Luego de un receso forzado, nuestro corresponsal en Córdoba vuelve a tomar la posta y vino con una pelota abajo del brazo, bah mejor dicho revalida la historia del gordito que siempre va al arco y hasta nos cuenta de un muchacho que a pesar de su peso fue figura..
De chicos, cuando nos juntábamos
a jugar a la pelota con los amigos, existían
dos reglas inquebrantables. La primera es que “el gordito va al arco” y la
segunda es que la regla anterior queda invalidada sólo en el extremo caso de
que “el gordito sea el dueño de la pelota”. Contra las reglas del campito no
se puede luchar, mis abuelos las aplicaban, mi viejo las aplicaba y a mí, como
buen gordito, me tocó sufrirlas. Quizás nunca sabremos cómo surgió este
proceder, pero hay una historia que nos puede acercar un poco, la de William “Fatty” Foulke.
Nacido en Inglaterra allá por
1874, comenzó su carrera deportiva lejos de una cancha, como jugador
profesional de cricket en el Derbyshire County Cricket Club. En 1894 el fútbol
tocó su puerta y fue reclutado por el Sheffield United. Allí permaneció hasta
la temporada 1904-1905 y hasta llegó a jugar para la selección inglesa en 1897.
No obstante, no son sus condiciones futbolísticas las que lo hicieron quedar en
la historia, sino su imponente físico.
En efecto “Fatty” medía más de dos metros y pesaba cerca de 150 kg (de acuerdo al interlocutor las cifras varían hasta los 165 kg). Nadie dudaría un segundo en afirmar que su arco estaba siempre bien cubierto. Luego del Sheffield le tocó pasar al Chelsea, con el cual descendió a segunda división, para luego recalar en el Bradford City, equipo en el cual terminaría su carrera allá por 1907.
William el más grandote, obvio.. |
En efecto “Fatty” medía más de dos metros y pesaba cerca de 150 kg (de acuerdo al interlocutor las cifras varían hasta los 165 kg). Nadie dudaría un segundo en afirmar que su arco estaba siempre bien cubierto. Luego del Sheffield le tocó pasar al Chelsea, con el cual descendió a segunda división, para luego recalar en el Bradford City, equipo en el cual terminaría su carrera allá por 1907.
Lo pintoresco del personaje y el
paso del tiempo alimentaron una verdadera leyenda y muchas anécdotas fueron pasando
hasta llegar, más de 100 años después, a nuestros oídos. Una de ellas cuenta
que, en medio de un partido, William se
colgó del travesaño. La física hizo el resto, el arco se rompió y el partido tuvo que ser suspendido.
Se cuenta también que en un partido contra el Southampton
por la FA Cup, su equipo ganaba 1-0, aunque el rival logró empatar con un
polémico gol, obligando así a un partido desempate. Foulke no soportó la
injusticia y salió del vestuario
semidesnudo para “exigirle explicaciones” al árbitro del partido. Se dice
que el referee tuvo que esconderse hasta que hinchas y compañeros lograron
calmar a Fatty. No obstante dicen que los grandes siempre tienen revancha y
William, chistes aparte, era un verdadero grande. En el partido decisivo fue la
figura y le permitió a su equipo avanzar a la siguiente ronda.
En 1916, 9 años después de su
retiro y a los 42 años, fallece. Las causas no son claras, ya que algunos
atribuyen su muerte a problemas derivados de su exceso de peso, pero su acta de
defunción aduce una cirrosis.
En tiempos actuales en los cuales
los futbolistas se convirtieron en verdaderos atletas, desde CR homenajeamos a
William Foulke en nombre de todos los gorditos que fuimos al arco sin chistar….
hasta que compramos nuestra propia pelota.
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