El Barcelona logró revertir un trámite que le era adverso y superó por 4-1 al Atlético de Madrid, su único escolta, que se había puesto en ventaja. Los catalanes ampliaron a nueve la diferencia y parecen marchar derechito al título.
A sabiendas del empate entre el Real Madrid y el Espanyol, el choque entre el Barcelona y el Atlético de Madrid cobraba más relevancia aún. Un triunfo catalán marcaría mucha distancia en la cima, mientras que un batacazo de los de Simeone abría las puertas a otra liga. Pues bien, visto y considerando que es difícil que un equipo le haga un planteo mejor que el que hizo la visita en el arranque y aun así se llevó una goleada a Madrid, la pregunta es quién va a parar a este Barça.
El juego fue un choque de estilos interesantísimo. No solo porque las propuestas de uno y otro son muy disímiles sino porque ambos planes suelen ser ejecutados de una manera brillante. En esa pugna, entre un equipo más asociativo, que parte de la tenencia del balón, el juego en campo rival y la presión alta; frente a otro que achica espacios hacia atrás, que mantiene su línea de defensa y medio muy junta y que necesita mucho campo para atacar, el Atlético era mejor en el comienzo.
En la primera media hora de juego el Barça no tuvo opciones frente a la valla de Courtois y mucho influyó el trabajo esforzado y laborioso de los colchoneros. Sin Cesc, valor fundamental del conjunto de Vilanova a lo largo de esta temporada, el aporte de Pedro y Sánchez era escaso y Messi era bien tomado. Pero más interesante aún era el trabajo que entre Mario Suárez, Gabi y los dos delanteros, Falcao y Diego Costa, obstaculizaban la generación entre Xavi y Busquets. Así, las bandas eran la zona de mayor libertad para los culés, pero poco podían inquietar.
En contraposición, la visita sí pudo llevar peligro al arco de Valdés. El primero fue un gran cabezazo de Radamel Falcao que pegó en el palo. Luego el colombiano tuvo la chance de abrir el marcador tras un mano a mano en el cual definió mal y en la tercera no perdonó. Piqué intento ganar ventaja y salió con el dribbling, cedió a Messi quien atorado, perdió el balón. Rápido en la transición el equipo de Simeone, puso a correr a Falcao ante Busquets y en esa pelea no había paridad. Ante el "1" catalán la picó de zurda, con toda la categoría.
Falcao, intratable.. |
Era ventaja de la visita y estaba muy bien. La imprecisión era mucha en los locales, no estaban cómodos con ese partido que se había plantado. Es que ni siquiera podían cambiar de frente a gusto: cuando llegaba la pelota al receptor ya había un rival para asfixiarlo. Fue allí cuando apareció el jugador que cambió el partido, Andrés Iniesta.
El Señor Fútbol leyó con claridad qué lugar tenía que ocupar, se ubicó entre Mario Suárez y Juanfrán y empezó a dictar el tempo del partido. Un cambio de frente preciso ubicó a Adriano y el lateral (uno de los mejores del Barcelona en esta temporada) dibujó un golazo de antología en un momento clave, apenas 3 minutos después del gol de Falcao. Tras el bombazo de Adriano, el partido dio un giro de 180 grados.
Iniesta se recostó definitivamente por la izquierda y fue un martirio. De sus desbordes llegó el córner que derivó en el envío al área y la definición deluxe de Busquets. Con paz, pero sobre todo con clase, el volante catalán metió un amago y la colgó del ángulo, justo antes del final del primer tiempo.
Messi ya es leyenda.. |
Quien no lograba conectarse con el match era Lionel Messi. Pero la evolución del rosarino ya le permite tener un mal partido y por ejemplo hacer dos golazos. Es que el 3-1 llegó con una caricia de zurda desde afuera del área, cuando todos esperábamos un remate seco y fuerte, cruzado. Como ya no hace de a uno, Leo tenía que hacer un segundo y así fue que a dos minutos del final aprovechó un error grosero de Godín para picarla ante Courtois que nada tuvo que hacer. 90 goles en el año calendario, 25 en 16 encuentros de Liga en la temporada (entre Falcao y Ronaldo suman 31...), números que no dejan de asombrarnos.
No sólo fue un mazazo que generó desánimo el gol de Adriano y la posterior anotación de Busquets, también expuso al Atlético a un plan de juego que no maneja y en el cual está incómodo: el de estar en desventaja y tener que ir a buscar el partido de otra manera. No pudo hacerlo ni ante el Valencia, ni el Real Madrid ni hoy en el Camp Nou. Incluso, luego de haber hecho una primera media hora brillante (dentro de lo que era su idea origianl).
Realmente parece imposible que el Barça pierda esta Liga. Juega bien y golea, juega no tan bien y demuele a sus rivales. Apenas cedió dos puntos ante el Real Madrid en 16 juegos. Simeone tras el partido dijo que los culés están muy por encima de la media y que así la Liga se hace "aburrida". Tal vez no le falte razón al Cholo; hoy vivió en carne propia el nivel del conjunto de Vilanova.
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