Desde que el fútbol se convirtió en un producto más de la televisión, los jugadores modificaron algunas de sus costumbres, entre ellas, las celebraciones de sus goles. Una clasificación que quiere poner fin al flagelo del goleador para la cámara (?).
Ya sea a nivel profesional o jugando un picado con amigos, en un partido decisivo o uno intrascendente el gol es sin lugar a dudas el momento sublime del fútbol, lo que le da sentido a este juego. Si bien un caño, una gambeta, una patada o una atajada pueden ser recordadas, nada como un gol o mejor, un festejo. Incluso a veces, las celebraciones de una conquista pueden pasar a la posteridad y no así los goles.
Por eso, nos decidimos a hacer la clasificación de los diferentes "festejadores" de goles del fútbol mundial. Algunos nos caen mejor que otros, está claro, pero en ningún caso se trata de un ranking o algo similar. Tomándonos de Javier Max Weber, serán tipos ideales de festejadores y por eso, algún jugador puede ser que a lo largo de su carrera haya pasado por distintos estadios (aunque algunos otros están claramente sólo dentro de una categoría). Sin otros preámbulos, vamos a nuestro elaborado análisis.
El
desaforado
Uno de los casos más queribles. Se trata de aquel que grita los goles siempre y con la característica de hacerlo de una manera sentida, sin demagogia. No importa si el juego está empatado y es el tanto del triunfo o si es el quinto gol contra un equipo de tres categorías más abajo en la primera ronda de la Carling Cup. No, este muchacho siempre festeja sus conquistas por igual. El caso paradigmático podría ser Filippo Inzaghi y en el ámbito de cabotaje, José Sand (cuando hacía goles).
Cantalo, cantalo, cantalo (?) |
El
tribunero
A veces puede llegar a confundirse con el caso del desaforado y con algún otro que veremos más adelante, pero lo que distingue a este espécimen es su innecesaria venta de humo a la hora de la celebración. Besarse la camiseta al primer gol en el club (a excepción de que sea un juvenil surgido en el club caso en el cual puede hacerse algún tipo de excepción), hacer gestos a la tribuna en forma de tributo lo que sea para ganarse a la gente. Tirarte de cabeza a la hinchada es la hipérbole de esto.
El que se
sube al alambrado (en desuso)
Como lo indica el subtítulo, esta forma ha ido perdiendo adeptos (sobre todo porque en muchos estadios ya no están este tipo de protecciones) en los últimos años. Incluso, hilando fino, podría llegar a ser un subtipo dentro del caso del festejador tribunero, aunque también es verdad que puede aparecer producto de la emoción de un gol sumamente importante.
Benetti, One hit wonder (?) |
El ególatra
El que quiere festejar solo, para destacarse un poco más todavía. No le bastó con hacer un gol, con saber que va a salir en los diarios, no él corre solo, y a veces -si le da- hasta pone cara de lindo frente a las cámaras. Este subtipo tiene un líder natural: Cristiano Ronaldo. Ojo, no es el único, también están aquellos que se señalan el número de la camiseta para resaltar su epopeya. Igual, el portugués calza justo acá.
Sí, ya sé que sos vos, forro |
El que no
sabe cómo festejar
En general, se trata de futbolistas que no están muy acostumbrados a mojar, por eso uno relaciona más esta especie con defensores o ásperos volantes de marca. Sin embargo, hay creativos o delanteros que no saben muy bien qué hacer cuando convierten. Se nota que parecieran desorientados, dudan entre buscar a sus compañeros, desatar un carnaval o mirar a la tribuna. No terminan haciendo ninguna de todas ellas. Tibios.
El que
suele hacer diferentes coreografías
El que tiene una coreografía o festejo en particular
Tilger, de quien Bolt tomó su sello (?) |
El de las piruetas
Incluimos
acá a aquellos jugadores (en general delanteros) que suelen realizar luego de
sus conquistas algún tipo de cabriola. Desde las más básicas (como las que hacía
el Toti Iglesias) hasta aquellas de un nivel técnico importante, como las del
nigeriano Julius Agahowa, un animal. Luego está un término medio, como el
irlandés Robbie Keane, la tercera posición digamos. Bruno Marioni estaba en la
línea del ex delantero del Tottenham.
El ridículo
Así como al ególatra no le basta con haber
sido el autor de un gol que necesita recalcar que fue él; a este muchacho le
termina pasando que suele ser más recordado por sus festejos exaltados que en
verdad, son ridículos. El claro ejemplo es del José Chatruc y sus bailes impresentables,
carentes de armonía (?).
El que busca a los compañeros y trata de ponerle perfil bajo al asunto
Es el opuesto al ególatra. Pareciera a veces que hasta le da pena
haberle hecho un gol a otro equipo. Busca a sus compañeros, se abraza, no
festeja en demasía. El antivendehumo. Lionel Messi o Zinedine Zidane (quien
estuvo a punto de ser incluido en el apartado de los que no lo sabían
festejar).
El solidario
Un apartado del anterior. Este no busca a todo el equipo y no es necesariamente alguien de perfil bajo, pero sí busca al asistidor o al generador de la jugada para felicitarlo. La alcahueteada se puede deber o bien a que el pase fue sensacional o a que el sujeto que armó el gol pase un mal momento ante el público. Para esto, el solidario debe tener sí o sí, chapa ante su gente.
Un copado, el Ratón |
El de los mensajes en las camisetas
Verngonha |
El que se lo dedica (para mal) a su hinchada
Acá la cosa
se pudrió y está todo mal, ya sea con todo el equipo o con un futbolista en
particular. Hay dos maneras de hacer esta celebración, que de celebración no
tiene mucho. O bien se lleva el dedo a la boca en señal de silencio, o bien
directamente se va de cara a la propia gente y se desata una andanada de
insultos. En ambos casos, ya se trata de una situación sin retorno.
El que va y abraza a su DT
Para vos, puto (?) |
El que va y abraza a su DT
Tipo vilipendiado por chupamedias, rastrero y cobani (?). O sea,
hacelo con tus compañeros, con la gente, solo, pero, ¿con el técnico? ¿En
serio? Este tipo de papelones no suelen ser habituales, pero cada tanto se dan.
Es recordado el caso de Sebastián Balsas en su debut en San Lorenzo al ir a
abrazar a Ramón Díaz. Lo particular es que al Pelado una vez lo buscaron para
insultarlo tras un gol; fue Cardetti en River (caso similar al de Balotelli en la Euro ). La excepción a la
regla es que haya pasado algo con el DT, entonces, no queda mal. Ronaldo lo
hizo una vez con Del Bosque y los jugadores del Barcelona lo hicieron en la
despedida de Guardiola.
Sujeto raro, sin dudas. Porque todos piensan al gol como un
momento orgásmico casi, pero a este futbolista se le da por no gritar los
goles, ni celebrarlos, ni nada. Eric Cantona y Mario Balotelli, dos locos
lindos, se ponen al frente de este tipo de accionar.
El que se lo festeja a la hinchada rival
Un mal paso
por ese club, un clásico muy cerrado o que no le cabían (?) ni un poco los
rivales. Hay niveles y niveles, porque puede ser alguna taradez como las que
solía hacer Maximiliano Estévez o Tévez el día de las semis de la Libertadores o ir
varios pasos más allá como hiciera Adomaitis jugando para el Cruz Azul ante Central
en el 2000. Corte de mangas y que lo venga a buscar en Arroyito.
El caso opuesto. Un grato recuerdo de esa institución en general
suele ser la razón para que el goleador prefiera no festejarlo. En muchos casos
con una dosis alta de tribunerismo, estos sujetos piden perdón luego de
mandarla a guardar, lo que puede llevar a buena parte de la gente a preguntarse
“¿si tanto te dolía, porqué no la tiraste afuera?”, esa frase suele ir
acompañada de algún insulto. El resto de la gente puede aplaudir al jugador. El
problema es para futbolistas como Carrario que vistieron tantas camisetas que
no podrían festejar goles si fueran radicales de esta teoría.
Fuertes y su amor por la gente de Ríver |
El que se emociona y se pone a llorar
Primer gol
como profesional, algún suceso personal doloroso o un título importante puede
llevar a esto. Martín Palermo tras la muerte de su hijo es un caso, pero otro
muy marcado es el de Leonardo Biagini en Qatar 95 con un festejo bañado en lágrimas.
Para la |
El pollerudo que se lo dedica a la novia
El pionero en esta mariconada fue el Bati, mal que nos pese. Cuenta la leyenda (?) que el 9 dela Fiorentina
andaba pirateando como cualquier futbolista tenía problemas maritales y que se le estaba por incendiar
el rancho. Fue por eso, que tras un gol encaró a la cámara y espetó un “Irina, te amo”. Mal, Bati. Si la estás
conquistando y no te sobra pinta, todavía, pero qué le puede decir la jabru al
Bati. Ese fue el inicio de este karma que ahora tiene a muchos haciendo unos
corazones ante las cámaras que dan pena; Di María o Mouche pueden entrar en
este grupo de la deshonra.
El pionero en esta mariconada fue el Bati, mal que nos pese. Cuenta la leyenda (?) que el 9 de
El que le
pone un tinte político
Italia, un país con buena gente |
En definitiva, vemos cómo hay diferentes formas de festejo, algunas más copadas que otras, pocas de ellas realmente censurables. Seguramente nos quedaron algunas afuera pero como una primera aproximación es bastante completa. Ya pueden seleccionar su festejo en su próximo partido. Cambio y fuera (?).
El boludito de Marcelo suele hacer coreografías con Cristiano Ronaldo en el Real Madrid.
ResponderEliminarCork
Me kedo con el festejo de Di Canio!!!
ResponderEliminarSon decisiones diría MAR
ResponderEliminarFalto el religioso, el más usado en Ecuador, echarse de rodillas con las manos al cielo, agradeciendo al Altísimo por: 1) La vida, 2) El Fútbol, 3) lo demás...
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