Nastasic y compañía. El gigante Pantilimon se tornó,
finalmente, en figura indiscutida. Pero al City si no lo acorralan no se
despierta.
El Wigan lo espera en la final, donde tratará de concluir un
año difícil, a sabiendas de su compromiso con el descenso. Del otro lado, los magnates árabes esperan que sus
“Petrodólares” les reditúen algún título, en vista de que la Premier es casi de
su eterno rival, el United.
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