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Dominio y cambio de plan

Chile comenzó la Copa América con un triunfo por 2-0 sobre Ecuador. Dominó con asociaciones de mucha calidad en los primeros instantes, aunque luego perdió fluidez.






Tan solo han transcurrido cinco minutos de juego, y Valdivia ya filtró dos balones por el centro del ataque que dejaron en ventaja a Alexis Sánchez. El atacante no finalizó con acierto las chances claras en el inicio, pero ambas acciones dejaban de manifiesto las intenciones chilenas en el partido inaugural del certamen continental. De hecho, su dominio se acentuaría durante el primer cuarto de hora.

Sampaoli paró a su equipo en un 3-4-2-1 marcado por la constante movilidad en campo rival. Con Isla y Beausejour ocupando toda la banda, ejerciendo de carrileros largos, el equipo intentó crear espacios interiores, mientras Alexis comenzaba en el centro del ataque. En los primeros minutos de juego, Chile logró juntarse con el balón y construir buenas fases de posesión, pero ese cuarto de hora resultó un espejismo para lo que quedó de partido.

Por la franja derecha, Isla lograba dar profundidad a los trasandinos, mientras Valdivia apoyaba para lanzar un balón al vacío. También, Díaz se acercaba con el fin de tener superioridad en esa zona. Las asociaciones lograban desarticular a Ecuador, que cedió la iniciativa y aguardó ordenado en su campo. Cerca de la frontal, Vidal combinaba en corto y el colectivo creaba circuitos de mucha calidad, aunque no podía finalizar con acierto.

Alexis no brindó referencias a los zagueros durante la primera etapa, al desmarcarse constantemente. De espaldas, recibía e inmediatamente daba continuidad a la jugada, sobre todo hacia la derecha, donde siempre aparecía Isla con libertad. El futbolista del QPR, incluso, pudo filtrarse hacia dentro cuando pudo y tuvo una chance para convertir, pero su remate se fue junto al palo. Con el correr de los minutos, la fluidez chilena mutó en balones largos que no incomodaban a la defensa ecuatoriana, que anticipaba y se imponía en las alturas.

En paralelo, los dirigidos por Quinteros eran incapaces de llevar el balón con acierto a territorio rival. Los laterales nunca pudieron soltarse y las únicas acciones eran comandadas por Montero, que buscaba aprovechar el espacio libre que dejaba Isla al sumarse a fase ofensiva. De cualquier manera, más allá de su desequilibrio, el extremo no contó nunca con un apoyo que le permitiera asociarse y dañar a la defensa del dueño de casa.

Para el comienzo de la segunda mitad, Sampaoli decidió dar un giro en el planteo de su equipo. Hizo ingresar a Vargas por Beausejour –el hombre de banda izquierda no tuvo el mismo peso que existió en el lado opuesto- y generó más compañía en ataque para Sánchez. En tanto, Mena pasó a ocupar el flanco que había quedado libre, y Díaz se retrasó para sacar el balón con claridad entre los centrales. También, Vidal comenzó  jugar unos metros más atrás, acompañando a Aránguiz en la mitad del campo.

Valdivia era el enlace, encargado de recibir detrás del doble pivote ecuatoriano (durante el primer período, lo hizo con mucha soltura) para tener de frente a los centrales. Alexis y Vargas intentaban recibir cerca de las bandas. El atacante del Arsenal pudo generar peligro con conducciones en las que se sacó varios hombres de encima con su gambeta en espacios reducidos, aunque no descargó con precisión tras atraer adversarios.

Del otro lado, Ecuador contaba con mayores espacios en los costados. Noboa creció por su acierto y criterio con balón y el conjunto tuvo en Valencia un descanso para salir. Montero subió metros en el campo y supo ocasionar sus jugadas, pero nuevamente se diluyó en la inferioridad numérica y perdió el balón en tres cuartos de cancha. Cuando Chile parecía no alcanzar la fluidez del primer tiempo, llegó una acción que modificó el panorama.

Vidal transformó con una magnífica ejecución una falta dentro del área que lo había tenido como protagonista. El árbitro Pitana decidió juzgar como penal una sujeción que no pareció ser suficiente para la caída del mediocampista de Juventus. La apertura del marcador ponía justicia a la contienda, más allá de lo discutible de la sanción y de que Chile no había alcanzado las fases de juego que había tenido en los primeros instantes.

Minutos más tarde, la presión y superioridad sobre banda hizo efecto y el seleccionado local aumentó su ventaja. Ibarra se sacó de encima el balón hacia el centro, donde lo recibió Alexis. El ‘7’ cedió hacia Vargas, quién remató al segundo palo. La selección amarilla solo dispondría de una oportunidad clara en el complemento, el cabezazo al travesaño de Valencia en una segunda jugada liderada por Ayoví.

El entrenador de La Roja mutó durante la segunda etapa el triángulo utilizado en la zona central. Valdivia no tuvo la injerencia del primer tiempo y por él entró Fernández. Luego, fue el turno de Pizarro. En los instantes finales, Matías fue expulsado tras acumular dos tarjetas amarillas. El triunfo pone justicia a lo exhibido por cada uno en el Estadio Nacional de Santiago, aunque el desafío chileno será hacer que el dominio de ese primer cuarto de hora se haga continuo.

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