Alexis Sánchez se ha convertido en una de las figuras de la Copa América, pero su cambio se mostró paulatinamente en sus clubes y hoy por hoy lo demuestra en el Arsenal. Un jugador para disfrutar..
Desde sus inicios Sánchez fue considerado por muchos como un crack. Sus condiciones así lo marcaban y en cada aparición en la cancha poco a poco lo fue demostrando. El tiempo en el Viejo Continente, luego de su paso fugaz por River, lo convirtió en un jugador más físico, pero que seguía sacando diferencia con su técnica. La liga italiana lo consolidó como una promesa a futuro y el Udinese lo disfrutó en mejor etapa de crecimiento, algo que para un club acostumbrado a comprar barato y vender caro fue un gran negocio.
El chileno llegó al Barcelona con la maleta cargada de expectativa y de entusiasmo por llegar a uno de los mejores equipos del planeta. Fueron los tiempos en los que Pep Guardiola aun comandaba a los azulgranas y todo era color de rosa. El Niño Maravilla se afirmó como una gran variante en ataque y como un futbolista de élite que respondía de buena forma en un conjunto con demasiadas demandas. Sin embargo, el Barca sufrió la partida del entrenador catalán y todo comenzó a mutar. Tito Vilanova fue el primero en hacerse cargo y luego apareció el Tata Martino, ambos le dieron chances aunque no eran pocos los que dudaban de sus condiciones.
Con este panorama, Alexis, quien siempre estuvo en la órbita de varios clubes grandes, tomó la determinación de marcharse. Su destino fue el Arsenal, esa institución que desde hace años mantiene un estilo y que a pesar de no contar con uno de los presupuestos más altos de la Premier League siempre da pelea. En Londres su progresión continuó y consiguió consolidarse como un arma clave. El juego pasó por sus pies y se afirmó como un referente. Dos títulos en un año avalan las estadísticas pero sus últimos partidos en la liga y sobretodo su actuación en la final de la FA Cup ante el Aston Villa lo muestran como la mejor arma de los Pistoleros.
Así aterrizó Sánchez en la Copa América y más allá de que el conjunto chileno profesa un juego distinto al de los Gunners, el punta continúa por la senda de los "distintos". Su nivel lo marca como una de las figuras de la competencia e ilusiona al pueblo trasandino. La experiencia que carga en su espalda ha hecho que se apuntale y que crezca tanto individual como colectivamente. La mutación de Alexis fue paso a paso y sin apuros, pero comprueba que el tiempo le dio la razón a todos aquellos que aseguraban que era un crack..
Desde sus inicios Sánchez fue considerado por muchos como un crack. Sus condiciones así lo marcaban y en cada aparición en la cancha poco a poco lo fue demostrando. El tiempo en el Viejo Continente, luego de su paso fugaz por River, lo convirtió en un jugador más físico, pero que seguía sacando diferencia con su técnica. La liga italiana lo consolidó como una promesa a futuro y el Udinese lo disfrutó en mejor etapa de crecimiento, algo que para un club acostumbrado a comprar barato y vender caro fue un gran negocio.
El chileno llegó al Barcelona con la maleta cargada de expectativa y de entusiasmo por llegar a uno de los mejores equipos del planeta. Fueron los tiempos en los que Pep Guardiola aun comandaba a los azulgranas y todo era color de rosa. El Niño Maravilla se afirmó como una gran variante en ataque y como un futbolista de élite que respondía de buena forma en un conjunto con demasiadas demandas. Sin embargo, el Barca sufrió la partida del entrenador catalán y todo comenzó a mutar. Tito Vilanova fue el primero en hacerse cargo y luego apareció el Tata Martino, ambos le dieron chances aunque no eran pocos los que dudaban de sus condiciones.
Con este panorama, Alexis, quien siempre estuvo en la órbita de varios clubes grandes, tomó la determinación de marcharse. Su destino fue el Arsenal, esa institución que desde hace años mantiene un estilo y que a pesar de no contar con uno de los presupuestos más altos de la Premier League siempre da pelea. En Londres su progresión continuó y consiguió consolidarse como un arma clave. El juego pasó por sus pies y se afirmó como un referente. Dos títulos en un año avalan las estadísticas pero sus últimos partidos en la liga y sobretodo su actuación en la final de la FA Cup ante el Aston Villa lo muestran como la mejor arma de los Pistoleros.
Así aterrizó Sánchez en la Copa América y más allá de que el conjunto chileno profesa un juego distinto al de los Gunners, el punta continúa por la senda de los "distintos". Su nivel lo marca como una de las figuras de la competencia e ilusiona al pueblo trasandino. La experiencia que carga en su espalda ha hecho que se apuntale y que crezca tanto individual como colectivamente. La mutación de Alexis fue paso a paso y sin apuros, pero comprueba que el tiempo le dio la razón a todos aquellos que aseguraban que era un crack..
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