¿Cómo conquistar el mundo del fútbol en unos pocos años? Con esa inquietud, Qatar se puso en marcha e inicio un polémico proyecto en busca de talentos. África, Asia, y América Latina son los espacios donde los árabes consiguen sus nuevas joyas apuntando sin dudas al Mundial que organizaran en el 2022.
Ya no hablamos de una moda pasajera. El ingreso de los capitales árabes en el mundo del fútbol de elite dejó de ser una novedad, pero este proyecto que contaremos a continuación seguramente marque un quiebre. Y es que hasta acá, comenzamos a familiarizarnos con este tipo de capitales con la compra de paquetes accionarios en diferentes clubes europeos, siendo los casos más notables los del Manchester City o el PSG; los primeros con dueños de los Emiratos Árabes y en el caso del PSG con el Reino de Qatar como accionista principal.
En la génesis, al menos en los grandes eventos mundiales, el mundial juvenil de Qatar en 1995 -aquel que significara el primer gran éxito de Pekerman en los seleccionados argentinos. Ya a comienzos de este milenio, los deportes fueron apuntados en la región de Medio Oriente, como una de las principales puntas de desarrollo en la occidentalización que se llevó a cabo en muchos de los paises petroleros de la zona. Como siempre, el fútbol fue el mascarón de proa de una serie de eventos que fueron cada vez más familiares en Qatar, Bahrein o Emiratos Árabes (la Fórmula 1 o los torneos de tenis son algunos otros espectáculos que llegaron en estos años a la región).
En esa avanzada, muchos ex futbolistas comenzaron a llegar para competir, antes del retiro, en las ligas de estos países. Entre los argentinos, los casos más emblemáticos tal vez son los de Claudio Paul Caniggia o Gabriel Omar Batistuta, aunque otros más jóvenes como Mauro Zárate o Leonardo Pisculichi, también pasaron por allí. Incluso, Maradona actúa -con poco éxito- como entrenador en el Al Wasl.
Sin embargo, los seleccionados de los petrodólares no pudieron lograr títulos relevantes, ni ingresos a un mundial en los últimos años (excluyendo a Arabia Saudita, un grande de la región). La última participación, fue la de los Emiratos en Italia 90. Qatar, en esa búsqueda, comenzó a sumar futbolistas nacidos en otras partes del mundo y que jugaban en su liga, como en el caso del uruguayo Sebastián Soria.
Es en ese marco que nace el Aspire Football Dreams (AFD) en el 2004. En los papeles, el proyecto tiene tintes humanitarios y busca sacar a chicos de la pobreza y darle una chance en el mundo del fútbol profesional, pero vamos a examinarlo de manera un poco más profunda.
Hamad bin Jassim bin Jaber Al Than , emir de Qatar, estableció hace ya ocho años un proyecto fastuoso que no sólo se limita al fútbol. Hoy por hoy, en el complejo -que cuenta con shoppings, escuelas, bares y demás- alrededor de 200 chicos realizan actividades deportivas y sus estudios. El Dome es el complejo deportivo cerrado más grande del mundo y ahí ya se han realizado los Juegos Olímpicos Asiáticos en el 2006 entre otros certámenes internacionales.
Pero focalicémonos en el fútbol; porque dijimos que chicos de diferentes partes del mundo aspiran a formar parte de este grupo. A lo largo de este año, 750 mil jóvenes nacidos en 1996, 1997 o 1998 se probarán para intentar llegar a la fase final en Qatar, jugando alguno de los 60 mil encuentros de los cuales se compone el proyecto a lo largo de 15 países repartidos en América Latina, África y el Suedeste Asíatico.
Paraguay, Costa Rica, Guatemala, Vietnam, Tailandia, Kenia, Uganda, Nigeria, Senegal, Gambia, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Guinea y Tanzania son los países en los cuales los scouts del programa qatarí irán en la búsqueda de nuevos talentos. Cuál es el denominador común de todos estos países: la escasez de recursos económicos.
Así, con el sueño de poder salir de la pobreza en muchísimos casos, la prueba para la AFD aparece en el horizonte de muchos como la única alternativa. Sin embargo, el filtro es altísimo. Es que de las primeras pruebas son escogidos algunos jóvenes que luego deben medirse en la final de su país que convoca, por lo general, a los 50 mejores talentos.
En ese momento, es cuando aparecen los entrenadores más importantes del proyecto. El principal, es Josep Colomer, catalán él y con pasado en la Masía. Este hombre es la pieza clave de la estructura, aunque junto con él tiene a otra serie de colaboradores que también pasaron por Can Barça, entre ellos Peré Gratacós, el entrenador que le sugirió a Fran Rijkaard en el 2003 que hiciera debutar en un amistoso a un tal Lionel Messi. El mismo sentenció: "En África hay muchos Messis".
De los 50 finalistas por cada país, sólo tres ganan la chance de viajar Qatar a la gran final a nivel mundial. Allí, con todas sus ilusiones a cuestas, adolescentes y preadolescentes se enfrentan con lo que para muchos es una oportunidad única. ¿Puede un joven afrontar semejante presión? Lo cierto, es que de allí son seleccionados los 20 "ganadores" que se quedan a formar parte del proyecto de manera oficial y definitiva. Sólo con ver que de 750 mil participantes quedan 20 nos tiene que hacer pensar que el nivel de estos últimos tiene que ser necesariamente muy bueno de por sí, antes de recibir un entrenamiento mucho más profesional.
Algunas particularidades. Todos los que participan de las pruebas, aceptan que es bajo su entera responsabilidad y sólo AFD se hace cargo del gasto médico de los 50 que viajan a Qatar. Todo lo anterior queda en manos de los participantes. A su vez, todos los chicos deben renunciar expresamente al derecho de su imagen a la hora de hacer cualquiera de las pruebas.
Desde que el programa fue creciendo las sospechas en torno a que Qatar buscaba nacionalizar jugadores para su seleccionado fue cada vez más fuerte, más aún luego de que el país de Medio Oriente fuera elegido sede del Mundial en el 2022. Hoy en día, la posibilidad de que jugadores nacidos fuera de las fronteras del Estado-Nación que representa el seleccionado de cada país es más fácil que hace 10 o 15 años atrás y estos jóvenes que forman parte del AFD habrán pasado la cantidad de tiempo suficiente como para obtener la ciudadanía qatarí.
Si bien la página del proyecto habla expresamente de que la intención no es nacionalizar jugadores, ya hubo casos que marcan lo contrario (como así también algunos futbolistas actuaron para sus países de origen, por ejemplo John Benson que salió campeón mundial sub 20 con Ghana en el 2009) como el del guineano Daniel Goma, el primero en jugar para el país árabe. Con sólo hacer la progresión, aquellos que hoy tiene entre 13 y 15 años, en 10 años, cuando se dispute la Copa del mundo en suelo qatarí, podrán estar en la plenitud de su rendimiento.
Otra peculiaridad es que dentro de Sudamérica el único país en el cual AFD logró montar sus instalaciones fue en Paraguay, la tierra del presidente de la Conmebol -y donde está la sede del organismo- Nicolás Leoz. Fue precisamente el dirigente paraguayo uno de los apuntados por las investigaciones periodísticas inglesas de recibir sobornos para que el bloque sudamericano votara por la candidatura qatarí en detrimento, entre otras, de la opción inglesa. Es llamativo que AFD sea una alternativa en Paraguay, un país futbolero y con clubes fuertes y con una tradición propia.
La vida después de la elección.
No todos los seleccionados se quedan en las magníficas instalaciones qataríes. Un grupo de ellos, generalmente compuesto por chicos africanos, se dirige a una segunda instalación del AFD, ubicada en Senegal donde entrenan de forma similar a como lo hace el grupo de Qatar. Allí, semana tras semana miden sus fuerzas ante equipos locales.
Más allá de la cantidad de jugadores observados, de la presencia de entrenadores que hayan pasado por la Masía, incluso de que esté Bora Milutinovic cerca de este proyecto, cabría la pregunta de saber si el mismo está dando sus frutos. Los resultados en las últimas competencias internacionales de juveniles dan la pauta.
Este año, en el Mediterranean International Cup, disputado en la Costa Brava, en España, los equipos de Aspire se quedaron con tres categorías: Cadete, Juvenil e Infantil. Pero incluso, como explicó Axel Torres, el equipo de nacidos luego de 1996 -la Categoría B- formada sólo por jugadores de Qatar eliminó a Brasil con un resultado de 3-2 ratificando el crecimiento a pasos agigantados.
La campanada ya la había anunciado el Aspire Senegal en el 2010, cuando en la Milk Cup disputada en Irlanda del Norte, batieron al equipo juvenil del Manchester United -un habitué a la hora de levantar este trofeo- por un contundente 5-1. Fue este resultado el que generó que se comenzara a posar la mirada en el AFD de otra manera.
La idea primera del proyecto, marcaba que una vez que terminaran su proceso formativo, los diferentes jugadores pasarían a engrosar las filas de los equipos de la Primera División de Qatar. Y de hecho, así fue hasta ahora. Sin embargo, en las últimas semanas una noticia que se dio a conocer puede ser el indicio de un leve cambio.
La firma que legalmente compone el AFD compró al KAS Eupen, un club de la Segunda División de la liga de Bélgica. Iván Bravo, director del proyecto, declaró que la idea es que los jugadores seleccionados puedan sumarse a este equipo una vez que terminen su formación y así seguir elevando su nivel de exigencia. De todas maneras, Bravo se encargó en aclarar que la idea también es que este proyecto sirva para hacer crecer a los deportistas qataríes propiamente dichos.
¿Cuál es el límite?
Hablar de todo este fastuoso proyecto, nos hace perder de vista, que no dejan de ser adolescentes -o incluso pre-adolescentes- aquellos que lo conforman. Las exigencias, las presiones de tener que someterse a este proceso de selección, la partida rumbo a tierras tan lejanas alejados de los afectos con una cultura totalmente diferente a la propia, son todos matices que deben afrontar personas que no llegaron a la madurez.
Algunos, podrán decir que este proyecto, declarado humanitario, le da una chance a muchos que de otra manera quedarían sumergidos en la pobreza o que no podrían terminar de desarrollar sus capacidades deportivas. Esta es una verdad a medias, ya que vimos que existen casos como el de Paraguay o de otros países africanos que suelen ser objeto de la codicia de las potencias europeas.
Allí, hay que hacer una salvedad. Y es que a pesar de los pruritos que uno pueda tener en torno a este proyecto (en mi caso bastantes), no es que se parte de un estado de la situación perfecto, en el cual los jóvenes africanos -por citar el caso más flagrante- se desarrollan normalmente en sus tierras para luego ir a la elite europea. Como describió este genial artículo de The Guardian publicado en el 2008, la búsqueda de talentos fue empujando la edad del jugador cada vez más abajo, llegando a buscar a niños de no más de 9 años.
Aprovechándose de las carencias, se monta(ba)n academias de talentos ilegales que compran a los chicos a las familias -por precios irrisorios para futbolistas- con la idea de luego llevarse una tajada de una venta a algún club europeo. Asqueroso. Ghana, era uno de los blancos principales para estas prácticas, aunque no el único país afectado por este tráfico infantil.
Pero que esta situación exista, no convalida necesariamente la otra instancia. La aparición de AFD no resuelve los problemas de fondo de los jóvenes en estos países; la solución pasa por otro lado. Lo que se quiere disfrazar de un proyecto humanitario, no termina de ser una captación de talentos híper selectiva (ya que no pasan de los 30 jóvenes al año, dejando un tendal de casi 750 mil afuera, muy humanitario esto no parece) con vistas al desarrollo profesional posterior y, en las sombras, con la chance de que algunos -o muchos, esto lo veremos- puedan sumarse a las filas del equipo qatarí.
Quien escribe, cree que el fútbol es otra cosa; o al menos debería serlo. No parece haber un límite en el futuro cercano y este parece potenciarse más y más desde la llegada de los capitales transnacionales a los grandes clubes europeos. La fase superior del desarrollo capitalista en toda su expresión futbolística.
Hamad bin Jassim bin Jaber Al Than , emir de Qatar, estableció hace ya ocho años un proyecto fastuoso que no sólo se limita al fútbol. Hoy por hoy, en el complejo -que cuenta con shoppings, escuelas, bares y demás- alrededor de 200 chicos realizan actividades deportivas y sus estudios. El Dome es el complejo deportivo cerrado más grande del mundo y ahí ya se han realizado los Juegos Olímpicos Asiáticos en el 2006 entre otros certámenes internacionales.
El Dome de Qatar, tremendo complejo |
Paraguay, Costa Rica, Guatemala, Vietnam, Tailandia, Kenia, Uganda, Nigeria, Senegal, Gambia, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Guinea y Tanzania son los países en los cuales los scouts del programa qatarí irán en la búsqueda de nuevos talentos. Cuál es el denominador común de todos estos países: la escasez de recursos económicos.
Así, con el sueño de poder salir de la pobreza en muchísimos casos, la prueba para la AFD aparece en el horizonte de muchos como la única alternativa. Sin embargo, el filtro es altísimo. Es que de las primeras pruebas son escogidos algunos jóvenes que luego deben medirse en la final de su país que convoca, por lo general, a los 50 mejores talentos.
En ese momento, es cuando aparecen los entrenadores más importantes del proyecto. El principal, es Josep Colomer, catalán él y con pasado en la Masía. Este hombre es la pieza clave de la estructura, aunque junto con él tiene a otra serie de colaboradores que también pasaron por Can Barça, entre ellos Peré Gratacós, el entrenador que le sugirió a Fran Rijkaard en el 2003 que hiciera debutar en un amistoso a un tal Lionel Messi. El mismo sentenció: "En África hay muchos Messis".
De los 50 finalistas por cada país, sólo tres ganan la chance de viajar Qatar a la gran final a nivel mundial. Allí, con todas sus ilusiones a cuestas, adolescentes y preadolescentes se enfrentan con lo que para muchos es una oportunidad única. ¿Puede un joven afrontar semejante presión? Lo cierto, es que de allí son seleccionados los 20 "ganadores" que se quedan a formar parte del proyecto de manera oficial y definitiva. Sólo con ver que de 750 mil participantes quedan 20 nos tiene que hacer pensar que el nivel de estos últimos tiene que ser necesariamente muy bueno de por sí, antes de recibir un entrenamiento mucho más profesional.
Algunas particularidades. Todos los que participan de las pruebas, aceptan que es bajo su entera responsabilidad y sólo AFD se hace cargo del gasto médico de los 50 que viajan a Qatar. Todo lo anterior queda en manos de los participantes. A su vez, todos los chicos deben renunciar expresamente al derecho de su imagen a la hora de hacer cualquiera de las pruebas.
Desde que el programa fue creciendo las sospechas en torno a que Qatar buscaba nacionalizar jugadores para su seleccionado fue cada vez más fuerte, más aún luego de que el país de Medio Oriente fuera elegido sede del Mundial en el 2022. Hoy en día, la posibilidad de que jugadores nacidos fuera de las fronteras del Estado-Nación que representa el seleccionado de cada país es más fácil que hace 10 o 15 años atrás y estos jóvenes que forman parte del AFD habrán pasado la cantidad de tiempo suficiente como para obtener la ciudadanía qatarí.
Nicolás Leoz dio el visto bueno para hacer el Mundial en Qatar |
Si bien la página del proyecto habla expresamente de que la intención no es nacionalizar jugadores, ya hubo casos que marcan lo contrario (como así también algunos futbolistas actuaron para sus países de origen, por ejemplo John Benson que salió campeón mundial sub 20 con Ghana en el 2009) como el del guineano Daniel Goma, el primero en jugar para el país árabe. Con sólo hacer la progresión, aquellos que hoy tiene entre 13 y 15 años, en 10 años, cuando se dispute la Copa del mundo en suelo qatarí, podrán estar en la plenitud de su rendimiento.
Otra peculiaridad es que dentro de Sudamérica el único país en el cual AFD logró montar sus instalaciones fue en Paraguay, la tierra del presidente de la Conmebol -y donde está la sede del organismo- Nicolás Leoz. Fue precisamente el dirigente paraguayo uno de los apuntados por las investigaciones periodísticas inglesas de recibir sobornos para que el bloque sudamericano votara por la candidatura qatarí en detrimento, entre otras, de la opción inglesa. Es llamativo que AFD sea una alternativa en Paraguay, un país futbolero y con clubes fuertes y con una tradición propia.
La vida después de la elección.
No todos los seleccionados se quedan en las magníficas instalaciones qataríes. Un grupo de ellos, generalmente compuesto por chicos africanos, se dirige a una segunda instalación del AFD, ubicada en Senegal donde entrenan de forma similar a como lo hace el grupo de Qatar. Allí, semana tras semana miden sus fuerzas ante equipos locales.
Más allá de la cantidad de jugadores observados, de la presencia de entrenadores que hayan pasado por la Masía, incluso de que esté Bora Milutinovic cerca de este proyecto, cabría la pregunta de saber si el mismo está dando sus frutos. Los resultados en las últimas competencias internacionales de juveniles dan la pauta.
Este año, en el Mediterranean International Cup, disputado en la Costa Brava, en España, los equipos de Aspire se quedaron con tres categorías: Cadete, Juvenil e Infantil. Pero incluso, como explicó Axel Torres, el equipo de nacidos luego de 1996 -la Categoría B- formada sólo por jugadores de Qatar eliminó a Brasil con un resultado de 3-2 ratificando el crecimiento a pasos agigantados.
La campanada ya la había anunciado el Aspire Senegal en el 2010, cuando en la Milk Cup disputada en Irlanda del Norte, batieron al equipo juvenil del Manchester United -un habitué a la hora de levantar este trofeo- por un contundente 5-1. Fue este resultado el que generó que se comenzara a posar la mirada en el AFD de otra manera.
La idea primera del proyecto, marcaba que una vez que terminaran su proceso formativo, los diferentes jugadores pasarían a engrosar las filas de los equipos de la Primera División de Qatar. Y de hecho, así fue hasta ahora. Sin embargo, en las últimas semanas una noticia que se dio a conocer puede ser el indicio de un leve cambio.
La firma que legalmente compone el AFD compró al KAS Eupen, un club de la Segunda División de la liga de Bélgica. Iván Bravo, director del proyecto, declaró que la idea es que los jugadores seleccionados puedan sumarse a este equipo una vez que terminen su formación y así seguir elevando su nivel de exigencia. De todas maneras, Bravo se encargó en aclarar que la idea también es que este proyecto sirva para hacer crecer a los deportistas qataríes propiamente dichos.
¿Cuál es el límite?
El AFD arrasó en España |
Hablar de todo este fastuoso proyecto, nos hace perder de vista, que no dejan de ser adolescentes -o incluso pre-adolescentes- aquellos que lo conforman. Las exigencias, las presiones de tener que someterse a este proceso de selección, la partida rumbo a tierras tan lejanas alejados de los afectos con una cultura totalmente diferente a la propia, son todos matices que deben afrontar personas que no llegaron a la madurez.
Algunos, podrán decir que este proyecto, declarado humanitario, le da una chance a muchos que de otra manera quedarían sumergidos en la pobreza o que no podrían terminar de desarrollar sus capacidades deportivas. Esta es una verdad a medias, ya que vimos que existen casos como el de Paraguay o de otros países africanos que suelen ser objeto de la codicia de las potencias europeas.
Allí, hay que hacer una salvedad. Y es que a pesar de los pruritos que uno pueda tener en torno a este proyecto (en mi caso bastantes), no es que se parte de un estado de la situación perfecto, en el cual los jóvenes africanos -por citar el caso más flagrante- se desarrollan normalmente en sus tierras para luego ir a la elite europea. Como describió este genial artículo de The Guardian publicado en el 2008, la búsqueda de talentos fue empujando la edad del jugador cada vez más abajo, llegando a buscar a niños de no más de 9 años.
Aprovechándose de las carencias, se monta(ba)n academias de talentos ilegales que compran a los chicos a las familias -por precios irrisorios para futbolistas- con la idea de luego llevarse una tajada de una venta a algún club europeo. Asqueroso. Ghana, era uno de los blancos principales para estas prácticas, aunque no el único país afectado por este tráfico infantil.
Pero que esta situación exista, no convalida necesariamente la otra instancia. La aparición de AFD no resuelve los problemas de fondo de los jóvenes en estos países; la solución pasa por otro lado. Lo que se quiere disfrazar de un proyecto humanitario, no termina de ser una captación de talentos híper selectiva (ya que no pasan de los 30 jóvenes al año, dejando un tendal de casi 750 mil afuera, muy humanitario esto no parece) con vistas al desarrollo profesional posterior y, en las sombras, con la chance de que algunos -o muchos, esto lo veremos- puedan sumarse a las filas del equipo qatarí.
Quien escribe, cree que el fútbol es otra cosa; o al menos debería serlo. No parece haber un límite en el futuro cercano y este parece potenciarse más y más desde la llegada de los capitales transnacionales a los grandes clubes europeos. La fase superior del desarrollo capitalista en toda su expresión futbolística.
Muy buen articulo. Algo claro sobre todo esto.
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