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Y al final, siempre ganan los alemanes


El Bayern Munich se hizo fuerte en el partido de ida y superó como local por 2-1 al Real Madrid. Los bávaros fueron más que su rival, aunque encontraron la ventaja en el final gracias a un gol de Mario Gómez. El conjunto dirigido por José Mourinho fue muy conservador, pero ganando por 1-0 en la vuelta podrá alcanzar la final de la Champions.

Si alguien hubiera observado solo las estadísticas del partido, al ver que el Bayern Munich se impuso sobre el Real Madrid por 2-1 con un gol sobre la hora, podría haber pensado que la suerte jugó del lado de los alemanes. Sin embargo, el resultado fue corto si tenemos en cuenta lo que pasó en el campo de juego.

Sin embargo, las cosas habían comenzado de una manera bien distinta. La presión alta del Madrid, sumada a algunas buenas acciones individuales hicieron que el primer cuarto de hora transcurriera en campo alemán. El local estaba inconexo y no encontraba la manera de generar juego asociado. Así, los arrestos personales de Ronaldo y las contras lideradas por Benzema parecían comenzar a ser un dolor de cabeza. La primera clara fue para los blancos; muy buen pase de Xabi Alonso para Özil quien le filtró un pase entre líneas a Benzema. Neuer respondió de buena manera.

Pero de a poco los locales comenzaron a encontrarse y pegaron en la primera llegada que tuvieron. Tras un saque de esquina y un mal despeje de Ramos, Ribery -uno de los mejores jugadores de la cancha- remató y convirtió. La polémica apareció porque Luiz Gustavo estaba en fuera de juego y pareció interferir en el campo visual de Casillas.

Escondido, festeja Ribery

Una de las batallas que estaba planteada de antemano, era el duelo de la zaga española, conformada en el centro por Pepe y Sergio Ramos, ante Mario Gómez, el tanque alemán que era el segundo goleador del certamen por detrás de Lionel Messi. En la primera etapa el duelo fue claramente ganado por los visitantes, pero en esa decisión de Mourinho de sobreproteger el centro, los laterales comenzaron a hacer agua. Es que Arbeloa ante Ribery y Coentrao ante Robben perdían más de lo que ganaban.

A su vez, Schweinsteiger y Gustavo fueron logrando cada vez más consistencia, y la fragilidad que podía presumirse de la defensa bávara casi no salí a la luz debido a dos aspectos: por un lado la poca tenencia del Madrid en campo rival, y por el otro a que sus solistas (Ronaldo y Di María) tuvieron una noche para el olvido. Así, los asociativos Ozil y Benzema se diluían. Antes del cierre de la primera parte Gómez podría haber ampliado la ventaja pero apareció Casillas.

Siguieron los de Heynckes buscando en el complemento. Pero cuando nada parecía presagiarlo, el Real Madrid golpeó. Ronaldo, en una muy buena contra con el sello de este equipo, quedó frente a Neuer, pero su definición fue mala. En el rebote, Benzema (por lejos el mejor jugador de la visita) disparó cruzado y encontró al portugués quien logró poner el pase atrás antes de que el balón se escape por el fondo y allí Özil pudo empatar.

La bella y la bestia (?)

Este fue otro momento de quiebre. Cuando el Madrid podría haber ido a liquidar la serie, aprovechando el golpe psicológico del gol de visitante, hubo una respuesta desde cada banco. Heynckes decidió el ingreso de Thomas Müller por Schweinsteiger, retrasando a Toni Kroos, mientras que Mou (luego de que el local comenzara a llegarle más) dispuso el ingreso de Marcelo por Özil. Tras este cambio el Real Madrid no atacó más.

Se replegaron los líderes de la Liga española y el Bayern se decidió a ganarlo. Coentrao era desbordado una y otra vez, y Mario Gómez había empezado a ser un problema serio, aunque no lograba definir ni cómodo, ni de manera efectiva. Howard Webb, por su parte, redondeaba una mala tarea, al ser muy permisivo con el duro juego de los madridistas; tanto Sergio Ramos, como Marcelo en el final, podrían haber sido expulsados.

El repliegue de fuerzas fue total en el Madrid cuando salió Di María y entró Granero; más aún cuando Higuaín entró por Benzema. El merecido 2-1 llegó tras el enésimo desborde al frágil Coentrao (nadie explica porqué fue titular sobre Marcelo, el mejor lateral izquierdo del mundo en la actualidad), en este caso vía Lahm, y la aparición de Gómez, ese delantero que lejos de la estética siempre se guarda una posibilidad más para desnivelar.

Con este resultado, la vuelta será un duelo imperdible. El Bayern logró vencer al Real por novena vez sobre diez partidos disputados en Alemania y viajará a Madrid con la intención clara de acceder a la final que se jugará en el Allianz Arena en mayo. Para lograrlo, el equipo de Mourinho deberá dejar de lado el conservadurismo que exhibió en tierras bávaras.   

¿Podrán jugar la final en su campo?

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