Italia y Balotelli, intratables..

La gran mayoría no daba un centavo por el conjunto italiano, pero como ya lo hizo varias ocasiones, los tanos le cerraron la boca a todos y se metieron en la final de la Euro, gracias a su victoria frente a Alemania por 2-1. Balotelli se recibió de ídolo y le marcó el camino a un equipo que tiene hambre de gloria..

La segunda semifinal de la Euro entre Alemania e Italia tenía todos los números para ser un partido más que interesante y por suerte, para los espectadores, fue un espectáculo de alto voltaje de esos que te dejan la barriga bien llena de fútbol y que te hacen esperar el próximo choque con ansias. 

Alemania quiso marcar su ritmo en el inicio del partido y por eso se hizo dueño del balón en los primeros minutos. Mesut Ozil era la manija de cada avance y Mario Gómez era el faro que todos sus compañeros veían en el área rival, pero la primera jugada de peligro no llegó por un embate de alguno de estos dos jugadores, sino que apareció por un rebote de Buffon, que rebotó en un defensor italiano y no terminó en gol porque Sami Kherida no la pudo empujar al fondo de la red.

Decíamos en el inicio, porque después de que pasaron 15 minutos de juego, el encuentro se jugó al ritmo de Mario Balotelli. El excéntrico punta tuvo una noche soñada y para guardar en una cajita para los recuerdos más importantes de su vida. Todo inició cuando se anticipó a la defensa alemana, se elevó como los mejores y desvió un centro al fondo de la valla de Manuel Neuer. Un gol que deberían grabar, ver y repetir todos aquellos que quieran aprender a cabecear como los que saben.

No contento con esto, Balota volvió a hacer de las suyas y después de sacar provecho de un error de la última línea del equipo de Joachim Low marcó el segundo para su equipo, pero no anotó un gol cualquiera porque fusiló al portero teutón y desde ese momento los bávaros ya quedaron sin reacción. Un golazo de pies a cabeza. 

El hombre que no festeja los goles

La primera parte se diluyó de esa manera: una Italia agrandada y una Alemania que no pegaba una y encima se encontró con un Buffon que sacó todo lo que le tiraron. La actuación del arquero de la Juventus mucho tuvo que ver con que la Azzurra mantuviera su arco sin goles durante gran parte del enfrentamiento.

El DT alemán metió mano desde el arranque nomás de la segunda parte, ya que sacó a Lucas Podolski por Marco Reus y a Gómez por Miroslav Klose. Dos cambios que tenían como objetivo darle aire a la ofensiva alemana para tratar de conseguir el descuento lo antes posible y de esta manera mantener las chances de conseguir el boleto a la definición del certamen. 

Estos movimientos terminaron por generar más peligro en los tres palos defendidos por Gigi, pero del otro lado Andrea Pirlo siguió con su tarea de mantener la pelota y de hacer jugar a toda Italia. No vamos a hablar de las virtudes del ex Milan, aunque queda claro que es una de las figuras de un team, que no suele tener muchos generadores y menos que menos con un guante en el pie. 

Gigi a otra final

El ciclo del Balotelli, en el partido, llegó a su fin a los 70 minutos y mucho se especulo con el cambio de Cesare Prandelli, quien sacó al del Manchester City y puso a Antonio Di Natale. Las teorías se movían entre la idea de darle descanso y la de que no se hiciera expulsar, algo que no queda muy ilógico si uno analiza el pasado de este goleador, pero si razonamos la sustitución el Toto entró en el momento justo en que su rival estaba desorganizado en el fondo y con su velocidad podía marcar la diferencia. Por ende era un cambio bien pensado por el DT italiano.

Más allá de todos estos pensamientos, el encuentro siguió su curso y el tanteador volvió a sufrir modificaciones, porque sobre el final, Ozil descontó desde los doce pasos para Alemania, pero a pesar de esto la victoria fue para Italia, que arribó a otra final cuando nadie lo esperaba y tendrá enfrente a España, ese cuco al que todos le temen y que no para de ganar en los últimos tiempos..