El gabonés está teniendo un rendimiento fantástico en
Alemania y los equipos más poderosos del Viejo Continente ya se pelean por la
estrella de la Bundesliga. Un delantero que aún no parece conocer su techo.
Borussia Dortmund recuperó esta temporada el protagonismo perdido. Al aire renovador que trajo Thomas Tuchel al conjunto negro y amarillo se le suma un nivel colectivo por momentos brillante y que está apoyado en individualidades destacadas: entre tantos rendimientos notables como los de Marco Reus, Mats Hummels, Julian Weigl y Ilklay Gündogan sobresale el nivel de Pierre-Emerick Aubameyang.
Velocidad, definición y versatilidad son sus principales
características de juego. Condiciones que comenzó a demostrar en Francia
vistiendo los colores de Saint-Etienne (2011-2013), luego de que Milan (club en
el cual nunca llegó a debutar oficialmente) lo cediera sin demasiado éxito a
Dijon, Lille y Monaco (entre 2007 y 2010). Dos años y medio, 96 partidos y 41
goles después recaló en el Dortmund de Jürgen Klopp a mediados de 2013.
Rápidamente encajó en el estilo de juego del equipo germano.
Su velocidad llamó la atención inmediatamente y no tardó en potenciar a un
conjunto que venía de ser subcampeón de la Champions League. La intensidad del
fútbol alemán también le sirvió al atacante para desarrollar sus cualidades y
convertirse en una de las figuras del Viejo Continente.
En Dortmund demostró su capacidad para adaptarse a
diferentes esquemas. Comenzó jugando por derecha en el 4-2-3-1 que pregonaba
Klopp y que tenía a Robert Lewandowski como delantero centro, y luego pasó a ser la
principal arma ofensiva cuando el polaco cruzó de vereda. Allí comenzó a
destacarse como “falso nueve”.
El momento de la explosión del atacante de 26 años llegó con
el arribo de Thomas Tuchel a la dirección técnica del equipo. El gabonés encaja
a la perfección con el estilo ofensivo que propone el entrenador, similar al de
Klopp. Es el primero en presionar a la hora de recuperar la pelota (condición
fundamental para jugar en un conjunto de Tuchel), y tiene tantas facilidades
para retroceder y participar del armado de juego como para tirarse a los
costados y así dificultar la marca rival. Es un goleador sin una referencia
posicional específica, en un equipo donde puede alternar funciones con otros
compañeros, como Reus. Su capacidad para llegar en segunda línea a las jugadas
de gol y la destreza para atacar los espacios lo convierten en un delantero
temible para cualquier defensa.
Su progreso año tras año queda reflejado con claridad en sus
números: fueron 16 goles en su temporada debut en Alemania y 25 en la
siguiente. Hoy ya lleva 33 en 38 partidos y aún resta una buena parte de la
competencia, lo que demuestra su ambición de superación y plantea el
interrogante de hasta dónde será capaz de llegar este jugador nacido en Francia
pero que defiende la camiseta de la Selección de Gabón, al igual que lo hizo su
padre.
Está claro que tras su gran temporada serán varios los
clubes que a partir de junio buscarán tentarlo para tenerlo en sus filas, con
Real Madrid a la cabeza. Para más adelante queda la promesa de volver a ponerse
la verde de Saint-Etienne, donde su carrera dio un salto del cual aún no baja.
El sueño por Signal Iduna Park, claro está, es tenerlo para pelear la próxima
Champions League y seguir disfrutándolo un tiempo más. Difícil, pero no
imposible.
Fanático de Batman y Spiderman, coleccionista de autos y
amante de la alta velocidad, Pierre-Emerick Aubameyang no necesita usar una
máscara para ser el superhéroe del Borussia Dortmund. Con su fútbol y sus goles
alcanza y sobra.
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