El PSG se quedó con el clásico frente al Lyon en el Parque de los Príncipes y se subió a la cima de la Ligue 1. Sus figuras se juntaron, metieron varios lujos y dieron muestra de lo que son capaces cuando se proponen jugar. Un puntero con clase..
Los moldes de un partido se pueden romper de varias formas. Una de ellas es la precisión en velocidad, pero para ello hay que tener jugadores que sean rápidos mentalmente y físicamente y que además sean buenos lanzadores. Todo eso tiene el PSG y gracias a eso, en parte, se quedó con el clásico frente al Lyon, que encima lo dejó en lo más alto de la tabla de posiciones. Combo perfecto y letal.
Los moldes de un partido se pueden romper de varias formas. Una de ellas es la precisión en velocidad, pero para ello hay que tener jugadores que sean rápidos mentalmente y físicamente y que además sean buenos lanzadores. Todo eso tiene el PSG y gracias a eso, en parte, se quedó con el clásico frente al Lyon, que encima lo dejó en lo más alto de la tabla de posiciones. Combo perfecto y letal.
No hace falta analizar demasiado la formación del equipo de
Paris para asegurar que sus jugadores más reconocidos están en la delantera,
luego aparecen los volantes y por último los zagueros. Su ataque es mortífero,
pero para romper el equilibrio del juego ante los de Rémi Garde hubo una conjugación entre todas las
líneas. Primero un gran corte de Thiago Silva, un mariscal con clase, luego una salida rápida con tres toques de primera, el cual hizo que la pelota terminara en los pies de Zlatan (esto quiere decir que la
pelota pasó de un arco al otro en segundos). El sueco gambeteó, tiró un centro
y desde atrás apareció Matuidi. Golazo del francés que con gran cabezazo al suelo
rompió la resistencia de Vercoutre.
El tanto llegó cuando la primera parte se moría, cerca de
los 45 minutos, pero era el resumen perfecto de lo que venían haciendo los de
Carlo Ancelotti: calidad, buenas decisiones, pases profundos y toques de
primera. Las diagonales eran una constante y las habilitaciones entre líneas
salían de todos lados, hasta de los centrales.
Por lo general se nota cuando un equipo tiene jugadores de mayor calidad
que los sus rival y esta fue una de esas ocasiones, aunque en este caso el OL (léase
Olympique Lyon) no se quedó de brazos cruzados y
hasta llegó a estrellar el esférico en el palo, luego de una buena definición
de Licha López.
Lo que le faltó a los visitantes era todo aquello que
tuvieron los locales, porque a las buenas intenciones del ex Racing, una de las
figuras de su team, y a las de Gomis había que acompañarlas, algo que no se
daba y por eso sólo quedaban en iniciativas truncas. Del otro lado se veía todo
lo contrario, ya que había una conexión de juego que incluía toques de
primera, triangulaciones y hasta lujos, la mayoría desde los pies de Pastore.
El ex Huracán estuvo enchufado y se le notó.
Otro de los que estuvo intratable fue Menez. El ex Roma
apareció en todos lados y tiró varios chiches, igualmente hubo más de una
ocasión donde abusó del individualismo y perdió la pelota, pero al menos ya
dejó de ser ese delantero morfón que las perdía todas por no levantar la cabeza. Su juego creció en lo colectivo y se unió a un grupo de grandes talentos como los que abundan
en la plantilla del PSG, otro combo letal.
Los parisinos tenían que ganar y ganaron bien, sin golear pero con varios destellos de magia de sus grandes figuras. También controló los tiempos del encuentro y cuando había que dormir la bola, todo el equipo se apoyó en Pastore y en Thiago Motta para descargar y retener. Por nombres, al Paris Saint Germain se le puede exigir que debe mostrar buen juego y poco a poco parece que lo encuentra. Hoy se quedó con tres puntos en un clásico y si mantiene el nivel puede seguir soñando..
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