El Tricolor consiguió el ascenso a la B Nacional, tras derrotar a Deportivo Morón por un
global de 5-1. Como ocurrió en la primera temporada que disputó en el fútbol
organizado el club nacido en Capital Federal y radicado en José
Ingenieros, obtuvo el pasaje a la élite del fútbol de ascenso y sueña con el regreso a Primera División.
El profesionalismo aún era una utopía en el fútbol argentino
allá por el año 1917. Aquel fútbol, tan pasional como amateur, era dominado por
Racing Club de Avellaneda que desde 1913 –y lo haría hasta 1919- conseguía
títulos año tras año, convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales de nuestra historia futbolística. En ese
ámbito, Almagro daba su primer paso en el fútbol asociado.
El Tricolor, nacido en Almagro e hijo adoptivo de José
Ingenieros, comenzó su periplo por el fútbol argentino en la Segunda División,
por entonces, tercera categoría en el escalafón de Asociación Argentina de Fútbol. En aquel lejano 1917, tal como ocurre
ahora, 98 años después, un ascenso marcó a fuego el debut oficial de la
institución.
Fundado el 6 de enero de 1911, a partir de la fusión de
Jubile, San Martín Juniors y Lezica, tres equipos de la zona, el Club Almagro
debió ser refundado el 1 de marzo de 1913. El equipo se había disuelto, pero
aquel germen inicial fue tomado por un grupo de futbolistas que decidieron
nuclearse bajo el nombre de Almagro Football Club. Sin embargo, este nuevo
conjunto tampoco prosperó y, nuevamente, la suerte de la barriada porteña quedó
a la deriva.
Pero la pasión futbolera de aquellos muchachos que habían
iniciado uno y otro proyecto, pudo más que el olvido. Así, el 16 de octubre de
1916 se conforma definitivamente el Club Almagro. Una institución
representativa del barrio, con aroma a radicalismo y con los tres colores que
lo identificarían para siempre: azul, blanco y negro.
Casi un siglo después, el camino encuentra a Almagro en el
mismo lugar. Mucha agua ha pasado bajo el puente. Alegrías y tristezas.
Decepciones y victorias. Lágrimas y sonrisas. Historias de ascenso. De ese
fútbol que conjuga encanto con limitaciones. Que lleva la ilusión a su máxima
expresión. Que no pierde la esperanza de un futuro mejor. Que lo ha llevado
tres veces a la máxima categoría y otras tantas a visitar la Primera C. Almagro
es esto. Es sufrimiento y orgasmo. Es pertenencia en su barrio natal. Es amor
en José Ingenieros, en Villa Raffo, en Ciudadela. Es orgullo adonde lleve sus
colores.
Hoy Almagro retoma el paso. Una enorme actuación en el Tres
de Febrero le entregó cuatro goles de ventaja y dejó tambaleando a Deportivo
Morón. El empate a uno en el Nuevo Francisco Urbano, le dio el empujón final.
Ese viento de cola hacia el fútbol nacional. Un Nacional B que no lo tenía en
la nómina desde el 2009 y que trae consigo la ilusión del regreso a Primera.
Este equipo, que encontró el rumbo de la mano de Fernando
Ruíz, logró revertir una racha de 28 encuentros sin victorias. El Tricolor solo
consiguió cuatro unidades sobre las primeras 30 en juego bajo la batuta de Mario
Finarolli primero y Luis Tonelotto después. Pero Ruiz consiguió conformar un
equipo que fue creciendo futbolísticamente y que, con jugadores como Damián
Arce, Matías Ruíz Sosa, Ignacio Colombini y Oscar Altamirano, le dio brillo
ofensivo a una solidez defensiva notable.
Almagro festeja el ascenso. Almagro recupera la sonrisa.
Almagro es festejo en dos barrios y alegría al por mayor. Castano y Sparapani
se abrazan. Símbolos de ayer y de hoy. Del orgullo de vestir la tricolor.
Partes grandes de una historia enorme. Cerca de sus cuarenta abriles, soñaron
con un Almagro mejor. Con un Almagro nacional. Con este festejo loco de otro
ascenso inolvidable. Salud Tricolor!!!
Maximiliano Castano: "Esto es cumplir un sueño"
El delantero nacido en Ciudadela el 12 de diciembre de 1976,
que fue parte del ascenso de 2003-04 a Primera División y convirtió un gol en
el histórico triunfo de Almagro ante River en el mismísimo estadio Monumental,
nos entregó sus impresiones del momento de Almagro y de su futuro inmediato,
luego de marcar, desde el punto del penal, el gol que cerró el ascenso tricolor
al Nacional B.
CR: Tras surgir de Liniers, debutar en la máxima categoría con la camiseta de
Huracán y pasar por equipos importantes del ascenso como All Boys o Quilmes,
entre otros, llegas a Almagro en 2002 ¿Cómo se da tu llegada al club y cuál fue
tu primera impresión de la institución?
MC: Yo estaba jugando en San Martín de Mendoza y antes de
que termine el campeonato me llaman comentándome que me quería el Beto Pascutti
para Almagro. Tenía ganas de volver a Buenos Aires así que no lo dudé. Desde
que llegué, me adapté muy rápido al club.
CR: En la temporada 2003-04 Almagro logra el ascenso tras
una muy buena campaña, derrotando a Huracán de Tres Arroyos por penales en la
final por el segundo ascenso ¿Qué significó aquel logro para un plantel
conformado por sobrevivientes del ascenso de 1999-00 y gente nueva como vos o
Lucas Sparapani que con el tiempo se convirtió en estandarte de la institución?
MC: El ascenso en Tres Arroyos es un recuerdo imborrable.
Fue el premio a un gran equipo que hizo un excelente torneo.
CR: Aquella tarde del 17 de octubre de 2004 en el
Monumental, con triunfo tricolor por 2-0 y un gol tuyo de cabeza ¿Cómo la
recordás?
MC: Aquel partido con River es algo que me recuerda
constantemente el hincha y a mí me llena de orgullo. Fue un partido casi
perfecto, contra un gran equipo en el que tuve la suerte de marcar un gol.
CR: ¿Cómo ves a Almagro a nivel institucional en comparación
con aquella etapa?
MC: El club, en lo institucional, está en un momento
parecido a aquel. Es un club donde se hace todo a pulmón. Eso hace que se
disfruten más las alegrías.
CR: ¿Ves alguna similitud entre este Almagro y aquel que
defendiste entre 2002 y 2005?
MC: Son equipos diferentes y cada uno tiene su sello
distintivo.
CR: ¿Cómo toman Sparapani o vos esta realidad actual con
menos minutos en cancha pero de mayor
calidad?
MC: La verdad que uno quiere jugar siempre. Me toco jugar
gran parte del torneo y en los últimos partidos me ha tocado entrar desde el
banco. Pero siempre tratando de colaborar con el equipo y disfrutando este
momento.
CR: Con casi 39 años de edad, ¿Qué significa ascender al
Nacional B?
MC: Es cumplir un sueño que tenía desde que regresé al club.
CR: ¿Pensas en el retiro? Y después ¿Qué será de la vida de
Castano?
MC: Sé que el fin de mi carrera está cerca, pero todavía no
sé cuándo será ni que vendrá después.
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