Sanfrecce Hiroshima y Auckland City protagonizaron el primer partido del Mundial de Clubes. Los locales se llevaron la victoria por 1-0. No la tuvieron fácil, aunque finalmente aprovecharon los espacios que les brindaba su rival y ahora irán contra el Al-Ahly. Un encuentro distinto..
Un equipo que buscó todo el partido y otro que intentó, a su manera, hacer daño. Así fue el primer partido del Mundial de Clubes entre el Auckland City y el Sanfrecce Hiroshima, un choque entre el campeón de la Champions de Oceanía y el campeón de la liga de Japón, el cual para muchos fue la oportunidad de ver a varios jugadores que no se suelen ver los fines de semana y que quizás valga la pena analizar. Un encuentro diferente, sin lugar a dudas.
Un equipo que buscó todo el partido y otro que intentó, a su manera, hacer daño. Así fue el primer partido del Mundial de Clubes entre el Auckland City y el Sanfrecce Hiroshima, un choque entre el campeón de la Champions de Oceanía y el campeón de la liga de Japón, el cual para muchos fue la oportunidad de ver a varios jugadores que no se suelen ver los fines de semana y que quizás valga la pena analizar. Un encuentro diferente, sin lugar a dudas.
El domino, por lo general, fue de los nipones, que aprovecharon
las falencias de los laterales del City. Más que nada por la banda izquierda,
donde el Iwata era una invitación constante al desborde o la gambeta simple,
porque no ofreció ningún tipo de seguridad en la marca. De esta forma, los centros se hicieron una constante y una de las mejores armas de ataque de
los locales.
La falta de una marca férrea se extendió al mediocampo,
donde los volantes japoneses jugaban con total libertad y tenían panorama para
sacar un remate o bien para jugar sin presiones. Igualmente ambos equipos
mantuvieron su postura de juego y por lo general jugaron el balón por el piso. La pelota
corría de pie a pie, pero sólo tenía un dueño.
Igualmente para ver algo más o para para que el cotejo tomara más emoción, hubo que esperar al
segundo tiempo, cuando el Sanfrece se decidió realmente a buscar la victoria,
pero no la tuvo tan fácil porque se encontró con la resistencia de Tamiti
Williams, el arquero de los de oceánicos, quien tuvo un par de salvadas
espectaculares. Hasta ese momento, las ofensivas de los asiáticos se basaban en
los centros, como ya dijimos, aunque tras varios intentos cambiaron la táctica
y comenzaron a probar con disparos desde afuera del área.
Y como dice el refrán “el que busca encuentra”. Primero fue
un tiro en el palo y en el segunda prueba todo lo que hasta ese momento
Williams había hecho perfectamente se fue por la borda, ya que Toshihiro Aoyama,
lejos uno de los mejores jugadores del partido, sacó un remate de media
distancia, sin nadie que le saliera a cortar, y se encontró con la floja
firmeza del portero neozelandés. Decimos floja, porque la bola iba bastante alta, sin
embargo él sólo atinó a seguirla con la mirada más que a buscar sacarla. La acompañó con sus ojos y jamás hizo un
movimiento para que no terminara dentro de su arco.
Ventaja y a otra cosa señores. La supremacía de nivel se vio
plasmada en el marcador y eso hizo que los comandados por el español Ramón
Tribulietx despertaran de su letargo, aunque no más sea en los minutos finales.
La entrada del argentino Emiliano Tade por Manel Exposito, el más claro y más
precioso a la hora de distribuir en el Auckland pero prácticamente solo en el
ataque, le dio algo de aire a la ofensiva. A pesar de esto sólo fueron insinuaciones más que realidades: La lógica intención
de cualquier equipo que se ve perdedor y busca al menos llegar al triunfo de
forma heroica.
El campeón de Oceanía se vio sobrepasado por quienes llevan
la corona de la J-League y su aventura en el Mundial de Clubes llegó hasta
aquí, una lastima pero estos torneos son así. Ahora los nipones enfrentarán
al Al-Ahly, campeón de la Champions de
África, el domingo en busca de un lugar en la semifinal donde los espera en
Corinthians de Brasil y como el fútbol tiene esa magia siempre se puede esperar algún batacazo..
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