River, tras 19 años sin hacerlo, volverá a jugar una final de Copa Libertadores. Empató 1-1 ante Guaraní y, gracias al resultado favorable de la ida, se ganó su boleto para disputar el partido decisivo. Entre el Inter de Brasil y el Tigres de México saldrá el otro finalista.
En Paraguay, apoyado por miles de hinchas que viajaron hasta Asunción para presenciar el partido, River dio el gran paso. Luego de atravesar momentos difíciles, logró el primer objetivo. Lejos quedaron aquellas incógnitas en la fase de grupos sobre su clasificación, los partidos frente a Boca, el escándalo del gas pimienta y la derrota en el Monumental frente al Cruzeiro que parecía decisiva. Todos esos escollos que pasó este equipo enaltecen aún más lo que consiguió: el pasaje para disputar el partido que definirá al campeón del torneo continental más importante de América.
Van 62 minutos. Fernando Fernández acaba de marcar el primer gol del partido, lo que significa que la ventaja de River es ahora de un sólo tanto de diferencia. Cualquier equipo optaría por replegarse y aguantar las embestidas del rival a como dé lugar, pero River tiene algo que lo distingue del resto. No brilla por su juego, pero aun así es un enorme equipo. Posee una personalidad que, en los momentos más difíciles, emerge con mayor convicción.
Ante el gol del rival no se amedrentó en absoluto: siguió atacando, consciente de que la mejor manera de cerrar el partido en ese momento, lejos de las creencias que se pregonan desde algunos sectores, era convirtiendo un gol. Y su audacia tuvo recompensa. La cabeza de este equipo, Marcelo Gallardo, entrenador que lee los partidos y entiende como pocos lo que el mismo exige, mandó a la cancha a Tabaré Viudez con la esperanza de que pueda aportar el último pase que necesitaba su equipo. Y el uruguayo, en su estreno, respondió con tres asistencias exquisitas con las que ya conquistó el corazón de los hinchas de River. Por si fuera poco, una de ellas terminó en el gol de Lucas Alario.
Pudo haber marcado otro gol River, pero su falta de puntería lo impidió. Guaraní ya se sabía eliminando para ese entonces. Los paraguayos tuvieron a su rival contra las cuerdas, creyeron que no se podría levantar pero no pasó, porque cuando más complicadas estaban las cosas River demostró toda su jerarquía. De todas maneras, los guaraníes deberían estar orgullosos por el desempeño de su equipo que, a pesar de contar con un plantel de poco peso en cuanto a nombres propios, logró quedar entre los cuatro mejores del continente luego de dejar en el camino a equipos que a priori eran superiores. River, merecidamente, se ganó el pasaje a la final de la Copa Libertadores luego de 19 años.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario