Chile y México se enfrentaron en un partido de alto voltaje, que terminó con un empate 3-3. Las propuestas o las tácticas quedaron de lado, solo importó el fútbol y disfrutar de su esencia.
Querido lector, hoy no importa la nacionalidad que tengas, ni que estilo de fútbol disfrutes más. No importa si te circunscribes en la línea Guardiolista o Mourinhista. No importa, porque juegos como el de Chile contra México te despojan de todos tus prejuicios. Revitalizan tu ilusión por este juego y te hacen volver a creer en el fútbol de emociones.
Querido lector, hoy no importa la nacionalidad que tengas, ni que estilo de fútbol disfrutes más. No importa si te circunscribes en la línea Guardiolista o Mourinhista. No importa, porque juegos como el de Chile contra México te despojan de todos tus prejuicios. Revitalizan tu ilusión por este juego y te hacen volver a creer en el fútbol de emociones.
Tras más de 90 minutos de brega entre chilenos y mexicanos, el marcador indicó un 3-3 que dejó con un punto a cada uno, que aclaró el panorama para unos y dejó sin margen de error a los otros. En el partido más emocionante de la Copa, no diré el mejor porque estuvo marcado por crasos errores.
Los chilenos alcanzaron un fútbol preciosista y efectivo por momentos; fueron víctima de un ineficiente arbitraje que los despojó de dos goles legítimos, pero fueron capaces de levantarse de la desventaja en un par de ocasiones y pudieron terminar goleando. En su Copa parecen serios aspirantes por lo observado hasta ahora en todos los participantes. Mención aparte merece la inteligencia de Alexis Sánchez, capaz de adecuar su juego a las necesidades del equipo; porque lo mismo te juega de primera intención, que aparece entre líneas para despojarse de cualquier marca, o te apila a tres o cuatro rivales para demostrar la genialidad de su juego y la vigencia de su temperamento.
Los mexicanos salieron decididos a devolver golpe por golpe y encontraron un premio adecuado a sus aspiraciones, no merecieron la victoria si ponemos juntos los 90 minutos. Un primer tiempo tremendamente bien jugado que no encontró el contrapeso en la segunda mitad; continuamente superados en defensa, los aztecas se vieron completamente desbordados por varios pasajes del complemento y sin embargo, amparados en una efectividad tremenda de cara al arco supieron arrebatar entre espinas un punto que le deja con todo el derecho de ilusionarse con los cuartos de final. De México hay que destacar a Matías Vuoso un tipo que no tiene contrato, pero que hoy sudó la camiseta como lo hubiese hecho el más mexicano de todos. Tremenda efectividad, un par de goles que le representan ilusión a todo un país.
Gracias Chile, gracias México... se los agradece el hincha... se los recompensa el fútbol.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario