Este domingo hay elecciones en Ecuador y CR te cuenta la utilización política del título del Barcelona, el club más popular del país. Tanto el oficialismo liderado por Correa como sus opositores jugaron sus fichas. Además, aparece un actor conocido en estas tierras: Jaime Durán Barba.
Barcelona de Guayaquil acababa de consagrarse campeón a finales del 2012. El Emelec (el otro cuadro fuerte de la ciudad) acababa de perder ante Deportivo Quito por 2-0 y así el cuadro amarillo se hacía inalcanzable para su clásico rival. Minutos después, comenzaría a jugarse otra batalla en la carrera presidencial camino a las elecciones de este domingo en Ecuador.
La situación no asombró a nadie, por más que alguno se rasgó
las vestiduras. Se sabe, fútbol y política van de la mano y más aún en un club
que aglutina a alrededor del 40 por ciento del país (en Ecuador viven más de 15
millones de personas) y que tiene una larga historia de antecedentes de este
tipo.
Ningún sector político quedó afuera, pero vamos a ir
presentándolos. En este juego en torno al Barcelona campeón de Gustavo Costas,
el símbolo de Racing, participaron oficialistas, opositores y más opositores.
Claro, nadie quería no participar de la fiesta popular que significó que el
conjunto más grande de Ecuador volviera a dar la vuelta luego de 15 años.
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El Barcelona, campeón tras 15 años |
Comenzamos por Rafael Correa, el actual presidente. Según
los sondeos es el claro favorito en las elecciones presidenciales que también
definen puestos legislativos. Llegó al poder en el 2006 y llevó adelante una
serie de profundos cambios en beneficio de los sectores populares e indígenas.
Futbolísticamente hablando, Mashi es hincha del Emelec, sin embargo su afición
por el equipo eléctrico no le impidió jugar su fichita.
Una vez conocido el triunfo del Barcelona, aún restaba que
el equipo jugara la última fecha ante el Olmedo para dar la vuelta y recibir la
copa. Pues bien, luego del saludo de rigor, Correa hizo su pedido. "Hemos
pedido a TC y Gama TV que abran la señal", anunció en su Twitter.
Así fue que se generó
el proto Fútbol Para Todos ecuatoriano, aunque sin Araujo y JR, al menos
para el partido del festejo. De esta forma permitió
que esa masa popular pudiera ver el festejo del cuadro de sus amores. Pero
incluso en esta instancia, Correa la termeó un poco y tiró una chicanita:
"Les dimos una mano (en relación a la derrota de Emelec, porque iban a
cumplir 15 años. 15 años, ejemplo de lo que es un abstemio, sin levantar una
copa". Durísimo; pero luego también reconoció que el conjunto amarillo fue
"el
mejor de la temporada".
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Rafael Correa es el máximo candidato |
Siempre fue el equipo más fuerte de Ecuador en la etapa pre
Liga de Quito; de hecho, en la capital el más fuerte fue El Nacional, aunque la
preeminencia siempre fue de los conjuntos costeros, en una disputa con
ingredientes extradeportivos. La acaudalada burguesía de Guayaquil siempre
estuvo detrás del Emelec, pero sobretodo, de Barcelona.
Esa historia en torno a la gente de mayor poder de la ciudad
iba a derivar en que indefectiblemente el equipo estuviera manejado por tipos
de peso, con la particularidad que además de un poder ejecutivo existen figuras
como el presidente honorario o el presidente vitalicio. Un quilombo.
En ese caos de cargos, vamos a hablar de la familia Noboa.
Ya el apellido tiene una cadencia que sólo los tipos de mucha alcurnia pueden
permitirse. Así llegamos al amigo (?) Antonio
Noboa. Usted se preguntará quién es; pues es el presidente ejecutivo del
club, el que corta el bacalao, como quien dice.
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Antonio Noboa |
Perteneciente a la burguesía bananera (sí, no es chiste, una
de las principales fuentes de riqueza del país es precisamente esa fruta); de
hecho su padre es el presidente de la firma económica que lleva su apellido,
desde el 2011 es el mandamás del club. Los Noboa desde hace décadas están
ligados a los Tiburones y su hermano, Luis, también formó parte de la
política del club.
Acá se preguntarán qué tiene que ver esta gente con las
elecciones, y si bien muchos pueden pensar que la relación entre un
conglomerado económico y una decisión semejante bastaría, hay más. Es que uno
de los candidatos
es Álvaro Noboa, el sobrino del presi de Barcelona. El título
lo festejaría por demás.
Incluso en los días previos del título, se suscitó una
polémica, ya que se lo
acusó de hacer campaña política con una "donación": Noboa tío le
prestó al club unos
700 mil dólares -recordemos que la economía ecuatoriana tiene a Franklin
como moneda de cambio desde la infame década del 90- a cinco días del título.
Un generoso. El dato de color, es que el grupo Noboa mantiene un litigio
judicial con el Estado por alrededor de 120 millones de dólares en concepto de
impuestos no tributados.
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El candidato Noboa |
Muchos podrían pensar que es lógico que una familia
acaudalada use su poder económico a la hora de una elección. Pero aquí cabe
hacer una aclaración, en Ecuador, los medios para la campaña electoral son
dados por el Estado a todos los candidatos por igual (950 mil dólares) y tienen
estrictamente prohibido sobrepasarlos. He allí que este
préstamo
diera
lugar a la polémica.
Sin embargo, parece que por más bombo que le meta al
Barcelona, al amigo Noboa no le va a ir muy bien esta tarde. Los guarismos (que
le dan un 54% a Correa) marcan que con mucha suerte pueda superar la barrera
del 2% de los electores. En Ecuador, como en toda la región, padecieron el
neoliberalismo y esta propuesta no convence; de hecho, uno de los que pelea es
Lino Gutiérrez, quien fuera un presidente de transición en el 2002 y es un ex militar
de ideas nacionalistas, como podría serlo Oyanta Humala.
Decíamos antes que la economía ecuatoriana está dolarizada,
sí lo mismo que proponía el señor de una sola ceja en el 2001 (aka Eduardo
Laje, aka Chuky). El cráneo de esa dolarización, que además de un perjuicio
económico tiene una connotación de pérdida de soberanía flagrante, fue un
personaje: Abdalá Bucaram, al que podríamos ubicar como el Menem ecuatoriano,
con algo más de show -si, más que lo del riojano- pero menos viveza para hacer
política.
Bucaram, entre otras brillantes ideas, optó por
tener como asesor a
Domingo Cavallo. Así le fue; fue destituido, acusado de estar no apto
mentalmente para el cargo que ejercía tras seis meses en el cargo (y
convengamos que una medida de ese estilo da para pensar lo mismo). No crean que
nos fuimos por las ramas, el Barcelona de Guayaquil también está metido en la
historia de Bucaram.
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Otros tiempos para Bucaram |
Es que el ex mandatario,
también fue presidente del conjunto amarillo en la década del 90, incluso
cuando era presidente, háblame de personalismos. Ese amor por el fútbol (que
queda expuesto en este
maravilloso video) se lo traspasó a su hijo, Abdalá Bucaram junior, alias Dalo.
El purrete jugó en las inferiores del Barcelona, bancado por papi, e incluso lo
citaron a un Sudamericano Sub 20. Pero el Bolillo Gómez lo sacó de la lista
para el Mundial de Argentina y así le fue: le balearon al auto. Sí, a pesar de
meter al equipo en su primer Mundial de mayores de la historia.
Insólitamente, sin notar los tiempos que corren (Bucaram fue influyente hasta
el 2004 en la política andina), flasheó que iba
a poder presentarse en estas
elecciones, a pesar de su exilio en Panamá y así lo hizo saber Dalo, quien
ahora juega a la política ya que en el fútbol mucho no podía hacer. También
dejó su saludo tras el campeonato de diciembre Bucaram padre.
Ahora bien, nos falta presentar a otro personaje más: Jaime
Nebot, el presidente vitalicio. De una larga carrera política, intentó en dos
ocasiones lanzarse como presidente de la Nación, pero tanto en 1992 como
en 1996 no le dio la nafta. Todo cambiaría en el 2000, cuando apuntó a una
alcaldía, la de Guayaquil, la cual logró.
Para esto, se acercó un nombre que nos es mucho más familiar
por estas tierras: Jaime Durán Barba, el asesor político de Mauricio Macri.
Quien está procesado por supuesta campaña sucia en las últimas elecciones
porteñas, fue clave para que Nebot logre establecerse en Guayaquil, ciudad que
gobierna desde comienzos de este siglo.
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No es Alfonsín, es Nebot |
En diciembre, la alcaldía
de Guayaquil también dispuso todo como para que el equipo pudiera festejar
y Nebot
intentó quedar inmortalizado en la foto del título. A su vez, se cansó
de hablar del logro. Sí, destacó la "gestión". Se nota la mano de
Durán Barba.
En definitiva, vemos cómo el Barcelona fue, es y será un
botín para los políticos ecuatorianos, y cómo siempre ha sido un foco de
atención para los sectores más acaudalados y conservadores de Guayaquil.
Diferentes nombres han desfilado y aún revolotean sobre el club más popular de
Ecuador.
Sin embargo, eso parece no hacer mella hoy por hoy sobre los
votantes, quienes -aparentemente- se inclinarán por la opción de Correa. El
empujón quizás ayude a nivel distrito, pero en el ámbito nacional no termina de
convencer. De todas maneras, queda claro que tampoco es un espacio en el cual
el oficialismo haya decidido abstenerse de participar. Es lógico, fútbol y
política suelen ir de la mano. En Ecuador y en todas partes.
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