Se vuelve a dar hoy uno de los grandes duelos del fútbol mundial de los últimos tiempos.El Barcelona viaja a Stamford Bridge para cruzarse con el Chelsea en la misma instancia que los enfrentó en el 2009. Aquella semifinal será recordada por el sensacional gol marcado por Andrés Iniesta en tiempo de descuento.
Pasaban los minutos en Stamford Bridge y el Barcelona de Josep Guardiola no encontraba los caminos en una serie qe podía depositarlo en la final de la Champions League. Vestido de amarillo, el conjunto catalán no se resignaba pero parecía que no le quedaban opciones de llegar al ansiado gol que los llevara a Roma. Sin embargo, fue allí cuando apareció Andrés Iniesta para sacar un zapatazo soñado que se clavó en el ángulo de Petr Cech.
Cómo olvidar ese momento de locura. Fue un segundo, un instante apenas, pero mágico y por ende, imborrable. El grito fue profundo, salido desde las entrañas de todo aquel que había comenzado a tener un amorío con ese equipo que empezaba a revelarse como distinto, único.
Locura en el banco catalán |
Fue ese gol, esa maniobra mágica, la que seguramente siempre había soñado Iniesta desde que comenzara a jugar al fútbol en Fuentealbilla. Habían sido sus gambetas, sus festejos y su panorama los que hicieron que el Barça se fije en él torneo de Brunete, cuando apenas era un chaval.
Es que tenía que terminar así, con final feliz. ¿Tanto tiempo esperando que apareciera un equipo así y ahora quedaba afuera ante un rival que especuló el 98% del tiempo y se encontró un zapallazo salvador? Era desesperante, pero algo tenía que pasar.
Había sido empate en cero en el Camp Nou en un partido para el olvido. Los dirigidos por Guus Hiddink, con un libreto estudiado a la perfección, había taponado el juego de los catalanes como ninguno lograría hacer esa temporada, la primera del Pep Team, cuando aún algunos intentaban jugarle de igual a igual. En el juego de vuelta, el ghanés Essien dibujó un golazo fantástico y la serie empezaba ponerse cuesta arriba. Más aún cuando al descanso el marcador se mantenía.
Bueno, estamos en el entretiempo. Seguramente ahora en el entretiempo el Pep haga alguna charla para darles un poco más de confianza. Está Pedrito en el banco, y también Bojan, quizás alguno de ellos pueda darles lo que le está faltando; al equipo aún se puede. Corren los minutos y las jugadas no aparecen; y encima ahora lo echan a Abidal, esto se pone cada vez más feo.
Al noruego casi se lo comen crudo |
Estando con un jugador de más Hiddink dio muestras de que no pensaba en liquidar el juego, sino, aguantarlo. Sacó a su jugador más peligroso -Didier Drogba- e incluyó a Luciano Belletti, en un cambio para la posteridad. También pasarían a la historia, los penales que el noruego Tom Henning Ovrebo les negaría a los Blues.
Queda poco para el final, y el Pep se la juega. Afuera Busquets, adentro Bojan. Alguna va a quedar; es que está yendo Dani Alves por afuera, el Chelsea está cada vez más atrás y tiene que salir ese buen juego mostrado en toda la temporada. Pero ya marcan el descuento, y parece ser nomás que se repite la final del año pasado. Al menos un tiro al arco, viejo. Y sí, dale, tirá el centro. Dale, Leo hacé una de las tuyas, ¡uy le quedó a Iniesta, goooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool!
El delirio y la locura del joven Pep y de todos los catalanes que estaban en ese rinconcito de Stamford Bridge puede verse acá. Astuto, Sylvinho le recordó al DT que reacomodará la piezas del equipo en pleno festejo. Quedaría la última jugada y un penal enorme no cobrado por el noruego tras una mano de Keita tras un disparo de Ballack. El recorrido del calzado de Iniesta fue particular, pero lo que comenzó a verse ese día, fue que el volante de Albacete era un tipo de goles importantes.
Los botines que usó el Cerebro |
Impresionante nota... no se te escapó ningún detalle
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