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Un clásico de emociones..

En la primera final de la Supercopa de España, el conjunto culé venció 3-2 al Real Madrid, que sobre el final aprovechó un error de Víctor Valdés y sueña con quedarse con título en la revancha que se jugará el 29 de agosto. Un partido a la medida de estos dos grandes equipos..






Era el primer derby de la temporada, era un partido importante para abrir un año que estará muy cargado para ambos equipos, aunque de este encuentro no saldría el campeón de la Supercopa, porque la definición será la próxima semana en el Santiago Bernabéu. Igualmente los ojos del mundo se posaron en este partido y no era para menos, ya que estaban cara a cara dos de los mejores conjuntos del mundo.

No eran pocos los que miraban este partido con la expectativa de ver qué cambios implementaría Tito Villanova en el Barça, pero si tenemos en cuenta que el actual DT viene de la misma escuela que Pep Guardiola todo hacía presagiar que no habría modificaciones inmediatas y en todo caso serían a futuro. Por esa razón, los azulgranas fueron una radiografía del team de la temporada anterior.

Posesión, recuperación en el campo rival, desmarques, el toco y me voy, el toco y me quedo, todo eso que ya es un clásico en el andar de ese auto semiautomático que es el Barcelona. Así se hizo fuerte en el campo de juego y generó las mejores situaciones, las cuales en su mayoría llegaron desde los pies de Lionel Messi.

Cristiano festeja el primer tanto del Real
Igualmente, en la primera parte, la “Pulga” no jugó su mejor encuentro y le faltó conectarse con sus socios habituales: Iniesta, Xavi o Dani Alves. Estos tres tampoco estuvieron en su plenitud, pero marcaron la diferencia y el camino de su team, como sucede en forma natural. ¿Qué le faltaba a los culés para ser totalmente superiores? Profundidad es la mejor respuesta. Ese pase que rompe con todas las líneas y deja mano a mano un player (no decimos delantero, porque en la estructura culé todos juegan de todo) y te da la oportunidad de festejar el primer tanto. 

Los amantes del fútbol esperaban que el cambio llegara con la segunda parte y así fue nomás, porque de entrada el Madrid clavó su primer cuchillazo con un cabezazo de Cristiano Ronaldo. El portugués, como es su costumbre, ganó en el área de arriba y anotó la ventaja para los de Mourinho, que obviamente estallaron de alegría.

Festejo culé
Esa felicidad duró poco, aproximadamente un minuto, ya que Mascherano sacó una hermosa habilitación en forma de pelotazo (pero claramente no fue eso) y dejó mano a mano, eso que le faltó en la primera parte, a Pedro. PR17, quien poco a poco recupera su nivel, definió cruzado y venció la resistencia de Iker Casillas. Ahora la felicidad estaba en la vereda contraria y las emociones estaban a la orden del día. 

El empate trajo con él un vendaval azulgrana y en este remolino apareció Iniesta. El Cerebro metió un pique corto en el área del Real, llegó al balón, enganchó y Sergio Ramos se lo llevó puesto en una falta que podía evitarse, claramente. Penal. ¿Ejecutor? La Pulga. Messi igual a gol, entonces no hay mucho más que contar. 2-1 y el Camp Nou ya festejaba, pero había más en este cotejo.

Tras su primera aparición, Iniesta despertó, si es que alguna vez estuvo dormido, y le puso un pase quirúrgico a Xavi. El 4 (juega con la 6, aunque en España a los volantes de su estilo se los denomina 4), el motor para ser más claro, miró, definió y festejó. En poco tiempo el Barcelona pasó de la tristeza a la gloria y haciendo lo que mejor sabe hacer: jugar al estilo Barça.

El final no fue del todo glorioso para los de Tito, porque Valdés no pudo controlar de la mejor manera una pelota y Di María, quien entró en la segunda parte. Aprovechó la mala intervención del golero y anotó el descuento para los de blanco, que con este tanto mantienen vivas sus ilusiones de quedarse con el primer título de la temporada que se terminará de definir la semana próxima, el 29 de agosto. 

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